Sebastián Castella, José María Manzanares y Tomás Rufo hacían el paseíllo, este 16 de mayo, en la séptima de la Feria de San Isidro, una corrida con el hierro de Victoriano del Río.
Castella, sin opciones ante el deslucido primero
Protestado fue el primero de Toros de Cortés, animal que no entraba por la vista, justo de trapío y de fondo. Pasó sin decir nada, embistiendo en línea recta y con la cara arriba en el saludo de capote de Castella y se dejó pegar en el peto de Agustín Romero. Lo mimó José Chacón en la lidia, llevándolo por abajo en una brega muy a favor del animal. Cuando el de Béziers montó la muleta, buscó el camino del 7 para refugiarse del viento, que soplaba, incomodando su labor. Se dobló por abajo Castella en un buen inicio, que fue clave para dejar una segunda tanda por el derecho en la que el animal persiguió los trastos con más entrega. Y a partir de ahí, la historia se acabó. No había nada más. Lo intentó Castella, quedándose delante y acortando las distancias en una firme actuación ante un burel que se puso áspero, derrotando y echando la cara muy arriba en los finales. Anduvo desacertado con los aceros. Silencio.
Manzanares compone poderoso ante la transmisión del segundo y un pinchazo hondo le quita el premio
Serio por delante, cuajado y con trapío era el segundo, ya con el hierro de Victoriano del Río. Quiso humillar en el capote de José Mari Manzanares y no se empleó en el peto de Óscar Bernal, saliendo desentendido. Volvió a molestar el viento en el poderoso y torero inicio de faena de Manzanares en el tercio, en el que se atisbó ya la transmisión y humillación del animal. Sobre la mano derecha, basó Manzanares un trasteo que rompió en la tercera serie. Tiraba la moneda el alicantino en el primer muletazo de cada serie mientras arreciaba Eolo en el albero venteño, pero conseguía ligarlo a partir del segundo, con el toro embistiendo por dentro con transmisión y humillación. El diestro alicantino se lo ceñía al cuerpo de fuera hacia dentro, en muletazos cadenciosos y muy por abajo. Cambió al izquierdo, pero seguía soplando el viento y no encontró el acople necesario, por lo que la faena murió en una última serie a diestras en la que dibujó muletazos con mucho temple. Mató recibiendo, dejando un pinchazo hondo en buen sitio que fue suficiente.
Oreja a la enorme dimensión de Tomás Rufo, que es volteado por el tercero
Serio por delante y en su expresión era el tercero de Victoriano del Río, que peleó empujando en las dos varas. Gran tercio de banderillas el protagonizado por Fernando Sánchez y Sergio Blasco, que saludaron una ovación. Confió Tomás Rufo en la condición del toro y tras el brindis, se echó de hinojos en el tercio para citar de largo pese al viento en una primera tanda en la que hubo exposición y mucho valor. Sobre la diestra, dejó el toledano series templadas ante la embestida con calidad del animal, que llegaba arriba, pero estaba muy justito. Cuando cambió al izquierdo, fue prendido y cayó de manera muy fea en el remate del natural, pero volvió a la cara del animal sin aparentes consecuencias, tirando de vergüenza torera. Más firme si cabe estuvo por el pitón izquierdo, donde dejó naturales de bella factura ante un animal ya más parado, uno a uno, sobresaliendo uno que duró una eternidad. Con la tizona, se tiró de verdad para dejar un pinchazo hondo que fue suficiente.
Castella, ovacionado tras someter a un cuarto de más a menos
Un toro rematado y con cuajo era el cuarto, también con el hierro de Victoriano del Río, que salía desentendido del capote de Castella. Tras el paso por el caballo, brilló José Chacón con los palos, dejando dos pares arriba en los que hubo reunión y exposición. En el tercio, en los terrenos del 9 y muy torero, inició el trasteo Castella en una primera tanda que arrancó con pases cambiados por la espalda en los que se quedó muy quieto ante un animal muy pronto, pero cogido por alfileres. Lo quiso cuidar el francés, dando tiempo al burel entre tanda y tanda, para después someterlo por abajo, con la muleta a ras de suelo, en series con mucha enjundia por el pitón derecho en las que respondía el animal. Pero tal fue el sometimiento que terminó el de Victoriano claudicando y se vino a menos en la segunda parte de la faena. Tiró Castella de cercanías, redujo las distancias para quedarse encima, y alargó demasiado el metraje de la faena. El primer aviso sonó cuando todavía no había entrado a matar. Dejó una estocada arriba con mucha exposición.
Manzanares se atasca con la espada y es silenciado en el quinto
Corchero se llamaba el que hizo de quinto, un cinqueño que se quedó muy encima en el capote de Manzanares. A punto estuvo de prenderlo en un traspiés que finalmente no quedó en nada. En el caballo, recetó Paco María dos buenos puyazos, y en banderillas destacó Juan José Trujillo. Inició faena Manzanares ante un animal incierto, de embestida descompuesta por el pitón derecho. No se acopló el alicantino a la movilidad del animal, que se dejó ver en la tanda en la que lo probó por el izquierdo, la más destacada de todo el trasteo. Volvió al derecho sin lograr un mayor eco antes de atascarse con el acero.
Tomás Rufo se estrella con el grandón sexto
Abierto de pitones, ancho de sienes, grandón y basto era el sexto, que se mostró ya incierto de salida y se pegó una vuelta al ruedo por su cuenta. En el caballo, peleó en las dos varas de José Antonio Barroso. En banderillas, expusieron Daniel Duarte y Fernando Sánchez, con sendos pares de los que salieron con mucha torería. Inició faena el de Pepino muy quieto, casi hierático, a pies juntos y por estatuarios para después tirar del animal, alargando la embestida y provocando con un cite brusco en el primer muletazo de cada tanda, pero el de Victoriano embestía en línea recta y faltaba la emoción para que la faena tomara vuelo. Dejó un espadazo habilidoso tras dos pinchazos. Silencio.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de Las Ventas. Séptima de la Feria de San Isidro. Corrida de toros. No hay billetes.
Toros de Victoriano del Río. Deslucido el primero; tuvo transmisión y humillación por el pitón derecho el buen segundo; tuvo buen tranco y calidad el tercero, aunque echó la persiana pronto; tuvo calidad, aunque se vino a menos el buen cuarto; de engañosa movilidad y embestida descompuesta el quinto; descastado, embistió siempre en línea recta el grandón sexto.
Sebastián Castella, silencio y ovación tras aviso.
José María Manzanares, ovación y silencio.
Tomás Rufo, oreja y silencio.
FOTOGALERÍA: LUIS SÁNCHEZ OLMEDO