Sanlúcar la Mayor (Sevilla) celebraba, esta tarde, una corrida de toros mixta con los hierros de Osborne, Chamaco y Montes de Oca para el rejoneador Andrés Romero, Lama de Góngora, Joaquín Galdós y el novillero sin caballos Carlos “Chocolate”.
Romero le cortó la oreja al primero del festejo, un animal con el que tuvo que echar pie a tierra para descabellarlo. Ejemplar que ya desde salida cantó su tendencia a tablas, un astado que, pese a esa condición, tuvo fijeza y prontitud cuando el onubense lo citaba desde la media distancia. A base de temple y conocimiento de los terrenos consiguió que su antagonista no acabase aculado en tablas a las primeras de cambio. Labor entonada, esta de Andrés, ante un público que entró de lleno en su labor desde el comienzo de la misma ante un ejemplar al que le sacó todo lo que llevaba dentro.
Salió con brío el segundo de la tarde, un ejemplar de Osborne que siembre tuvo mayor franqueza y entrega por el pitón derecho. Se le cuidó en el jaco para no quebrantar en demasía a un toro medido en su motor. Lama optó por ir poco a poco sobando a un animal al que había que llevar siembre enganchado. Torero fue su inicio de faena para más tarde torear a media alturita a un astado al que le faltó humillar. Muy templado anduvo Lama, siempre buscando gustarse en cada uno de los muletazos. Un toro que a izquierdas siempre tendió a embestir a la altura del palillo vendiéndose de mitad del muletazo en adelante. Con el toro a menos volvió a gustarse a derechas ante un ejemplar agradecido cuando se le hicieron las cosas bien. Su final de faena a pies juntos con naturales de uno en uno tuvo gran torería y empaque dentro de una labor premiada con el doble trofeo.
Más pausada fue la embestida del ensabanao que hizo tercero, un animal bajo y de bonitas hechuras al que le paseó una oreja tras dejar una estocada caída. El de Osborne cantó que el tercio era el lugar donde se iba a sentir más cómodo. El peruano acertó en no apretarle en el inicio, buscando siembre alargarle el muletazo a media altura. Pese a su nobleza, este siempre tendió a quedarse cortito, de ahí que su embestida no fuera limpia y sí algo desordenada a media altura. Pulcro y asentado, anduvo un Galdós al que se le vio dispuesto y centrado ante un ejemplar cogido con pinzas, ese al que exprimió hasta sacarle toda esa nobleza que llevaba dentro.
Carlos ‘Chocolate’ salió dispuesto a triunfar ante sus paisanos, esos a los que le brindó una faena de gran disposición ante un animal al que siempre había que darle su sitio y llevar sometido en los trastos. Alegre y pronto fue el novillo onubense al que Chocolate acertó en no dejarle pensar entre pase y pase. Ejemplar que se entregó al sometimiento, ralentizando su embestida cuando Carlos se la dejó muerta y tiró con suavidad de este. Por el izquierdo exigió más gobierno pese a embestir con la cara a media altura. Pese a su escaso oficio, el joven sevillano nunca le perdió la cara a la faena, dejando pasajes de gran interés que calaron enormemente en una afición que llenó prácticamente la plaza para ver este cartel mixto. Se entendieron novillo y novillero en una labor de tú a tú. Las dos orejas y la ovación posterior al de Chamaco fueron un justo premio para ambos.
También medido de fuerzas salió el quinto, quizás el animal más medido de lo que llevábamos de festejo. Un toro al que cuidó Lama tanto en el recibo de capa como en el posterior tercio de varas. Poco a poco el animal aprendió a moverse con las fuerzas que tenía hasta llegar a una faena de muleta donde todo se hizo a favor de obra. Fijo y pronto fue un animal al que todo había que hacérselo templado, desordenándose cuando enganchaba los trastos. Faena pulcra, torera y con mucho gusto ante un ejemplar de Osborne que todo lo hizo a media altura. Acertó en los terrenos y en las alturas, siempre buscando intentar alargar el muletazo de un animal con calidad, pero al que le costó siempre de mitad del muletazo hacia adelante. Faena donde acompañó siempre la embestida del animal con la cintura en una labor donde primó el buen gusto sobre todo lo demás. Volvió a finalizar su labor por naturales, esta vez con el compás ligeramente más abierto antes de atascarse con los aceros, cambiando dos orejas por una cerrada ovación.
No se entregó en demasía el sexto de la tarde, un animal que se movió sin entrega en los primeros tercios pese a atisbársele cierta nobleza. Brindó su labor a Sergio Rico antes de comenzar su faena con doblones muy toreros. Galdós asentó su labor por el pitón derecho, por ahí el animal la tomaba con mayor ritmo pese a faltarle mayor humillación. Se gustó y gustó Joaquín en una labor donde nunca le pidió al animal aquellos que no podía dar. A zurdas siempre tendió a quedarse más corto, pese a ello, a base de fe y buena colocación, consiguió que el astado alargara su viaje. Faena de gran interés para el aficionado por todo lo desarrollado ante un toro de Osborne que rompió gracias al sitio que pisó un torero que supo potenciar las virtudes y minimizar los defectos del sexto de la tarde, esa que firmó con una gran estocada que puso en sus manos una oreja de mucho peso.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de Sanlúcar la Mayor (Sevilla). Corrida de toros. Casi lleno.
Un toro, el primero, de Montes de Oca, cuatro toros de Osborne y un eral -el cuarto- de Chamaco.
El rejoneador Andrés Romero, oreja tras aviso.
Lama de Góngora, dos orejas y ovación tras aviso.
Joaquín Galdós, oreja tras aviso y oreja con petición de la segunda.
El novillero sin caballos Carlos “Chocolate”, dos orejas.
CUADRILLAS: Saludaron Juan José Domínguez y Juan Manguilla tras parear al quinto.