MÉXICO

Silveti, a hombros en la corrida de la Candelaria de Juriquilla


sábado 3 febrero, 2024

Ante un lleno, en noche fresca, se dio una larga corrida de la Virgen de la Candelaria, resultando triunfador el irapuatense Diego Silveti

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Foto: Méndez

Ante un lleno, en noche fresca, se dio una larga corrida de la Virgen de la Candelaria, resultando triunfador el irapuatense Diego Silveti al cortar dos orejas y, por ello, ser paseado en hombros. El acalitense Joselito Adame logró “tocar pelo” y tanto el ibérico Alejandro Talavante como el sudamericano Andrés Roca Rey no tuvieron suerte.

Una vez hecho el paseíllo se tributó un minuto de aplausos a la memoria del célebre empresario de esta plaza, don Juan Arturo Torres Landa, al cumplirse un año de su fallecimiento.

Se lidiaron cuatro toros de la divisa acalitense de San Isidro, evidenciando calidad y nobleza el primero; noble, pero, falto de trasmisión fue el segundo; el séptimo fue bravo y exigente y, el octavo, fue devuelto a los corrales, inexplicablemente, pues en el tercio de varas, tanto el toro como el caballo no acudían al encuentro, cuando el problema era del equino. Y, cinco, uno de ellos como reserva, de la dehesa guanajuatense de La Estancia, siendo de buen juego, con clase y calidad el tercero, que fue aplaudido en el arrastre; el cuarto fue incierto y nada fácil; el quinto fue de poco juego; el sexto tuvo dificultades y, el reserva, sustituto del octavo, tuvo seriedad, fue bravo y exigía.

En el toro que abrió plaza, de San Isidro, que tuvo calidad y nobleza, el badajocense Alejandro Talavante lo aprovechó bien en emotivos lances a la verónica. Con la muleta realizó una faena plena de maestría, gran temple, serenidad y buen toreo por ambos lados, abandonándose por momentos, sobresaliendo su quehacer al natural, con mucho empaque, además de toreros adornos como un ralentizado cambio de mano y una arrucina. Manoletinas ceñidas para cerrar y acabó de estocada, algo desprendida, para ser ovacionado en el tercio.

El aguascalentense Joselito Adame a su primero, llamado “Colega”, de San Isidro, noble, pero, falto de trasmisión, lo capoteó con oficio y mejor quitó por chicuelinas ajustadas que emocionó a la concurrencia. Con la sarga ejecutó un trasteo talentoso y magisterial al entender que su antagonista tenía una altura definida para así cuajarle pases e irlo metiendo en el engaño poco a poco hasta terminar por someterlo, destacando muletazos por los dos pitones, otros de hinojos, incluyó adornos y desplantes de rodillas. Abrochó con ceñidas manoletinas y terminó de certera estocada recibiendo para obtener una oreja.

En su primero, “Culebrillo”, de La Estancia, de buen juego, con clase y calidad, el guanajuatense Diego Silveti veroniqueó con prestancia. Su labor muleteril la empezó yéndose a los medios para dar dos cambiados por la espalda y el de pecho, continuando en un trasteo que fue a más y en el que corrió la mano con gusto, torería y largueza por ambos lados para calar fuerte en los tendidos. Hizo el toreo en redondo de buena factura, además de detalles aprovechando las buenas condiciones del burel. Cerró con joselillinas y terminó de atinada estocada recibiendo, un poco tendida, para hacerse de dos apéndices y al toro aplaudírsele en el arrastre.

El peruano Andrés Roca Rey a su primero, de juego incierto, de La Estancia, lo bregó de manera solvente. Con la pañosa vino una labor con evidente actitud, logrando hacer el toreo con quietud y hasta correr la mano en varios pases plausibles a pesar de lo nada fácil del astado. Lo importante es que estuvo ahí, se impuso y se arrimó de verdad. Falló al matar y fue aplaudido.

Talavante en su segundo, de La Estancia, de poco juego, lanceó a la verónica con empeño. Su quehacer de muleta fue a base de siempre buscar el lucimiento con evidente esmero, destacando su inicio derechista, pero, luego, el toro vino a menos y así no pudo lograr redondear la faena. Concluyó de estocada, pero, el puntillero levantó dos veces al astado. Finalmente se entregó y el torero escuchó palmas.

A su segundo, que tuvo dificultades, de La Estancia, Joselito, quien salió con mucha actitud, lo recibió con dos largas cambiadas de rodillas cerrado en tablas y, de pie, lanceó con voluntad, luciéndose después en un vistoso quite por zapopinas que le jaleó la gente. Buena vara del piquero Daniel Morales y, tras el segundo tercio, se desmonteró el banderillero Héctor García. Con la franela, Adame, tras brindarle a Juan Arturo Torres Landa -hijo-, inició de hinojos con una buena tanda para entonces realizar una faena meritoria y poderosa dadas las complicaciones que le presentó el burel para terminar por imponerse. Le cuajó tandas relevantes, aunque se pasó de faena. Dejó media estocada, el toro tardó en doblar, descabelló y al final se le aplaudió tras un aviso.

Diego en su segundo, bravo y exigente, de San Isidro, lanceó de manera lucida. Con la muleta, luego de brindarle a la viuda de don Juan Arturo Torres Landa, efectuó un trasteo de evidente actitud, pero, le ha costado trabajo cuajarlo debido a las condiciones que mostró el toro desde un principio, por lo que por momentos le perdía la distancia. Logró algunos pases aislados, pero, sin lograr redondear su labor. No acertó al matar y fue aplaudido.

Y al que cerraba el festejo, de San Isidro, Roca Rey vio como el juez lo devolvía a los corrales de forma inexplicable pues en el tercio de varas, tanto el toro como el caballo no acudían al encuentro cuando el problema era del equino. Se regresó entonces y, en su lugar, salió otro, el reserva de La Estancia, serio, bravo y que exigía, al que Andrés lanceó de manera empeñosa. Brindó al matador de toros colombiano Luis Miguel Castrillon. Con el trapo rojo, le puso actitud y se fue a los medios para ligar dos emocionantes cambiados por la espalda y el de pecho, siguiendo en una faena importante, de poder, donde corrió la mano y se la jugó pues el toro no perdonaba errores hasta sufrir un susto sin consecuencias en uno de los muslos. Sin embargo, el triunfo se le fue al fallar con la espada para tener silencio tras un aviso.

Al final del largo festejo, Diego Silveti fue paseado en hombros.

FICHA DEL FESTEJO

Provincia Juriquilla, Querétaro. Corrida de la Virgen de la Candelaria. Provincia Juriquilla. Lleno en noche fresca.

Cuatro toros de San Isidro, evidenciando calidad y nobleza el primero; noble, pero, falto de trasmisión fue el segundo; el séptimo fue bravo y exigente y, el octavo, fue devuelto a los corrales, inexplicablemente, pues en el tercio de varas, tanto el toro como el caballo no acudían al encuentro, cuando el problema era del equino. Y, cinco, uno de ellos como reserva, de La Estancia, siendo de buen juego, con clase y calidad el tercero, que fue aplaudido en el arrastre; el cuarto fue incierto y nada fácil; el quinto fue de poco juego; el sexto tuvo dificultades y, el reserva, sustituto del octavo, tuvo seriedad, fue bravo y exigía.

Alejandro Talavante: Al tercio y palmas.

Joselito Adame: Una oreja y palmas tras un aviso.

Diego Silveti: Dos orejas y palmas.

Andrés Roca Rey: Palmas y silencio tras un aviso.

Al final, Silveti salió en hombros.

INCIDENCIAS: Tras realizarse el despeje de cuadrillas se tributó un minuto de aplausos a la memoria del célebre empresario de esta plaza, don Juan Arturo Torres Landa, al cumplirse un año de su fallecimiento.