LA CRÓNICA DE SEVILLA

El fielato del espejo


sábado 25 septiembre, 2021

Miguel Ángel Perera se erige sobre una tarde de apuesta de Roca Rey y de menos opción de El Juli

1 Sevilla Maestranza Perera Saludo

A tres figuras del toreo como las que se anunciaron esta tarde en Sevilla y acabaron el papel les hace poca falta tocar pelo para verse contratados en otra feria. Que Juli abra otro cartel, que Perera esté en otra plaza o que Roca Rey sume una tarde más no es noticia para nadie ni depende de un despojo más o menos. Pero si ellos son los que son y si soportan sobre los hombros el peso de las taquillas es porque conocen los tres el fielato del espejo. Y lo pasan cada tarde sin permitirse aflojar. Porque ese es el que realmente le importa a uno que quiera pasar a la historia.

El espejo siempre te dice la verdad, si sabes aceptar que la verdad no es siempre lo que tú reflejas. Pero no es preciso acertar para pasar el fielato: sólo mantener la mirada al tipo que ves allí dentro y sentir que no tienes nada que reprocharle. Así de fácil para estos tres de hoy -cuatro, si sumamos al ganadero- y así de complicado para el común de los mortales. Porque mirarse al espejo sin nada que cuestionar es de las cosas más complicadas que uno puede vivir en su diario.

Miguel Ángel Perera pudo hoy abrir la Puerta del Príncipe, es verdad. Pero no se alinearon los planetas lo suficiente para que la petición de la oreja con el mansito tercero y de la segunda con el entregado quinto hiciera posible el sueño. Pero como Miguel es veterano y conoce el significado del verbo trabajar sabe que su don del temple ya abrirá un día el camino hacia Triana. Pero mientras se entretiene poniendo difícil a los compañeros hacer el paseíllo con él, porque a Roca Rey le jugó con sus armas y a Juli le jugó bien las ventajas que le daba la desgracia ganadera de ese cuarto, que puede ser el peor que haya echado Garcigrande en años, porque ni peligro tuvo.

Por contra hubo un quinto bravo. Todo lo bravo que se puede ser con esa hechura grandona y fuera de los tipos fetén que suelen embestir en esta casa. A ese lo toreó tan despacio Miguel con el capote que pareció dormirse en cada lance y bajar su velocidad mientras Perera le ganaba el paso. Y como se le dio trato de bueno por esa excepcional cuadrilla que acompaña al extremeño -saludaron todos- pudo galopar con alegría para el fulgurante inicio de faena con el que Miguel prologó el trasteo. De rodillas y en los medios, cambiando por la espalda el cite y viendo cómo se deslizaba por el frente hasta el pase de pecho, en el que ya lo esperaba en pie para deletrear el trazo. Con eso conseguía despertar al Baratillo, pero también desarmar a Roca Rey utilizando uno de sus argumentos más recurrentes.

Pero, como no hubo enemigo a la altura de la enorme ambición del peruano de blanco y oro, tuvo que tirar de raza, de arrestos y de fuegos sin artificio para que no le devolviera el espejo ninguna imagen en gris. Cuando se es figura y se quiere mandar en el sistema -lo de arrebatar las entrañas es otra cosa al alcance de muy pocos- no se puede permitir uno que se olviden de él en los titulares. Salvo que uno sea El Juli y se tenga la serenidad de comprender que su nombre ya es parte de la historia de este espectáculo.

Por eso supo tratar con sabiduría las virtudes del primero, de una casa que conoce y modela y de la que mata media camada cada año, cuando no es la camada entera. Es difícil, muy difícil que no deje Julián una media, un derechazo largo, una serie de máxima reunión, un trasteo bien estructurado para sacar petróleo de media embestida buena. Hoy lo hizo con el abreplaza con el coso aún frío, aún empachado de la torería de ayer. Por eso esa estocada imperfecta lo condenó al olvido, porque cuando el mulo cuarto le negó cualquier opción ya le habían arrebatado el foco los compañeros de terna.

Sobre todo un Perera tan sereno y maduro que a penas pareció importarle un despojo más o menos en su plaza talismán. Y un Andrés Roca Rey de entrega innegable y máximo conocimiento de los terrenos del toro. Porque saben que al llegar al hotel, cuando se miren al espejo, la mirada del tipo de dentro se podrá sostener sin miedo.

FICHA DEL FESTEJO

Plaza de toros de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla. Séptima de abono. Corrida de toros. No hay billetes.

Toros de Garcigrande. Desiguales de presentación y Juego. Humillado y repetidor el primero; noble y obediente el segundo; mansito sin emoción el tercero; un mulo sin opciones el cuarto; entregado y con emoción el buen quinto, ovacionado; noblón sin transmisión el anodino sexto.

El Juli: Saludos tras petición y silencio.

Miguel Ángel Perera: Saludos tras leve petición y oreja.

Roca Rey: Saludos y oreja.

INCIDENCIAS: Saludó Antonio Chacón tras parear al cuarto, así como Javier Ambel, Vicente Herrera y Curro Javier en el quinto.