LA CRÓNICA DE SAN ISIDRO

Noé y los toros del arca


martes 3 junio, 2025

El toledano paseó la única oreja de un festejo de embestidas sin raza y silencio para Esaú Fernández y Miguel de Pablo

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Gómez del Pilar dando la vuelta al ruedo de Las Ventas © Luis Sánchez Olmedo

Cuando uno imagina pasear una oreja por el ruedo de Madrid, también se suele visualizar pegando naturales sobre esa arena, gobernando embestidas que te pasan por la faja con la simple ayuda de un trapo rojo. Pero no, no siempre esa así. Puede dar fe de ello un Noé Gómez del Pilar al que le pusieron en la mano un despojo para premiar su raza, la que no tuvo la corrida de Pichorrongo, y su capacidad de apretar los dientes y ver pasar embestidas y arreones -a partes iguales- por delante de su anatomía. Bien es verdad que les puso la sarga delante a los dos cárdenos que parecieron salidos del arca de su tocayo, porque es difícil, hoy por hoy, creer que un tío seleccione a propósito embestidas como las que vimos esta tarde.

Esa colección de pasadas sin entrega, de arreones defensivos y enfadicas, de reservas máximas a la hora de acudir y de miradas medidoras que podían helar la sangre de los de luces tuvo poco que ver con la profundidad, la bravura y la entrega de un puñado de toros extraordinarios que hemos visto en esta feria. Y, sin embargo, hubo dos toros aplaudidos con fruición y uno más ovacionado como si del mismo ‘Cobradiezmos’ se tratase, pero del célebre toro de Victorino sólo tenía el encaste. Y a saber…

La ovación se la llevó el quinto, un toro feo. Largo, de lomo recto, degollado en la papada, prominente en la badana, manos altas un poco de más y sien estrecha con las puntas al aire, fenotipo de máximo trapío en esta plaza, a juzgar por la ovación que se llevó al aparecer en el ruedo. Luego dio igual que se fuese por detrás a buscar al penco; que tuviesen que mover al caballo al 6 para ver si se arrancaba y ni por esas; que se pirase de las suertes constantemente y buscase siempre la huida. Todo eso daba igual por dos motivos: llevaba el hierro de José Escolar y corría. Vaya si corría. Lo comprobó Víctor del Pozo en el par de banderillas que le dejó en la misma cara. Tenía emotividad, eso sí. Y transmisión, que fueron las virtudes principales que le vio Noé al gris para decidir que lo brindaba al tendido. Porque iba a tirar la moneda.

Y cuando se hace eso, poco importa si toreas bien o mal, si le pones el trapo así o asá; lo que cuenta es hasta qué punto vas a traspasar la línea que pone tu integridad física en riesgo. Fue esa, y no otra, la virtud que tuvo hoy Gómez del Pilar, porque se iba a quedar quieto así le pasase por encima la línea 5 del Metro. Diez minutos más tarde, después de despachar al desrazado Calentito con una estocada corta, paseaba una oreja del bicho por haber soportado puñetazos en la franela, miradas en los embroques, reserva intensa en cada cite atendido y amenaza constante en los que no. Todo eso se tragó Noé antes de pasear el despojo, y por eso -y porque se pidió con insistencia y mayoría- hay que concederlo siempre, pero ese pañuelo blanco que sacó Iñaki Sanjuán constituye un profundo agravio comparativo con otras faenas -en esta plaza y en esta feria- en las que también presidía él. La de Morante, por supuesto, la primera. Le acompañará toda la vida.

También parecía que iba para faena de premio la que firmó Esaú Fernández ante el cuarto, al que se fue a recibir a portagayola y lanceó con soltura y decisión tras pasar el primer trago. Era de arboladura espectacular el de Escolar, pero no tuvo entrega ni en las telas ni en el peto, por mucho que se arrancase en la distancia cuando lo colocaron allí, porque en el caballo, al que damos tanta importancia los aficionados a la bravura, no empujó ninguno. Pero este lo brindó Esaú, porque le había visto buen son en la arrancada anterior. El toro repetía y tenía transmisión y correa, mucho brío y escasa clase y celo, porque cuando le gobernaron la embestida al natural un par de veces se negó a tomar una tercera. Al aburrirse el toro, hubo que azuzarlo sin molestar, dejar que pasase y aprovechar la transmisión para calar en un tendido al que no se podía llegar cuando estaba de parte del toro. Y aquello ocurrió porque ese pitón izquierdo, por el que quería pasar con la cara a media altura y sin terminar el viaje, lo entendieron como bueno. El ganadero también estaría con su sempiterno argumento de que nadie se aburrió, pero tampoco lo hacían en los campos de concentración nazis y eso no significaba que estuvieran disfrutando. Aunque le reprochasen a Esaú, ya con la muleta en la espalda para pegar bernadinas, que no lo hubiese exprimido en una serie más. Hubiera dado lo mismo. Hubiera sido igual de malo pasando -por no entregarse nunca- por uno incansable, pero doctores tiene la Iglasia…

Al de Colmenar, el que debutaba en un festejo de San Isidro y no había visto nunca tanta gente junta en una plaza, le pudo el escenario a la hora de estructurar, pero es verdad que a Miguel no le embistió ninguno de los toros que le salieron del chiquero, igual porque no tiene un tocayo con arca ni más remedio que aceptar esta corrida. Le faltó sitio para complementar su arrojo y oficio para añadir a su decisión. Por eso no logró extraer virtud de dos animales sin clase, ni nobleza, ni toreabilidad, a pesar de que lo mostró yendo y viniendo en el inicio muletero, mientras le tiraba líneas para fijar su atención. En la exigencia era otro toro, claro, pero el tendido ya lo había visto correr. Lo mismo pasó con el sexto pero ese, al final, terminó echándole mano y soltándole un varetazo en la espalda que le pudo costar un disgusto. Cosas de la falta de raza cuando la tildan de bravura.

Pero lo cierto es que no fue la corrida para sacar pecho y presumir, aunque hubiese ovaciones para varios toros y una oreja paseada ante el clamor general. Ahora tú vas y le explicas a los nuevos aficionados que la bravura es otra cosa, que tiene un fuerte componente de nobleza de la que el encierro de hoy carecía. Será que tiene que ser así…

FICHA DEL FESTEJO

Martes, 3 de junio de 2025. Plaza de Toros de Las Ventas, Madrid. Vigesimosegunda de la Feria de San Isidro 2025. Corrida de toros. 17.219 espectadores.

Toros de José Escolar; muy orientado por el lado derecho, tuvo un viaje más largo y franco por pitón zurdo; con peligro evidente por ambos lados el segundo; se vino al paso, midiendo un tercero sin opciones; más pacífico el cuarto, que pasó sin humillar; con carácter, de emocionante embestida el ágil y vivo quinto; manso y con genio el sexto.

Esaú Fernández, de tabaco negro y oro: silencio y división.

Gómez del Pilar, de azul pavo y oro: silencio tras aviso y oreja tras aviso.

Miguel de Pablo, de marino y oro: silencio y silencio tras aviso.

CUADRILLAS: Saludó Víctor del Pozo tras parear al quinto.

FOTOGALERÍA: LUIS SÁNCHEZ OLMEDO

Fotogalería Madrid 3 6 2025