PLAZA MÉXICO

Parar el tiempo en un embudo


domingo 15 noviembre, 2015

Diego Urdiales ralentizó con su muleta diez minutos en una faena para la historia que no rubricó con el acero; una oreja protestada paseó Fermín Rivera mientras que Armillita no se acopló

Diego Urdiales ralentizó con su muleta diez minutos en una faena para la historia que no rubricó con el acero; una oreja protestada paseó Fermín Rivera mientras que Armillita no se acopló

En la veteranía de alternativa le llegaba a
Diego Urdiales su confirmación en la Plaza México este domingo cubriendo el
puesto de un Enrique Ponce en la enfermería. Lo hacía con un encierro de
Bernaldo de Quirós con 504 kilos de promedio y con Fermín Rivera y Armillita IV
como testigo y padrino respectivamente, abriendo plaza el rejoneador Alejandro
Zendejas.

Bien templó Zendejas al anovillado primero de
Fernando de la Mora, que llevaba la divisa casi en su testuz, llevando continua
la grupa y clavando un primer rejón de castigo un tanto trasero. Resbaló su
cabalgadura en el centro del ruedo, apretándole el toro cuando el jaco perdió
el paso. Con «Cádiz” comenzó su faena el rejoneador, dejando con este tordo
plateado –hijo de «Neptuno”, de Manuel Vidrié- un quiebro que rápidamente
conectó con el tendido. Embistió el de De la Mora desde lejos, con un tranco
franco y noblón que le permitió a Alejandro gustarse en los embroques. Varias
piruetas comprometidas dejó el rejoneador, especialmente destacando un quiebro
cortísimo exponiendo en los dominios del burel. Con «Aníbal” puso las cortas
Zendejas, pinchando en el primer encuentro y metiendo el acero a la segunda.

«Personaje” llevaba por nombre el toro de la
confirmación de alternativa de Diego Urdiales en la Plaza México, al que
recibió con muchísimo gusto a la verónica, destacando especialmente la media. Esperaba
mucho el toro tras un tercio de varas en el que no se empleó, complicándole
después la vida a Gustavo Campos palitroques en mano. Una tanda a ralentí,
plena de serenidad y seriedad por parte del riojano, fueron una apertura de
quilates para la faena. Tuvo armonía también la segunda tanda, con el oficio y
la veteranía sabrosa de su concepto compendiadas en cinco derechazos que
pusieron en pie el tendido. También en la tercera logró conectar con el
respetable azteca, dándole aire y distancia a un toro que cabeceaba en el
momento del embroque. Al natural debió ganarle pasos a base de técnica,
aprovechando la noblona condición de un toro que se arrancaba con prontitud,
rompiéndose la muñeca y la cintura en los muletazos. Le dejó una media
estocada, tumbándolo al tercer golpe de verduguillo.

Reunido de carnes era «Inolvidable”, el tercero
de la tarde, al que recibió Fermín Rivera en el tercio a la verónica ante un
incierto tranco. Se le paró a partir de
la segunda tanda un astado que fue a menos durante todo el empeño que dejó ver
Rivera. Le costó trabajo la conexión con el tendido a Fermín y el tranco sin
son ni clase del de Bernaldo de Quirós hizo a Fermín ir a por la espada,
dejando en la suerte natural una estocada caída que acabó con el astado.

Con una larga cambiada al hilo de tablas
recibió Armillita IV al cuarto de Bernaldo de Quirós, un toro al que cuidó en
el caballo. Ángel González se ganó los aplausos del público en un primer par
cuarteando, para que Héctor García dejara otro par aceptable con un toro que
levantaba la cara. Se dejó ver Fermín en el inicio muleteril, debiendo perderle
pasos entre los enganchones hasta acomodarse a un tranco incierto del castaño.
No pudo sellarle faena lucida a un toro parado, sin fuelle ni fuerza que
impidió cualquier posibilidad pulcra frente a él. Lo intentó Armillita por
todos los medios sin fruto final. A espadas, dejó un metisaca y una estocada
que valió.

Más discreto que en su primer turno anduvo
Urdiales en el saludo capotero al cuarto. El puyazo de César Morales fue
aplaudido por el respetable, levantando el brazo pronto. Dejó un par trasero
Víctor García para que Marco Gómez clavara también un solo palo. Otra vez mostró
gusto en la primera tanda con la mano derecha antes de que se cortara
radicalmente la faena por desarmarlo el toro y hacerle daño en la mano derecha.
Se vino a menos el de Quirós, dejando a un lado la prontitud de los primeros
tercios, por lo que Urdiales optó por cruzarse y hacer el toreo más en corto. Tres
naturales, cuando cogió la mano izquierda, tuvieron gusto. Se le fue en el
último compás de la faena a las tablas. Escuchó palmas.

Tampoco tenía especial celo el berrendo en
castaño sexto, un toro que se llevó un puyacito simbólico en varas. Intentó
lucirse muleta en mano ante un astado que no se comprometió durante el trasteo
del torero azteca. Se rajó en los últimos compases muleteriles, con el torero
hacia adelante y el toro hacia atrás, haciendo así gala de la poca casta que
atesoraba. Tuvo que provocarle la embestida Rivera en todo momento. Al hilo de
tablas sonsacó los momentos con más emoción de su labor, fallando a la primera
con la espada y metiendo el acero un punto trasero a la segunda.

También justo de presentación era el séptimo
de la tarde, un toro al que Armillita recibió directamente a la verónica en el
tercio. Con una embestida desaborida no logró repetirle a Armillita el toro, a
pesar de intentarlo el joven en su cara durante todo el trasteo. Entre pitos se
fue a por la espada y lo despachó de estocada.

FICHA
DEL FESTEJO

Plaza
de toros Monumental de México. Cuarta de la Temporada Grande. Corrida de toros
mixta.

Un
toro de Fernando de la Mora para
rejones y seis de Bernaldo de Quiróspara lidia a pie.

El
rejoneador Alejandro Zendejas, palmas. 

Diego Urdiales,
que confirmaba su alternativa, vuelta al ruedo y palmas. 

Fermín Rivera, silencio y oreja.

Fermín Espinosa «Armillita IV”, silencio y leves pitos. 

VÍDEO Y FOTOGALERÍA: EMILIO MÉNDEZ