LA CRÓNICA DE BILBAO

Pasión para corazones fuertes


viernes 28 agosto, 2015

El toreo es de locos y para locos. Y la tarde de hoy en Bilbao demostró que, aunque sea difícil, se necesitan muchos muchos locos para seguir creyendo en esto

El toreo es de locos y para locos. Y la tarde de hoy en Bilbao demostró que, aunque sea difícil, se necesitan muchos muchos locos para seguir creyendo en esto

 

El toreo es de locos y para locos. Y la tarde de hoy en Bilbao
demostró que, aunque sea difícil, se necesitan muchos muchos locos para seguir
creyendo en una expresión artística inmaterial en la que la ilusión importa y
mucho para mantener intacta la llama de la pasión. Y eso no es fácil de conseguir en medio de una sociedad donde lo material
tiene mucho más valor que lo inmaterial, donde lo efímero no es garantía de
supervivencia y donde la felicidad fugaz importa mucho más que la hipoteca de
una esperanza a largo plazo
. Eso lo sabe el Fino que rebosa veteranía
torera, el Talavante que –aun en plena ebullición madura- se fue entre pitos y
el Fandiño que intentó remontar lo que Ramos le arrebató por abril. A esta bendita
locura le tocó hoy la maldición justo donde menos la necesitaba la Fiesta. Pero
la vida es así.

Desesperó un encierro de Antonio Bañuelos que, de primero a sexto,
echó por tierra las esperanzas de Vista Alegre. La misma que, miércoles y
jueves, había acogió una entrada para trabajar el futuro pero hoy de nuevo
volvió a los andares del despropósito y austeridad promocional del serial. Y no
se lo merece Antonio, el ganadero que apostó por el frío como único acompañante
de la bravura para despuntar en Francia y ser alma mater de la apuesta por la
cría de bravo. No fue justa su carta
para una trayectoria que está consolidándose en otro tipo de resultados.

Y de esperanzas sabe un Fino que hoy se topó con un primero con poquísima fuerza que no le dejó recibirlo a
gusto a la verónica.
Un puyazo trasero y caído dejó Jesús Vicente hizo que se
cayera después de la vara. Se caía el toro tras las varas y también embestía
con un tranco flojo en la lidia de Suso y desigual se comportó en los pares de
Tejero para que poco después lo sometiera por bajo Fino en el inicio muleteril
al hilo de tablas. Ahí acabó. «Farandulero” llevaba por nombre el cuarto,
con el que Finito intentó lucirse de capa pero no lo consiguió porque iba
siempre con la cara alta. Era un toro que iba a los vuelos pero no terminaba el
viaje, quedando mirando al torero. Tuvo que obligarle Juan en todo momento y
aprovechar las inercias del astado burgalés haciendo así que embistiera.

Quiere remontar Fandiño la apuesta que salió cruz en su temporada y
que, de Pamplona a Bilbao, está tornando en raza por ser el único ingrediente
con el que salir a flote. Sabe Iván que su
toreo está cambiando y quizá en la madurez sea donde encuentre el nuevo yo con
el que está ilusionando al aficionado. No lo vio la afición paisana torear.
Tan sólo comerse los pitones de un segundo desagradecido y romperse por
circulares ante el mortecino y afligido quinto. Fue su primero toro de
rebrincada condición con el que debió ir confiando en sí mismo para hacer de la
necesidad de casta virtud con la que reenfocar su labor dando una vuelta final.
Con una cambiada y muchísima seguridad capotera recibió al quinto de
Bañuelos. Rafael Agudo lo cuidó en el jaco y con menos no pudo hacer más Iván
ante uno que iba siempre al mínimo esfuerzo. Intentó llevarlo a media altura,
pero en cuanto se vio podido se afligió.

Se topó el Talavante en pleno éxtasis con un
lote que deshonró su temporada
.
Tuvo una actuación decorosa sin expresión ante un tercero que no valió y con el
que antes del silencio final lo intentó en trazos pulcros sin éxito. Embestía
sin compás y a peor el cierraplaza, al que entró a matar tras probarlo en la
primera tanda. Y entre pitos se fue el extremeño.

Mientras sigamos entendiendo el toreo como
pasión para corazones fuertes seguiremos haciendo soñar en las plazas.
Pero el tiempo se acaba y ni la entrada de hoy
en Bilbao ni el resultado ganadero pueden defender nuestro futuro. Está claro
que nos sobran alabanzas y nos falta ambición, y como aquí no estamos para dar
palmas a un futuro gris, hay que ser optimistas y pensar que esta pasión para
corazones fuertes puede estarse cuajando gracias a la toma de conciencia del
sector.

 

FICHA DEL
FESTEJO

Plaza de toros de Vista Alegre, Bilbao. Séptima de la
Aste Nagusia. Corrida de toros. Menos de dos tercios.

Seis toros de Antonio
Bañuelos, deslucidos en su conjunto y protestados en su presentación excepto el
sexto.

Juan Serrano «Finito de Córdoba”, silencio y
silencio.

Iván Fandiño, vuelta y ovación.

Alejandro Talavante, silencio y pitos.

FOTOGALERÍA:
EMILIO MÉNDEZ