LA CRÓNICA DE SAN ISIDRO

A mi sobrina le gustó Navalón


viernes 6 junio, 2025

El valenciano deja una imagen de torero mucho más grande de lo que indica la reseña, al igual que un Ismael Martín que confirmó con dignidad

Samuel Navalón
Samuel Navalón en Madrid © Luis Sánchez Olmedo

Desde sus nueve años, percibe, intuye y analiza la Tauromaquia a su manera. Pone interés y pasión en todo cuanto hace. Se implica. Y cuando viene a los toros, lo hace de forma activa. Primero pregunta, luego procesa y enseguida emite su juicio. No fue la mejor tarde para fomentar su afición, pero, cuando abandonábamos el tendido 3 entre la frustración de unos, la decepción de otros y el silencio de la mayoría, Alba dictó su sentencia: “Tío, pues a mí me ha gustado Navalón”.

Ella y todos, esperábamos más del encierro de Conde de Mayalde, fundamentalmente por los últimos precedentes, pero a la corrida de Don Rafael Finat, de impecables hechuras, bajos, hondos y con las caras colocadas, le faltó fondo y raza. Y a pesar de que algunos quisieron tomar los engaños por derecho, su medido fuelle o su precaria fortaleza lo dejaron todo en intención.

Venía Alba con ganas de ver a El Fandi poner banderillas, pero se sintió decepcionada cuando no le vio “andar para atrás” antes de dejar los palitroques. Eso sí, tuvo claro que de los seis pares que puso -mucho mejor el tercio de su primero, compartido con el confirmante Ismael Martín- el par que más le gustó fue “el del violín”, que explica como quien hace un gancho jugando al baloncesto.

Con la muleta estuvo más centrado en el playero segundo, al que trató con templanza de estirar una acometida noble pero sin transmisión, que con el sardo cuarto, que se movió de modo desordenado y con el que el veterano granadino tampoco quiso complicarse la vida.

En el segundo tercio, cuestión de juventud, ganó Ismael Martín la partida a su padrino. Se reunió más y clavó más en la cara “y eso que es muy bajito”, apostilla Alba. “Añade eso en lo que escribes, porque todavía tiene más mérito” (sic). Vio el salmantino cómo el astado de la ceremonia volvía a los corrales porque su clase no estaba acompañada de fuerza, y decidió correr turno.

Salió el reseñado de quinto, otro toro endeble que pareció tener buen son. Todo lo hizo con medida el espabilado diestro, desde cuidarlo en el caballo hasta calibrar la altura de los engaños, tanto a la hora de presentarlos como cuando tocaba empujar la embestida. Pero poco pudo mostrar el toricantano, más allá de su decisión.

Al sobrero, más basto de tipo, lo fue a recibir a chiqueros. Inició faena con un afarolado de rodillas, casi en toriles, para comprobar enseguida, que el toro no tenía fuelle ni resuello. Ni arrimarse le permitió a Ismael, ni tampoco luego matarlo, pues enfermo o exangüe -ya nos informará el veterinario Julio Fernández- el animal se acabó echando y hubo de ser apuntillado.

Navalón ya se ganó a mi sobrina cuando le vio cruzar el ruedo para recibir a portagayola a su primero. Muy bien hecho el del Conde, de lomo recto, enseñando las puntas, pero con similares carencias de sus hermanos. Inició de rodillas una faena en la que puso cabeza para llevarlo en línea, y pulso para afianzarlo. Pero el público no le dio importancia por la condición del astado. Aún así, se fue detrás de la espada y su tremendo espadazo le sirvió para saludar.

Para angustia de Albita, que esperó el trance juntando las palmas de las manos mientras las arrimaba a su pecho, Navalón volvió a chiqueros en el sexto, toro largo, agresivo pero con cuello, al que principió faena de rodillas en los medios, intentando concentrar la atención del disperso cónclave. Se arrimó de verdad el de Ayora, le robó un puñado de naturales de más mérito que eco a un toro pétreo, pero fue con un arrimón a la desesperada, de torero hambriento, con el que consiguió, al menos, que el público reaccionara y mi sobrina esperara su salida por el patio de cuadrillas para, de modo tímido, acercarse a él y darle la enhorabuena. “Cuando le vuelvan a contratar me lo dices”. Amén.

FICHA DEL FESTEJO

Viernes, 6 de junio de 2025. Plaza de toros de Las Ventas, Madrid. Vigésimoquinta de la Feria de San Isidro. Corrida de toros.

Toros de Conde de Mayalde, entipados y con cuajo. Devuelto el primero por inválido; carente de poder y de fuelle el noble primero bis; de gran calidad sin fuerza el segundo; enclasado el feble tercero; de movilidad y cara natural el burraco cuarto; manso y de escaso fondo el deslucido quinto; obediente sin clase el castaño sexto.

El Fandi, de azafata y oro: silencio y silencio.

Ismael Martín, que confirma alternativa, de blanco y oro: ovación y palmas.

Samuel Navalón, de fucsia y oro: ovación y ovación tras aviso.

FOTOGALERÍA: LUIS SÁNCHEZ OLMEDO

Fotogalería Madrid 6 6 2025