SANTANDER

Emotivo adiós de Ponce, eterno regreso de Morante y arrollador debut de Adrián


martes 23 julio, 2024

El valenciano se despidió de forma emotiva de Cuatro Caminos, José Antonio dejó dos obras de suprema calidad en su regreso y Adrián se entregó al máximo en una tarde para el recuerdo, paseando tres orejas y recibiendo un volteretón del sexto.

Puerta Grande Santander

Ponce se despedía, este martes, del coso santanderino de Cuatro Caminos con un encierro de Domingo Hernández. Morante de la Puebla reaparecía tras mes y medio de baja y el madrileño Fernando Adrián debutaba en el coso.

Ponce deja series limpias y técnicas ante la codicia del primero y le corta oreja tras aviso

“Ofiblanco” se llamaba el primero, número 34, negro bragado de capa, un toro de Domingo Hernández de 512 kilos de diciembre de 2019 al que dejó lances capoteros a la verónica de limpieza ante la noble pero justa en fuerzas embestida del animal. Toro que no se entregó a la  capa y que soseó en el capote lidiador, pero que luego cambió en las dos primeras series de muleta. Buenos pares de Víctor del Pozo. Emotivo el brindis de Ponce a Morante de la Puebla, que se dejó al toro en terrenos del tercio debido al viento, y en la faena intentó que el animal rompiese hacia adelante. Y lo hizo, porque sacó movilidad y codicia en esas dos primeras tandas, y aunque no terminaba de entregarse de forma humilladora, sí era emotivo. Una voltereta, tras clavar los pitones en la arena, deslució la obra en el ecuador, y se resintió el toro. En ese momento, tomó la zurda Ponce, que dejó naturales de voluntad. Pero cuando rompió el tendido fue en el final por abajo, unos doblones de bella ejecución del veterano. Y la estocada entera, tras la que sonó un aviso. Oreja.

Morante, una lidia con la verdad por delante al segundo: verónicas caras, muletazos eternos y una oreja

“Piñonero” se llamaba el segundo, de 509 kilos, número 110, un toro negro de capa, nacido en marzo de 2020, de 509 kilos de peso. Tremendas las verónicas de José Antonio al de Domingo Hernández, al que le dejó unos sensacionales lances templados y acompasados, primero genuflexos y luego erguido. Una delicia. Cumplió el toro en el caballo, y de nuevo armoniosas fueron las chicuelinas del cigarrero al toro. Buenos pares de Curro Javier y de Alberto Zayas ante la efectiva lidia de Joao Ferreira. A su apoderado, Pedro Jorge Marques, brindó el toro, al que dejó un sensacional inicio de faena por ayudados, con una soberbia trincherilla final. Muy pronto a los toques el toro, dejó naturales de mérito José Antonio ante el toro, muy de verdad siempre con él a pesar de la incertidumbre del viento, que molestaba por momentos. Se pasó muy cerca al toro en el final de obra, antes de dejar una estocada un punto desprendida pero efectiva. Y paseó una justa oreja.

Adrián deja la faena más rotunda de lo que va de Feria y desoreja al tercero

“Prestigioso” llevaba por nombre el tercero, negro mulato de capa, número 153, nacido en enero de 2019, de 470 kilos y primero del lote de Fernando Adrián. Toro al que dejó varios afarolados de salida el madrileño, y luego quiso torear de rodillas con máxima entrega, pero el animal lo arrolló. Ya erguido, dejó dos verónicas de trazo limpio y a pies juntos, y una revolera de remate. Dejó un galleo por chicuelinas para acercar al toro al caballo, y se cuidó el animal en la lidia. Brindó a Ponce y Morante el toro. Le dio muleta muy pronto al de Domingo Hernández cambiándole el viaje por delante y por detrás. Pero fue después, con la mano derecha y con una colocación tremendamente precisa cuando llegó el toreo bueno con el buen toro, que la tomó con prontitud, codicia y brío hasta el inmenso desdén con el que remató la serie. Al natural toreó larguísimo, con máxima relajación en la figura y los pies atornillados al ruedo mientras el tendido se volvía loco con la quietud y la capacidad de que el animal girase a su alrededor. Rotundo el madrileño, y sólo cuando iba a perfilarse con la espada el toro se le rajó. Y le metió el acero a la primera y en lo alto, paseando dos orejas.

Emotivas dos orejas para Enrique Ponce tras una faena a sones de La Misión al cuarto

“Labrador” se llamaba el cuarto, el toro de la despedida de Enrique Ponce del coso de Cuatro Caminos, un animal número 147, negro de capa y de 503 kilos. Parecía estar lesionado el animal de los cuartos traseros, cuidándolo Enrique; a pesar de ello, fue bravo en el caballo el de Domingo. Al público fue un emotivo brindis, tras el cual Enrique dejó una obra de toques sutiles ante un toro con las fuerzas justas, pero con mucha calidad, al que dejó, a sones de La Misión, detalles de mérito. Y le cortó las dos orejas tras la estocada.

Morante, otra faena de toreo eterno al quinto, al que le corta otra oreja

“Algodón” llevaba por nombre el quinto, segundo del lote de Morante de la Puebla, número 157, negro mulato de capa, de noviembre de 2019 y de 459 kilos. Hizo varios extraños con la vista en el inicio de la lidia de José Antonio, que luego le cuajó varias verónicas de supremo temple. Le abrieron los caminos en la lidia, y luego dejó otra obra magistral José Antonio a sones de Suspiros de España. Momentos de supremo temple al natural, de toreo a ralentí, embebiendo el tranco noble y humillador del de Domingo, con una gran calidad… y que acabó de una estocada al encuentro que puso en su mano otro premio.

Adrián se sobrepone a un volteretón del sexto y le corta otra oreja de mucho mérito

“Peluso” se llamaba el cierraplaza, número 133, un toro colorado de capa, de enero de 2020, de 475 kilos de peso y segundo del lote de Fernando Adrián. Muy encajado el madrileño, que dejó verónicas de trazo limpio y acompasado antes de que lo arrollase de una forma violenta; muy dura la voltereta, tras la cual se recompuso magullado. Sin mirarse ni aspavientos, prosiguió la lidia y brindó al tendido. Y dejó una faena de arrebato pero en la que los naturales fueron caros. Entró Santander de lleno en la faena cuando tomó la izquierda el madrileño, que selló instantes de mucho gusto por ese lado, por donde embebió el trazo con suma verdad y por donde crujió el toreo el madrileño. Los finales de serie tuvieron mucho sabor. Y de mucho valor las bernadinas, en las que se pasó a milímetros los pitones del toro, antes de un pinchazo y una estocada en lo alto. Otra oreja.

FICHA DEL FESTEJO

Plaza de toros de Cuatro Caminos, Santander. Cuarta de la Feria de Santiago. Corrida de toros. Lleno.

Toros de Domingo Hernández. Con codicia un primero de embestidas desiguales; con mucha prontitud el noble segundo, que tenía el defecto de puntear; humillador y con mucha calidad el tercero, que se acabó rajando;

Enrique Ponce, oreja tras aviso y dos orejas.

Morante de la Puebla, oreja y oreja.

Fernando Adrián, dos orejas y oreja.

FOTOGALERÍA: ARJONA – LANCES DE FUTURO

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