El azteca abrió la Puerta Grande Sanmarqueña tras una faena de dos
orejas a su segundo de Teófilo Gómez; Talavante anduvo pleno en una faena al
quinto marrada con la espada mientras que Fermín Rivera escuchó palmas
La tarde de este domingo 26 de abril de 2015 ha resultado más que
interesante pues de haber fallado con el acero dos de los diestros encartelados
estaríamos hablando de la salida en hombros de la tercia pues quien se llevó
ese honor fue el espada anfitrión Arturo Macías, quien ahora mostrando una
faceta plena de madurez y asentamiento, fue que se hizo con justeza de tres
orejas que le valieron más que merecidamente el abrir la Puerta Grande
Sanmarqueña.
Sus alternantes, el español Alejandro Talavante ha dejado ir una gran
faena al toro que cerró plaza por no acertar con la espada pero si se llevó el
reconocimiento del público y aunque no cortó nada la vuelta al ruedo que le
obligaron a dar fue más que evidente en honor a lo que hizo en el ruedo. En
tanto, Fermín Rivera ha dejado ir el triunfo tras no acertar con el estoque en
el quinto astado, sin embargo, para los buenos aficionados, a pesar del
pinchazo, bien hubiera obtenido una oreja pero se redujo a una salida al
tercio.
Así pues, ante una más que media entrada en el coso Monumental de
Aguascalientes en tarde nublada, fresca y con algo de viento, se dio la quinta
corrida y sexto festejo del abono de la CLXXXVII edición de la Feria Nacional
de San Marcos, en la que se lidió un encierro de la dehesa de los Herederos de
Teófilo Gómez, pareja en tipo, sobresaliendo el toro corrido en cuarto lugar
que mereció el arrastre lento. Sosos pero de mucha nobleza resultaron el
primero y el sexto. Los demás acusaron dificultades.
El matador local Arturo Macías al toro que abrió plaza, de nombre
«Don José Luis”, lo recibió en los medios con tres largas cambiadas de hinojos
y de pie ajustarse en ceñidas chicuelinas, además de lucirse en un vistoso
quite por saltilleras. Con la muleta comenzó en los medios con tres cambiados
por la espalda, ligando otro por bajo y el de pecho. El toro era tardito pero
noble y sin humillar del todo, sin embargo el torero lo ha entendido a la
perfección por ambos lados, destacando su buen temple y trazo por el derecho,
imprimiendo buen gusto y mucha torería, intercalando adornos como los pases de
trinchera, más cambiados por la espalda, el de la firma, una estrecha arrucina,
la vitolina y majos forzados de pecho. Hizo el toreo en redondo, todo envuelto
en una evidente madurez taurina que le ha hecho cuajar tan brillante trasteo al
jovial diestro, quien ahora hizo todo con mucha seriedad. Remató todo con
valerosas manoletinas para matar de estocada entera desprendida y ligeramente
trasera para serle otorgada una merecida oreja.
A su segundo, llamado «Más Merezco”, de buen juego, le endilgó de salida
en los medios y de rodillas cuatro comprometidas largas cambiadas para rematar
con media de hinojos y después de pie quitar variadamente por dos chicuelinas,
una tafallera, una caleserina y una brionesa. Con la franela empezó toreramente
doblándose y darse luego a hacer el toreo derechista, pleno de temple, ritmo y
largueza, llevando bien metido en el engaño al de Teófilo. Rompió en las
alturas la «Pelea de Gallos” y Arturo siguió recreándose por el perfil derecho,
con hondura y buen mando. Adornó con los de trinchera, los cambios de mano por
delante, en redondo y el toreo a media altura. Vino el desplante y como epílogo
una tanda de manoletinas ceñidas para matar de estocada entera ligeramente
contraria entre gritos de ¡torero! recibiendo dos apéndices y a los restos del
burel se les dio arrastre lento.
En el primer astado de su lote el espada potosino Fermín Riveracon el capote poco pudo hacer debido a las complicaciones que de inicio mostró,
como la sosería, era espión e iba con la cabeza suelta. Aun así, a base de
sobarle y de poderle, de estar muy por encima del animal, logró muletazos
importantes por el pitón derecho, siempre con mucha firmeza y evidente
disposición. Terminó de media estocada atravesada, tendida y trasera, además de
tres golpes de descabello para escuchar palmas.
En su segundo logró bellos lances a pies juntos para luego superarse en
un quitazo por chicuelinas, misma serie que remató con torero y estético lance
soltando una punta del capote. Así pues, con un astado que no tenía claridad en
las embestidas, Fermín con sobriedad y talento torero le cuajó con la muleta
una firme, recia y señorial faena por ambos lados, de mucho aguante. Se metió
en la cuna de los pitones, exponiendo de verdad y así lograr más pasajes de
emoción por el lado diestro, sobre todo cuando lo toreó en la zona de toriles.
Culminó de pinchazo y estocada. Un trasteo sin duda que bien merecía la oreja
pero el grueso del público no la supo entender y sólo lo llamó a saludar desde
el tercio.
El diestro extremeño Alejandro Talavante en el primer burel que
le tocó en suerte lanceó con empeño. Su labor con la sarga, a un ejemplar soso,
débil y que se quedaba corto por momentos, le realizó una faena pausada,
talentosa y medida sobre ambas manos, logrando de manera importante pasajes más
que plausibles y así lo entendió el respetable. Se prodigó en el toreo al
natural y en redondo, sin exigirle al astado, con la intención de conservarle
toda la fuerza posible para de hecho exprimirle todo lo que traía dentro el
toro. Finiquitó de pinchazo y estocada honda caída para recibir palmas.
Y en el que cerró el festejo, un burel que iba con la cabeza arriba pero
de una notable nobleza, veroniqueó con elegancia a pies juntos y abriendo el
compás, además de quitar de manera vistosa. Con la tela escarlata comenzó en la
zona de tablas de rodillas con pases por alto y sufrir un apremio sin
consecuencias. Volvió a la cara del toro para hacer lo mismo, incluyendo una
temeraria arrucina, una dosantina y el forzado de pecho igualmente de hinojos.
Así, con el ambiente creado para su quehacer, Talavante pasó del tremendismo al
arte puro pues ya de pie se solazó toreando lenta y aterciopeladamente por
naturales previo molinete. Luego, girando sobre su propio eje, en un increíble
juego de cintura, Alejandro hizo ver mejor de lo que parecía al astado al
engarzar series de derechazos pausados a las que les intercaló adornos de
sublime belleza y estética, vamos, en cada lance el extremeño se regodeaba con
el astado y salía caminando tranquilo para recibir las sonoras ovaciones de un
público más que motivado por su quehacer. Le sonaron «Pelea de Gallos” y el de
Badajoz seguía recreándose en cada muletazo. Más torero en redondo de mucha
lentitud pero al final, a la hora buena, el gozo se fue al pozo más no así el
ánimo del público que obligó al torero a dar una aclamada vuelta al ruedo.
FICHA DEL FESTEJO
AGUASCALIENTES, Aguascalientes.
Quinta corrida y sexto festejo del abono de la CLXXXVII Feria Nacional de San
Marcos. Coso Monumental. Entrada: Más de media entrada en tarde nublada, fresca
y algo de viento.
Toros de los Herederos de Teófilo Gómez, parejos en tipo, siendo bueno
el cuarto que mereció arrastre lento. Sosos pero muy nobles fueron el primero y
el sexto. Los demás tuvieron complicaciones.
Arturo
Macías: Una oreja y dos orejas, con salida en hombros.
Fermín
Rivera: Palmas y al tercio.
Alejandro Talavante: Palmas
y vuelta al ruedo.
Fotos: Emilio Méndez