PALENCIA

Pundonor y toreria magistral


jueves 3 septiembre, 2015

Ponce dejó una faena para el recuerdo ante el cuarto, uno de Alcurrucén que fue oasis entre el desierto manso de sus hermanos; Perera cortó una a un arrimón de fuego y sin suerte anduvo Talavante

Ponce dejó una faena para el recuerdo ante el cuarto, uno de Alcurrucén que fue oasis entre el desierto manso de sus hermanos; Perera cortó una a un arrimón de fuego y sin suerte anduvo Talavante

POR: FRAN DOMÍNGUEZ

Enrique Ponce, Miguel Ángel
Perera y Alejandro Talavante
hacían el paseíllo en la tercera de la
Feria de San Antolín, en un cartel que había causado la expectación de la
afición castellana. Sobre el papel, un encierro de Alcucucén esperaba,
ganadería triunfadora del ciclo isidril.

 

El primero fue un colorado de Alcurrucén con
502 kilos en romana que fue noble pero soso y sin transmisión. Ponce realizó
una faena al hilo de tablas, basada en el pulso y el tacto a diestras,
sonsacando dos tandas toreras sin eco final. Mató de estocada caída para
escuchar ovación tras leve petición.  El cuarto llevaba 540 kilos
de peso, un colorado con el que Ponce cuajó una gran faena, de pundonor y
torería de principio a fin y a más en todo momento. Hubo momentos de nivel por
ambas manos, conjugando clasicismo y torería ante un toro de Alcurrucén noble y
con transmisión aunque falto de clase. Estuvo muy torero el valenciano para
cortar dos apéndices de mucho mérito.

El segundo fue un colorado con 507 kilos,
manso y deslucido con el que Perera puso todo de su parte para aguantarlo en
las telas y poder ligar faena. Le robó algún muletazo por el pitón derecho,
alguno más bello a zurdas, pero el astado manchego quería irse de su muleta.
Mató de estocada desprendida y escuchó ovación. Como gesto significativo, el subalterno Martín Blanco -sustituyendo al lesionado Joselito Gutiérrez- lidió a ese toro con un capote de Saúl Jiménez Fortes. El quinto, con 519 kilos de
peso, fue un toro con el que Perera debió arrear por su mansedumbre y falta de
raza. Se arrimó Perera al toro con redondos para, desplantarse hasta en tres
ocasiones y, tras la estocada, cortar la oreja.

El tercero lucía 503 kilos
y, al igual que sus hermanos, fue un manso y deslucido que no se empleó en los
primeros tercios y en la muleta quiso arrancarle algún momento suelto pero
Talavante se estrelló. Mató de pinchazo, estocada y descabello, lo que propició
el silencio. El sexto fue un toro, como
sus hermanos, manso y sin querer pelea. Talavante le robó algún muletazo de
bella factura, ligando dos tandas al natural que calaron en el respetable
castellano pero posteriormente se puso complicado el astado manchego para
matar. Tras pinchazo, estocada y un aviso, fue silenciado el extremeño.

FICHA DEL FESTEJO

Plaza de toros de Palencia.
Tercera de Feria. Corrida de toros.

Seis toros de Alcurrucén, mansos y deslucidos en su conjunto, destacando el cuarto, noble. 

Enrique Ponce, ovación y dos orejas. 

Miguel Ángel Perera, ovación y oreja.

Alejandro Talavante, silencio y silencio.