A los de Dolores Aguirre (cinco años ausentes de Madrid) se les suponen dureza, dificultades y pocas opciones de lucimiento y, se entiende, que entre los novilleros, la ambición, la apuesta y la decisión, son actitudes innegociables. Pues bien, este domingo en Las Ventas, ni lo uno ni lo otro. Los Dolores, esta vez, no fueron «de cabeza», sino que, al contrario, ofrecieron muchas opciones reales de triunfo, siempre que los novilleros hubieran tenido eso que se les presume y que, esta tarde, no sacaron a relucir, quedándose en la academia del intentar «no estar mal» sin terminar de dar el paso. Hoy, los de Dolores Aguirre merecieron más (al menos los cuatro primeros).
[]☀️Así hemos vivido la novillada con picadores de esta tarde en #LasVentas. 1️⃣ festejo del mes de agosto.
— Plaza de Las Ventas (@LasVentas) August 4, 2024
💥 para un entregado Jesús de la Calzada en su lote de Dolores Aguirre. pic.twitter.com/BcRwxRRJGc
La nobleza del primero mereció más apuesta de Seseña
Se protestó al primero, más por su escasa cara que por su correcta presencia, del hierro sevillano, que regresaba a Madrid tras cinco años de ausencia, y lo cierto es que no embistió mal metió la cara con nobleza, pero es cierto que le faltó empuje y un punto de fuerza para transmitir y seguir los vuelos con codicia. También end verdad que no quiso tonterías. Protestó los recortes y adornos, buscó por debajo entonces y pegó puñetazos en las telas cuando el temple se perdió. Ese punto de exigencia fue un hándicap que ya enseñó en el capote de Álvaro Seseña y que no terminó de resolver con la muleta. El de Aranjuez anduvo fácil y dispuesto, y se encontró más cómodo por derechazos, dejando alguno de buena factura, sin terminar de romperse. Y es que ese pudo ser el debe de su faena, pues fue ayuna de apuesta, perdiendo la muleta hasta en tres ocasiones y recibió un aviso antes de montar la espada.
Jesús García no termina de aprovechar un segundo novillo con posibilidades
Pronto tuvo que invertir los terrenos Jesús García con el impetuoso segundo, un tío, para ganar los medios con solvencia. A pesar de que se le pico mal y poco, no embistió mal cuando lo hizo, pues es verdad que tardó en entrar a los cites del madrileño, que pudo equivocarse en buscar con los toques fuertes una respuesta que se violentaba con ellos, mientras ofreció cierta calidad cuando se le trató con suavidad. Así llegó una serie apreciable de muletazos cortos, lo mejor de una labor que nunca terminó de tomar vuelo.
Jesús de la Calzada cambia el triunfo por una voltereta con el buen tercero
La animada pelea del tercero en el caballo dejó ver la chispa con la que embestiría después en la muleta de Jesús de la Calzada, cierto es que un tanto desordenada (faltó un puyazo certero), pero tampoco ayudó a corregir aquello el desgobierno del salmantino, que buscó más la estética que el dominio. Cierto es que cuajó dos series notables, una por cada mano, ligadas y emotivas mientras «Botero» dibujaba surcos en la arena siguiendo las telas, pero a medida que avanzaba la faena se hacía evidente que faltaba ese punto de poder que terminara de doblegar la voluntad de un animal que se quedó con mucho por decir. Buscó calentar de nuevo al final con unas ceñidas manoletinas y se quedó en la cara para cambiar un metisaca por una seria voltereta, de la que se levantó enrabietado y, aparentemente, ileso, para despachar al novillo.
Seseña se queda sin opciones tras una faena muy trompicada al cuarto
Se ajustó más Seseña en la lidia del cuarto, un novillo que tuvo franqueza aún en su descompuesto viaje, que además remató con un punto de violencia por arriba. Seseña intentó limar asperezas proponiendo un temple que se hizo escaso por los múltiples enganchones de su muleta, en una laboriosa faena que nunca llegó a lucir.
Sí hay quinto malo
Los ánimos se alteraron entre los pocos asistentes con el quinto, un animal que no quiso ver al caballo y de cuya lidia se desentendió Jesús García, que dejó en Pirri esa responsabilidad, y el marrón de llevarse la bronca por dejar al novillo prácticamente debajo del peto, del que huyó una y otra vez. Ante esa falta de celo, Jesús tomó la muleta con más precauciones que seguridad, pero ya en lo medios se fue afianzando con la izquierda a medida que el novillo echaba el ancla. Además, Jesús se atascó con la espada.
De la Calzada apuesta y se va con las manos vacías en el sexto
Solo Jesús de la Calzada, con el sexto, tuvo arrestos para demostrar que quiere ser. Se echó de rodillas en los medios para traerse al novillos y pasarlo con más testosterona que lucimiento (y claridad) , pues quizá en animal necesitaba de otro inicio más ortodoxo, uno que enseñará, por abajo, el poder que obligaría al novillo abedecer después. Porque, si bien es cierto que al novillo le faltó fuelle y que le costó repetir, también es verdad que pudo faltar autoridad, muy a pesar de la demostrada voluntad del salmantino.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de Las Ventas, Madrid. Novillada. Un cuarto de entrada en tarde calurosa.
Novillos de Dolores Aguirre, desiguales en su correcta presencia. Noble el primero; tardo pero con clase el segundo; encastado y con calidad el tercero; descompuesto el cuarto; manso y sin celo el quinto; justo de raza y a menos el sexto.
Álvaro Seseña (azul marino y oro): silencio tras aviso y silencio.
Jesús García (tabaco y oro): silencio tras aviso y pitos.
Jesús de la Calzada (celeste y oro): ovación tras aviso y ovación.
Incidencias: Al concluir el paseíllo se guardó un minuto de silencio en memoria de los matadores de toros s Paco Camino y Pepe Luís Vázquez, fallecidos esta semana.
FOTOGALERÍA: LUIS SÁNCHEZ OLMEDO