TEXTO: JAVIER FERNÁNDEZ-CABALLERO / FOTOGALERÍA: EMILIO MÉNDEZ
La corrida de El Puerto de San Lorenzo llegaba, este día de San Fermín, a la plaza de toros de Pamplona en la tercera de abono de la Feria del Toro. Emilio de Justo, López Simón y Ginés Marín trenzaban el paseíllo en el coso.
Deslucido fue el primero de El Puerto, un animal siempre midiendo cuando Emilio de Justo le plantó la muleta. Sí es cierto que muchísimo se le dio en varas al animal y la lidia no fue la más adecuada. Dejó el extremeño especialmente por el lado derecho los momentos más meritorios ante un animal que no terminó de entregarse. Fue silenciado. Seguridad mostró ante el cuarto, el toro de la merienda, detalle por el que le costó más entrar en el tendido. Intentó estructurar bien faena ya desde los doblones toreros del inicio, dejando momentos aislados que no llegaron a fructificar arriba. Luego, con un espadazo perpendicular, falló en repetidas ocasiones con el verduguillo, lo que no gustó al tendido.
Apostó desde el primer momento de la faena al segundo López Simón, un animal que parecía moverse más en el viaje que su hermano anterior. De rodillas comenzó faena el madrileño en un prólogo que llegó con fuerza especialmente al sol, pero luego se fue diluyendo la faena del torero, al que le costó llegar al conjunto de la plaza. En la segunda parte del trasteo, el toro no transmitió tanto como en los primeros compases de la lidia, quedándose muy corto un animal prácticamente parado. No acertó con el estoque, haciendo guardia unos centímetros, teniendo que descabellar el torero. Tuvo poca raza el segundo de su lote, un quinto que a partir de la segunda tanda se vino muy a menos y con el que López Simón se entregó. A pesar de la flojedad de un animal que incluso se echó en la arena navarra, se arrimó el madrileño, dando finalmente vuelta tras leve petición.
Por la mano izquierda llegaron los momentos más granados de Ginés Marín ante la movilidad del tercero de El Puerto, un toro que le respondió por ese lado al extremeño, bajándole éste la mano al natural. Más apretaba por el lado derecho el animal, al que no le sentó bien tocar la muleta del joven y por eso agudizó su condición geniuda a diestras. Volvió de nuevo a hacer el toreo a zurdas Marín con un toro ya más desentendido de telas y trazos, con su instinto mansurrón mucho más a las claras y con la cabeza alta a la salida de los embroques. Noble pero sin el motor ni la chispa necesarios para romper fue el sexto, animal por el que también destacó en compases al natural Marín, pero sin fruto final.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de Pamplona. Tercera de la feria del Toro. Corrida de toros. No hay billetes.
Toros de Puerto de San Lorenzo y dos de La Ventana del Puerto en cuarto y quinto lugar.
Emilio de Justo, silencio y silencio.
López Simón, silencio y vuelta al ruedo.
Ginés Marín, silencio tras aviso y silencio.