Llegaba el día más importante hasta el momento de Juan Pedro García ‘Calerito’, que tomaba la alternativa en la Real Maestranza za Caballería de Sevilla de manos de José María Manzanares y en presencia de Roca Rey en el segundo festejo de la Feria de San Miguel, con ganado de Victoriano del Río enchiquerado y listo para saltar a las seis de la tarde.
Oreja para la fe de Calerito con el bravo primero
Orador llevaba por nombre el bravo animal de Victoriano que le cupo en suerte a Calerito, un astado con grandes virtudes que el sevillano supo canalizar en la muleta en una primera mitad de faena de gran intensidad. Ya con el capote el toro se fue tras los vuelos. Calerito le abrió bien los brazos para darle sitio al codicioso animal. Se empleó en varas y llegó a la muleta pidiendo el carnet. Se le notaron las carencias del que empieza, pero nunca le perdió la cara a la faena. Toro con codicia, incluso bajando la intensidad de la embestida seguía querido tomarla por abajo. Calerito anduvo muy bien dándole distancia y luciendo al toro, pero se le vieron las logicas carencias cuando había que poderle por abajo. Se acopló bien en una primera serie en la que acertó a pulsear a un astado que siempre pedía ir sometido y enganchado. El toro venía derramando la vida en cada embestida, siempre a más y aceptando de buen grado la exigencia. Finalizó su labor con doblones por bajo antes de pasaportar al toro de una estocada en buen sitio. Se le pidió la oreja y esta fue concedida por la presidencia.
Ovación tras dos avisos para Manzanares con el encastasdo y exigente segundo
Si bien el segundo no tuvo las virtudes del abreplaza, este de Victoriano sacó carácter en el tercio de muleta. Un animal que fue aprendiendo a moverse con las fuerzas que tenía. De menos a más fue su pelea en varas previa a un tercio de banderillas en el que saludaron Daniel Duarte y Luis Blázquez. Manzanares se sacó al animal más allá del tercio pese a molestar algo el aire. Delante tuvo un toro que exigió mucho en la muleta, viniendo muchas veces vencido y pidiendo firmeza y mano baja. Le costó cogerle el aire al toro por parte de José Mari en los primeros compases, debido al gazapeo del animal y el disparo con el que embestía. Hubo muletazos sueltos, pero aquello no calaba. Todo cambió de mitad de faena en adelante, ahí si apostó decididamente por el astado. Dos series en las que tragó paquete ante un animal que embestía con todo y al que le faltaron finales. No se vio nunca a gusto a un José Mari algo agarrotado por momentos. Pero esa espada que tantas veces le dio la gloria esta vez no anduvo fina. Sonaron dos avisos para ser finalmente ovacionado.
Silenciado Roca Rey con el desfondado y apagado tercero
No dio opciones el tercero de la tarde, un animal con nobleza pero el cual se vino muy a menos en la muleta. Buscó el peruano abrirle siempre el muletazo para aliviar a astado, embistiendo este con cierta nobleza, pero esta estaba carente de alma. Porfió por ambos pitones en series limpias pero algo desiguales que no calaron en los tenidos. Desistió de porfiar ante un toro que no iba a ayudarle ni siquiera a justificarse. Pinchó en dos ocasiones antes de dejar una estocada caída y ser silenciado ante un astado que se defendió en la suerte suprema. Uno de los puntos álgidos vovídos en este tercero fue el gran tercio de banderillas de Antoni Chacón, un hombre de plata de los pies a la cabeza.
Silencio tras aviso para Manzanares con un cuarto con nobleza y temple a diestras
Buen recibo capotero el que dejó el alicantino en el cuarto de la tarde, un animal que siempre la tomó con nobleza y calidad. En el peto se vio uno de los momentos más destacados de la tarde, el de Victoriano se empleó en un tercio de varas inmaculado de Paco María. Ovacionado se fue este camino del patio de caballos. Misma ovación que obtuvieron Mambrú y Blázquez en un tercio de banderillas en el que también sobresalió la gran lidia de Duarte. Vimos a un Manzanares de más a menos. Las dos primeras series tuvieron templanza y ligazón ante un animal que se abría de la muleta. Humilló siempre el astado pero Manzanares poco a poco fue perdiendo la fe consigo mismo. Con la zurda el animal siempre tuvo mejor inicio que final de muletazo, pero ya José Mari parecía no estar metido en la faena. Trasteo mecánico y sin alma, no se le vio convencido de lo que hacía, y eso se notó a la hora de entrar a matar. Sonó un aviso y tras caer el animal fue silenciado.
Roca Rey ovacionado con un quinto que se rajó
Duró dos tandas el noblón que hizo quinto, un animal que no se entregó en el toreo de capa. Parecía que la tarde se había sumido en el tedio, ese que levantó Calerito con un ajustado y comprometido quite por chicuelinas. Apretó el animal hacia los adentros, marcando que no iba a estar sobrado de raza. Le abrió los caminos Chacón antes de llegar a la faena de muleta. Acertó en terrenos y alturas el peruano en dos tandas iniciales marcadas por el temple y la ligazón. Aprovechó las inercias del animal para conectar rápidamente con el respetable, pero a partir de ahí el toro encendió la luz de reserva. El toro empezó a acortar el viaje, acabando junto a las tablas de la Puerta del Príncipe. Porfió sin suerte, viéndose obligado a abreviar. Saludó una ovación desde el tercio en reconocimiento a su esfuerzo.
Ovacionado Calerito con otro animal con virtudes
Muy digno anduvo Calerito con un cierraplaza que sacó virtudes, un astado que empujó en el peto antes de dejar el sevillano un templado saludo capotero. Animal con disparo y emotividad en sus embestidas, esas que cuando se llevaban enganchadas eran otras. Se le notó como es lógico la bisoñez del que empieza, faltó ajuste en algunas fases de su labor, pero siempre buscó la buena colocación y torear con temple. Inició en el centro del ruedo con el famoso ‘cartucho de pescao’ para continuar con la zurda. Le costó cogerle el ritmo a un astado que fue agradecido. Cuando logró pulsearlo el toro se ralentizó embistiendo por abajo con gran calidad. De mitad de faena en adelante esta tomó mayor color, pero la espada emborronó cualquier posible triunfo. Actuación, esta de su alternativa, a la que no se le puede poner ni un pero, las exigencias, de momento, para aquellos sobre los que recae el peso de la fiesta, ya habrá tiempo de juzgarle más severamente. Escuchó una ovación como recompensa a una tarde en la que se fue como triunfador.
FICHA DEL FESTEJO
Real Maestranza de Caballería de Sevilla. Feria de San Miguel, segunda de abono. Corrida de toros. Lleno de ‘No hay billetes’.
Toros de Victoriano del Río, bien presentados. Codicioso, emotivo y con calidad el buen primero, ovacionado en el arrastre; de encastada embestida el exigente segundo; de escaso celo el noble pero anodino tercero; de templada embestida el manejable y humillador cuarto; Con prontitud y nobleza el rajado quinto; con ritmo y nobleza el manejable y repetidor sexto.
José María Manzanares: ovación tras dos avisos y silencio.
Roca Rey: silencio y ovación.
Calerito, que toma la alternativa: oreja y ovación.
Incidencias: Saludaron en banderillas Antonio Manuel Punta, Daniel Duarte, Antonio Chacón, Luis Blázquez, Mambrú y Viruta. Ovacionados resultaron Paco María y Manuel Jesús Ruiz tras dos tercios de vara que le valieron el reconocimiento de La Maestranza.
FOTOGALERÍA: EMILIO MÉNDEZ
FOTOGALERÍA: EDUARDO PORCUNA