ALMERÍA

Puerta Grande para un imperioso Juli


viernes 25 agosto, 2017

Juli paseó dos orejas del quinto, Ferrera y Roca Rey, ambos una oreja. Sin romper la de Zalduendo hubo gran espectáculo por la entrega de los toreros. Imperial 'El Juli', rotundo Ferrera y macizo Roca

Juli paseó dos orejas del quinto, Ferrera y Roca Rey, ambos una oreja. Sin romper la de Zalduendo hubo gran espectáculo por la entrega de los toreros. Imperial 'El Juli', rotundo Ferrera y macizo Roca

TEXTO: EMILIO TRIGO / FOTOGALERÍA: ALMERÍA CHOPERA TOROS

Antonio Ferrera, Julián López ‘El Juli’ y Andrés Roca Rey hacían, en la tarde de este viernes, el paseíllo en la tercera de la Feria de la Virgen del Mar de Almería. Se lidiaban toros de Zalduendo.

Sin romper la de Zalduendo hubo gran espectáculo por la entrega de los toreros. Imperial 'El Juli', rotundo Ferrera y macizo Roca antes sus complicados lotes. Mejor después de la merienda que la primera mitad del festejo.

Ferrera recibió al primero de la tarde de forma muy personal. Surgió la verónica con cadencia.  Una verónica que ganó terreno en cada lance hasta llegar a los medios,  allí remató con una media de verdadero lujo. Antonio abrió el compás en el recibo y terminó con los pies juntos y saboreando cada movimiento con el percal. Con los palos Ferrera deleitó en un extraordinario tercio de poder a poder, por dentro, saliendo desde el estribo, aunque hay que decir, que en uno de ellos, el toro le pegó un derrote directo al mentón haciendo señas de un posible daño en el oído izquierdo. La plaza estalló cuando vio al extremeño brindar las banderillas con los colores de la Bandera española. Brindo al respetable lo que fue una faena de mucho sabor de dominio con torería pero a la que le faltó algo de continuidad por la falta de celo de su oponente. Bien es verdad,  que el Zalduendo iba y venía, aunque de forma muy irregular y nunca, embebido en la muleta por esa informalidad en su acometida. Faena con sabor añejo donde también hubo exigencias por parte del extremeño y adornos en los finales de su notable quehacer. Varios pinchazos le quitaron el trofeo. En uno de ellos, se cortó visiblemente en un dedo de la mano derecha. Ovación y pasó a la enfermería. El cuarto fue un toro de amplia badana, manos cortas y culipollo. Un toro de comportamiento reservado en el recibo capotero del diestro extremeño. Un Astado de muchísimas complicaciones, arisco, con mucho genio, sin clase, brusco y duro de verdad. Un toro de los que le saca el oxígeno a cualquiera, al más pintado, sin embargo Antonio Ferrera demostró esa madurez y maestría, que ha curtido con el paso de los años. Un maestro que toreó para sí mismo, que sacó de su interior todo lo que llevaba  dentro,  un torero que limó las asperezas, que consintió  y que hizo, que al final, terminará claudicando el animal. De los que uno no quiere encontrarse nunca y que "líbreme Dios por violencia" no obstante, el toro no sabía a quién se enfrentaba. Toro de examen y torero poderoso donde los haya. Firmeza y sabor construyeron una faena de gran metraje y enorme diapasón, ante un toro que embistió como sus horrorosas hechuras. Mal, descompuestas y con todo. Media de rápido efecto y oreja de mucho tonelaje. Se le pidió con fuerza la segunda pero no se atendió.

Bonito de estampa era el segundo de la tarde. Un Zalduendo con pinta más bien de Torrestrella. El burraco salió abanto sin querer obedecer a los engaños que aparecían por las bocanas de los burladeros. A este, Julián lo lanceó con decoro pero sin poderlo amarrar en la tela rosa, puesto que, el astado salía suelto con las carencias hacia chiqueros y sin querer repetir. Tras una suerte de varas sin castigar a su oponente y configuró una faena donde manifestó su superioridad para amarrar a su astado y quitarle las querencias. El madrileño hizo que repitiera pero su oponente desarrazado y sin transmisión, aunque se movió algo tuvo escasas opciones. Juli con mando lo muleteó por ambos pitones imponiendo su ley y sacando más partido de lo que tenía el Zalduendo. Pinchazo, estocada e insuficiente petición. Ovación. Salió Julián en el quinto, con toda la raza que tiene en su cuerpo. Brindó siendo consciente de la oreja de Ferrera y Roca,  lógicamente él no iba a irse de vacío. ‘El Juli’ construyó poco a poco una labor hacia arriba. En clara ascensión taurómaca. Poder y más poder en una muleta portentosa y sabía. Juli toreró con la barriga, con la ideas de ‘Caín’ y con la suavidad del terciopelo. Una faena de Master que desorientó al toro que buscaba querencias. Constantemente lo cambió de terrenos y lo mareó con su toreo interior. Tremendo lo vivido con Julián, que hasta se tiró de rodillas como si se tratase de un novillero que empieza a mitad de labor. Salió comprometido del farol de rodillas. Sensacional faena que compaginó el buen gusto, la estética y toda la raza del mundo ante uno que arrollaba por dentro, que embestía con el pitón de fuera y con viaje deslucido. Julián con su extraordinario quehacer lo hizo el mejor de clase hasta ese momento. Sus derechazos y naturales tan ligados y severos que parecían una noria sin fin. Espadazo, aviso y dos orejas.

No pasó nada para el recuerdo en los primeros tercios ante el tercero de la tarde. Violento con temperamento, de explosividad en su embestida, llegó al último tercio con genio y con muchas teclas en su interior. Un astado al que Roca Rey le arrancó una oreja. Se impuso el peruano a base de firmeza y capacidad en un trasteo de mucha técnica y de alta exposición. El toro a esas alturas, seguía acometiendo e intentando puntear la barriga de la muleta aunque Roca Rey con mucha pulcritud nunca le dejó que topara el engaño rojo. Faena importante de Andrés que rubricó con un enorme espada oreja de ley. Imposible estar mejor ante tan truhan animal. El sexto estuvo abanto en todos los tercios y persiguió en banderillas. Un toro mortecino, sin fuelle desde el inicio de faena y que estaba aburrido. Con estos mimbres, no pudo hacer el cesto el peruano. Andrés todo corazón lo intentó con ahínco por ambos lados y alguna ocasión hubo estética. Un muletear poderoso y bello a la vez. Un oasis ante tanto desierto de raza. Porfía sin recompensa ante uno inservible donde los haya. Lo mejor vino en los primeros tercios con el capote. Roca  recibió al cierraplaza con variedad capotera y mucha exposición, al igual que en el apretado quite -en chiqueros- con tafalleras, capote a la espalda y chicuelinas. Magistral clase de capote de Andrés. Lo demás un querer y no poder. Ovación

FICHA DEL FESTEJO

Plaza de toros de Almería. Tercera de la feria de la Virgen del Mar. Corrida de toros.

Entrada: Algo más de tres cuartos

Seis toros de Zalduendo. 

Antonio Ferrera; Ovación y oreja. 

Julián López ‘El Juli’, Ovación y dos orejas. 

Andrés Roca Rey; Oreja y ovación.