PABLO LÓPEZ RIOBOO / FOTOGALERÍA: EMILIO MÉNDEZ
Llegaba
la seriedad del toro a Bilbao con una entipada corrida de toros de El Puerto de
San Lorenzo para el jerezano Juan José Padilla, el mexicano Joselito Adame y el
salmantino Juan del Álamo.
Salió sueltecito como es típico
en su encaste el precioso primero, pero que en las telas del jerezano metió la cara con suavidad, a
la verónica lo lanceó Padilla con capotazos templados. Le hizo las cosas
perfectas «Mambrú» en una lidia impecable ante un toro que empujó con
clase en el jaco. Garboso y ceñido resultó el quite de Adame antes de un buen
tercio de banderillas de Padilla, en el que el toro del Puerto siguió
manteniendo sus virtudes. Tomó la muleta con gran bravura y clase este primero
en una muleta templada de un Padilla muy centrado. El animal hacía el avión,
entregado en cada muletazo, repitiendo de una manera importantísima ante un
torero que tiró de su repertorio de mayor templanza. Cuando tomaba la muleta
por el izquierdo el animal pese a tener la misma clase que en el otro pitón
amagó con irse a tablas, lo que más tarde haría de forma definitiva. Un animal
que hubiera sido mejor sacarlo fuera del tercio, arropado en el tercio el
animal cantó la gallina, quizás con la querencia menos acusada se hubiera
sostenido. Cerró Padilla por manoletinas con el toro ya desentendido del
jerezano. Faena de más a menos la vivida en el primero de la tarde. Mató al
segundo intento de una estocada tendida y caída, por lo que fue ovacionado.
Ya desde salida cantó el
segundo de la tarde que su condición no era igual a la de su hermano anterior. Salió
desentendido del capote del mexicano y manseó de forma clara en el caballo.
Destacó Miguel Martín en el tercio de banderillas con un par eficaz. En la
muleta llegó el toro con una embestida descompuesta, sin entrega en los
trastos, en una faena tesonera del mexicano. Porfió Joselito en una labor
aseada de un torero con oficio que se chocó ente un toro con movilidad pero de
descastada embestida. El del Puerto tenía la virtud de la movilidad, pero esa
era sin clase, lo que dificultaba ligar los pases con limpieza. Por el
izquierdo se quedaba corto y se paraba en mitad del viaje. Tras pinchazo, estocada y dos descabellos fue silenciado.
Preciso
de lamina resultó el tercero de la tarde al que recibió rodilla en tierra el
salmantino Juan del Álamo, para luego dejar templados pasajes ante un toro con
nobleza y buen son. Animal protestado por parte del respetable por su justeza
de fuerzas. Acusó su merma física en el tercio de muleta, embistiendo
rebrincado y arrastrando las patas. Descompuesto embistió el animal. Pese a la
disposición del salmantino la faena no tomó vuelo. En un momento de la faena el
animal perdió pie y pisó el tobillo del torero con los cuartos traseros, pese a
ello el torero ni se miró y volvió a la cara de un animal que quería más que
podía, de ahí que sus embestidas eran defensivas por esa condición feble del
toro. Dejó un par de naturales de fino trazo en las postrimerías de la faena,
así como dos tandas de mayor ligazón pero faltas de emoción. Cerro la faena en
la distancia corta consiguiendo meter al público en la faena. Tras una estocada
algo trasera fue ovacionado tras escuchar un aviso.
Desigual
resultó la pelea del cuarto en el caballo, lo que ya había evidenciado en el
capote de Padilla, el cual lo recibió de rodillas en el tercio. Templó y alivió
al animal Daniel Duarte para sacarlo del jaco en un último puyazo algo excesivo.
Brindó Padilla su tercio de banderillas al público en una actuación solvente en
la que volvió a brillar por su facilidad y temple Duarte. Legó a la muleta el
cuarto de la tarde embistiendo con cierto celo y transmisión en un inicio de
faena sacándose el animal a los medios. Conforme fue avanzando la faena empezó
a quedarse más corto el animal, que seguía manteniendo la nobleza pero pecaba
de falta de clase. Iba y venía el del Puerto sin humillar pero con esa nobleza
que permitió al jerezano tirar de su toreo para calar en el público. Molinetes,
circulares por la espalda, hizo todo lo que estaba en su repertorio, ese que el
público que va a verle gusta de presenciar. Tras pasaportar al animal de una
gran estocada y dos descabellos se le pidió la oreja, concedida finalmente por
presidente.
Embistió
de forma templada el engatillado quinto al capote de un Adame que salió a darlo
todo desde su saludo en el tercio. Destacó en buen tercio de varas de óscar
Bernal, rápido y en la yema. Garboso y templado fue el quite de Juan del Álamo
ante un toro que se iba a los vuelos embistiendo con gran temple al percal. Volvieron
a destacar en banderillas Miguel Martín y Fernando Sánchez. Embistió el animal
como los grandes toros mexicanos, gateando y queriéndolo todo por abajo, en un
trasteo acompasado y fino trazo. Toro nada fácil, ya que no quería toques
bruscos sino caricia en cada muletazo, acertó el azteca en imprimirle la
suavidad que pedía el animal, toro bravo que requería de una muleta de seda.
Por el izquierdo le faltaba mayor celo a un toro que aun teniendo nobleza no
embestía igual. Animal que embestía mejor sin inercias, haciéndolo de parado,
acertó Adame en darle aire y espacio entre tanda y tanda dentro de un buen
trasteo pero al que le faltó mayor rotundidad aún siendo una buena faena. Pecó
Adame en acortar las distancias, lo que ahogó algo las embestidas, buscando más
el triunfo por la vía de la efectividad que del toreo ortodoxo. Cerró por
bernardinas para cortar una oreja tras pasaportar de una buena estocada a un
buen toro en una labor sincera y templada.
No
se dejó torear de capa el que hizo sexto. Del Álamo intentó llevarlo largo pero
este embestía con las manos por delante y reponiendo. Llegó a la muleta el del
Puerto embistiendo con transmisión y temperamento ante una muleta poderosa del
salmantino. Las dos primeras tandas fueron para ahormar a un animal que
embestía con todo. La tercera faena si tuvo mayor limpieza, humillo el toro
tras la pañosa del salmantino en cuatro muletazos a tener en cuanta, pero en
mitad de la serie el toro lo desarmó. Tomó la zurda para continuar su faena
ante un toro que lógicamente ya estaba venido a menos. Disposición, paciencia y
fe le puso del Álamo a un trasteo que no tomó el aire que había conseguido en
la tercera tanda. Se atemperó el animal, pero sin embargo esas embestidas con
transmisión se convirtieron en anodinas lo que restó transmisión al tendido. No
le volvió la cara en una faena en la que acortó distancia en las postrimerías
de la faena, se puso en el sitio ante un animal que ya estaba muy agotado. El
punto de inflexión vino en ese desarme que a buen seguro de no haberse
producido hubiera dejado ver un trasteo de mayor opciones. Se atascó con los
aceros y fue silenciado.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de Bilbao. Corridas Generales, tercera de abono. Corrida de toros.
Toros de El Puerto de San Lorenzo, en tipo, con seriedad y buena presentación. Destacaron los enclasados y boyantes primero y quinto, se dejó el noblón cuarto, mientras que los restantes dieron menos juago.
Juan José Padilla (azul pavo y oro): Ovación con saludos y oreja
Joselito Adame (nazareno y oro): Silencio y oreja
Juan del Álamo (blanco y plata): Ovación con saludos tras aviso y silencio tras aviso