Una corrida de El Cortijillo se lidiaba en Orgaz este domingo, con un atractivo cartel manchego que reunía en el paseíllo a Eugenio de Mora, Raúl Rivera y Álvaro Lorenzo.
Dos veces entró al caballo «Cornetillo», el colorado que rompía plaza de El Cortijillo, que no se empleó mucho en ninguno de los dos puyazos. Paradito se quedaba el Núñez, al que le costaba arrancarse en el primero de cada tanda y que luego pasaba saliendo a media altura y sin colocar la cara. Basó Eugenio de Mora su faena por el derecho, el pitón más potable de un animal al que le faltó poder. Lo mató de un estoconazo y cortó la primera oreja.
Se echó al suelo Raúl Rivera para recibir con una larga cambiada al segundo, con el hierro de Alcurrucén, muy justito de entrega y poder. El quite fue justo y medido, hubo dos chicuelinas y una media que tuvieron gusto. Banderilleó el propio matador clavado tres pares que tuvieron exposición, el último de ellos al violín que terminó parando al toro. De hinojos y en el terció comenzó el trasteo para después salirse a los medios del ruedo de reducidas dimensiones y ponerse a torear por el derecho. Por allí acusó el animal sus defectos, poca prontitud y entrega y recorrido corto. Recurrió Raúl Rivera al toreo de cercanías para enganchar al público a la faena y se fue a por la espada en el momento adecuado, con el animal ya rajado y buscando las tablas. La media estocada le obligó a usar el verduguillo. Oreja.
El tercero, justo de fuerzas, recibió un puyazo desmesurado en el caballo que ya acusó durante el resto de la lidia. Intentó Álvaro Lorenzo sostenerlo a media altura en un trasteo muy deslucido con un animal que se quedaba muy corto, sin salirse nunca del muletazo, lo que impidió que la faena cogiera vuelo. Una estocada trasera acabó con el animal de El Cortijillo. Oreja.
Hizo cosas de rajado el cuarto en los primeros tercios y se fue a la puerta de toriles en el inicio de faena. Embestía con cierta brusquedad y echando la cara arriba el de Alcurrucén, había que conducir el muletazo hasta el final y poderle sobre todo por el izquierdo, el mejor pitón del animal y por donde llegaron los momentos de mayor lucimiento de la faena. Lo fue metiendo en el canasto con oficio el de Mora, siempre tapando las salidas para terminar la faena en el tercio. Mató de estocada tras pinchazo y cortó las dos orejas.
Muy justito estaba de fuerzas el quinto, que perdió las manos a la salida del caballo. Lo exprimió Raúl Rivera en un tercio de banderillas en el que le exigió mucho, clavando cuatro pares que levantaron al público de sus localidades. En la muleta, tuvo que sostener a un toro muy justo de fuerzas y que perdía las manos si lo llevaban por abajo. Le dio tiempo entre tanda y tanda para no ahogarlo e intentó llevarlo a media altura acompañando el muletazo con el cuerpo, componiendo. Con el animal muy venido a menos, se echó encima el toledano apostando por las cercanías en un circular en el que conectó con el tendido. Media estocada fue suficiente para acabar con el animal y cortar las dos orejas.
«Desolado» de Alcurrucén cerraba la tarde en Orgaz. Lo dejó correr Álvaro en el capote y se lucieron los de plata en banderillas. A pies juntos y por algo comenzó faena el toledano ante un animal que metía la cara con calidad y perseguía los vuelos con fijeza. Las dos primeras tandas por el derecho citando delantero y dejando la muleta puesta derrocharon expresividad y torería. También se gustó por el izquierdo y cuando se vino al menos el Núñez se fue a por la espada. Cerró por luquesinas y cobró un estoconazo en todo lo alto. Dos orejas.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de Orgaz, Toledo. Corrida de toros.
Toros de El Cortijillo y Alcurrucén, correctos de presencia.
Eugenio de Mora: oreja y dos orejas
Raúl Rivera: oreja y dos orejas.
Álvaro Lorenzo: oreja y dos orejas.
FOTOS: EUSEBIO SÁNCHEZ