JAVIER FERNÁNDEZ-CABALLERO
Tenía
lugar este domingo la cuarta corrida de toros de la Temporada Grande
Internacional en la Monumental Plaza de toros México. Confirmaba su alternativa
en el embudo José Garrido, en presencia de Fermín Rivera apadrinando el momento
y atestiguándolo Sergio Flores. Se lidiaban toros de El Vergel. Otra pésima
entrada acogía el coso azteca.
Buena
fue la media de José Garrido en el inicio de la lidia al primero de la tarde,
un animal frío de salida e incluso por momentos abanto, aunque sin agresividad
al tomar las telas del extremeño. César Morales picó al animal de El Vergel. A
Isaac García brindó su faena Garrido después de la ceremonia que apadrinó
Fermín Rivera. No tenía demasiada fuerza el animal, por lo que lo trató con
mimo para evitar que se cayese. Le costaba al toro entrar al engaño, por lo que
debió dosificar sus embestidas. Sin emplearse ni desplazarse el de El Vergel,
nada hizo para el lucimiento del joven. Comenzó a soltar la cara, a defenderse
y a ponerse peligroso en la corta distancia el animal, intentando gustarse al
natural sin calar en el tendido. Con la espada anduvo porfioso ante la nula
embestida del toro.
Negro
listón bragado era el segundo de la tarde, un animal al que lo más lucido en el
recibo lo dejó con la media. Soltando la cara iba el animal, que comenzó a
romper en el tercio de banderillas. Por bajo inició Rivera su faena, con mucha
firmeza en los toques y siendo fiel a su toreo clásico. Plenamente sentidos
fueron los naturales de la tercera tanda, extraordinarios, con brillantez en
algunos momentos y cargando la suerte en su proposición. El toro era reacio a
acudir al primer envite con la muleta, pero cuando lo hacía bajaba una cara que
soltaba por momentos. Lo cuajó por ese lado Rivera, entregándose el parco
público del embudo. Despaciosos fueron los derechazos de la siguiente tanda,
entendiendo perfectamente el tranco templado del de El Vergel, sintiendo el
toreo y sintiéndose en su concepto. Con un medio toro consiguió conectar el
mexicano, que buscó en cercanías en el epílogo muleteril de nuevo el toreo al
natural para encontrarse en varios muletazos extraordinarios. Por manoletinas
epilogó labor, dejando una media estocada ligeramente tendida que no valió para
caer pronto.
495
kilos pesaba el tercero de la tarde, un animal al que le faltaba cara. Sergio
Flores le plantó cara de capote a la verónica, encajándose en dos buenas
verónicas con el compás abierto. Un punto trasero fue el puyazo. Pasó las de
Caín Fernando López al banderillear al toro, que echaba la cara arriba y
buscaba continuamente el cuerpo del subalterno, que pasó varias veces en falso,
cambiando con tres palos el tercio el palco presidencial. Escarbaba y reculaba
el animal, dificilísimo para un Sergio Flores que optó por lidiarlo y matarlo
con dignidad. Pinchó en el primer viaje el tlaxcalteca, metiendo el acero
completo a la segunda.
El
cárdeno cuarto de la tarde, segundo del lote de Fermín Rivera, era un punto más
alto que su hermano anterior. Por chicuelinas quitó el torero tras el primer
puyazo, rematando con una larga cordobesa de especial ralentí. Con la mano
derecha, tras brindar a un conocido en el callejón, consiguió ligar tandas de
grandísimo calado en el tendido por su composición bella, por su estética en la
proposición y el trazo, por su pellizco artístico en cada embroque. Se encajó
por ese lado Rivera. Ya en terrenos del tercio, y cuando el toro hizo amago de
rajarse, Rivera volvió a sacar el gran tesoro conceptual que lleva su toreo
consigo y al natural logró momentos de calado. Tras estoconazo del que el toro
tardó en caer, cortó la oreja.
Con
capotazos de tanteo comenzó su labor Sergio Flores frente al quinto del
festejo, un toro que cuidó en los primeros tercios porque tenía buena condición
tras el encuentro con el piquero y el tercio de banderillas. Pareció tener
buena condición en el inicio de trasteo, en el que Flores se puso directamente
a torear con la mano izquierda y logró enjaretar buenos muletazos. Iba largo el
animal, se desplazaba, tenía recorrido el de El Vergel y lo aprovechó el
tlaxcalteca incluso recreándose en afarolados para rematar tandas con el de
pecho. A más fue el animal, permitiéndole a Flores cuajar un extraordinario
epílogo de faena y un espeluznante arrimón por bernadinas. Tras el estoconazo,
cortó dos orejas.
Tuvo
que doblarse y lidiar a la antigua José Garrido al informal inicio del sexto,
un toro que se picó de forma trasera, debiendo rectificar en la primera vara el
piquero. Tras un desigual tercio de banderillas, brindó al respetable en los
mismos medios. No tuvo suerte José con un animal cada vez quedándose más y más
corto. Tuvo que poner la entrega para sonsacar muletazos aislados en la segunda
parte del trasteo. La porfía de José no logró, de nuevo, calar, por falta de
enemigo.
FICHA DEL FESTEJO
Monumental Plaza de toros México. Cuarta corrida de toros de
la Temporada Grande Internacional. Menos de un cuarto de entrada.
Toros de El Vergel.
Fermín Rivera, ovación y oreja.
Sergio Flores, silencio y dos orejas.
José Garrido, que
confirmaba alternativa, palmas y silencio.
FOTOS: PLAZA MÉXICO