LA CRÓNICA DE SAN ISIDRO

Un novillo para soñar; un torero para creer


miércoles 17 mayo, 2023

La verdad de Christian Parejo cala en una tarde en la que pechó con un novillo que podría haber sido de corral en otras manos y un quinto en el que saludó la única ovación del festejo; Diego García desaprovechó el soñador pitón derecho del primero -el mejor del encierro- y Mario Navas dejó algún natural meritorio en el tercero y, en el sexto, fue feísimamente volteado.

Christian Parejo
Christian Parejo en Madrid. © Luis Sánchez Olmedo

Hay ocasiones en las que hay padrino, mas nunca llega el bautizo. Y en el toreo, un espectáculo donde la patata es tan importante, eso pasa con cierta frecuencia. Porque hoy, en la primera novillada del ciclo isidril, salió un novillo para que el joven al que le tocase no lo olvidase jamás. Para estar gallardo, para ser una roca frente a él y también para sobreponerse a ese derrote final. Fue un primero de Los Maños tan emotivo -y humillador de inicio- como complejo en el trato. Y que tenía media finca en su pitón derecho.

Y eso que engañó a todos capa en mano, porque parecía que ese cortijo colgaba de su lado izquierdo cuando Mario Campillo le plantó delante la capa. Ya, a ese animal, le que quitó por tafalleras Christian Parejo y luego respondió Diego García, al que le tocó ese animal. Pedía mando, pedía gobierno, pedía mucha firmeza un animal que embestía a ralentí por el derecho, por donde mantuvo largo y entregado el viaje. Qué formas la del animal; la única serie en la que el novillero de Sanse propuso a zurdas, le enganchó los trapos y lógicamente protestó. Y se aburrió de no tener fiesta por abajo -ese citado derrote final engañaba arriba-. Acabó diciendo basta y se fue a tablas. Secretario II, para soñar. Cuando ya quiso enmendar García ese error en el abreplaza e intentó ponerse bonito a torear al manso cuarto -al que le dejó algún muletazo inicial estimable- ya era demasiado tarde.

Y de Francia, su cuartel general, vino un Christian Parejo con el histórico aval de haber sido proclamado triunfador de sureste y suroeste galo por los clubes taurinos por unanimidad. Y con ese boato, que no vale en Madrid, también dejó su credencial en la primera plaza del orbe. Porque estuvo hecho un tío con un primero auténticamente de corral.

Le hincó la rodilla en tierra para torear por verónicas Parejo a ese animal, ofensivo por delante, al que luego limó su media altura un excelso Curro Javier capa en mano. La tremebunda voltereta cuando proponía estatutarios fue para llevárselo con Padrós, máxime con los dos puñales que lucía por delante el animal, que milagrosamente no lo hirieron. Y siguió delante de él firmísimo el gaditano, olvidando que iba recto el funo y que el vendaval era cada vez más fuerte. Se cruzó, lo intentó llevar toreado, lo cambió de terrenos y le robó naturales que supieron a gloria en la querencia. Aplomado como un tanque, se hizo con un novillo que hubiese sido del tercer pañuelo con otro delante y que no ayudó nada a la hora de meterle el acero.

Luego le cambió totalmente los terrenos Parejo al quinto y acertó; lo pulseó muy bien a pies juntos y trazó siempre con proposición limpia e intentando colocarse bien a un novillo noble pero a menos. Muy a menos -pero manteniendo esa nobleza por momentos, y sólo por momentos, humilladora-. Y a más la actitud de un chiclanero que se lo pasó cerca en el epílogo por manoletinas. Pero tampoco entró el acero.

Entre tanto, el buen corte aprendido por Mario Navas -que sustituía al herido Marcos Linares- se chocó contra las nada fáciles intenciones del tercero, que hizo pasar un quinario a la cuadrilla y luego el viento hizo lo demás. Pero intentó proponer bien al natural el pucelano, que le trincó alguno estimable. En el sexto, impactante fue la voltereta que le dio de salida: lo cogió como un trapo y fue un milagro que saliese sin cornada del envite. Muy mermado de facultades, y con el viento a la contra, acortó obra el joven.

Y así terminó, con medio tendido despoblado para ver el fútbol, una tarde con un nombre, el de Christian Parejo, para creer en él y con un novillo, el primero, que seguirá embistiendo por el pitón derecho allá donde esté.

FICHA DEL FESTEJO

Plaza de toros de Las Ventas, Madrid. Feria de San Isidro, Séptima de abono. Novillada con picadores

Seis Novillos de Los Maños. Colocó la cara con calidad por el pitón derecho el buen primero; con muy malas ideas el segundo, que supo en todo momento lo que se dejaba atrás; áspero fue el tercero, llevando siempre la cara a media altura; se vino a menos, huyendo de la pelea el cuarto; viajó siempre a media altura en los vuelos el noble quinto; imposible fue el sexto.

Diego García (Grana y oro): Ovación tras aviso y Silencio tras aviso

Christian Parejo (Blanco y Plata remates en negro): Silencio tras aviso y Ovación tras aviso.

Mario Navas (Pizarra y oro): Silencio tras aviso y Silencio

FOTOGALERÍA: LUIS SÁNCHEZ OLMEDO

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