MADRID

Solo Adrien Salenc con una enrazada e interesante novillada de Pablo Mayoral


sábado 15 julio, 2017

Se lidiaron novillos de Pablo Mayoral para Javier Moreno 'Lagartijo', Tibo García y Adrien Salenc

Se lidiaron novillos de Pablo Mayoral para Javier Moreno 'Lagartijo', Tibo García y Adrien Salenc

MARCO A. HIERRO / FOTOGALERÍA:
LUIS SÁNCHEZ-OLMEDO

Javier Moreno ‘Lagartijo’, Tibo García y Adrien Salenc hacían
el paseíllo en la noche de este sábado en Madrid en la primera novillada con
picadores nocturna del ciclo estival. Se lidiaban astados de Pablo Mayoral.

Animoso y decidido salió Lagartijo a entendérselas con el amplio primero, que volvió al revés y embistió desentendido en las telas del novillero. Y se fue para adelante el de Pablo Mayoral, con media humillación, pero con el viaje largo cuando lograba templarlo, que fue el déficit de Lagartijo en una faena de actitud que, sin embargo, no terminó de romper con el buen novillo, al que dejó puntear demasiado en el trapo. Mal con el acero, escuchó silencio tras aviso. 
 
El segundo, más vivo y fino de cabos, tuvo transmisión en las verónicas decididas y solventes de Tibo García. Y tuvo suavidad y gusto el francés con el franco utrero, pero se quedaba dormido en el final del muletazo, permitiendo que le punterase el trapo. Tal vez por eso no rompió un trasteo muy correcto, muy solvente, con muletazos de cierto fuste, pero sin la transmisión necesaria. Mal con la espada, el silencio tras aviso valoró su labor, 

 

Con una larga cambiada en el tercio saludó Salenc al guapo tercero, apretado y serio de expresión, que vino dormidito a los embroques permitiendo una verónica de excelso temple del galo, lo mejor del saludo. A ese lo midió bien Pedro Iturralde tras los dos costalazos que llevaba,y le protestó el tendido a Lagartijo el quite en el que lo echó al suelo. Eso mermó la condición de un cárdeno que siempre quiso tomar con temple la sarga que le presentaba Salenc con delicadeza, con mimo, componiendo siempre el muletazo y buscando el natural con una colocación sensacional. Pero se encontró con la imposibilidad del animal de sacar la profundidad que anunciaba por su falta de fuelle. Aún así, se los fue robando Adrien hasta completar una sólida actuación. Un espadazo con gran decisión coronó una actuación premiada con una ovación. 
 
El cuarto, de escaso perfil en la larga caja, fue el mansito del encierro, que se fue para adelante, sin embargo, con su desordenada actitud. Lo vio tarde Lagartijo, que sólo en el final de faena y en los terrenos del 6 fue capaz de atacar para lograr un mínimo de emoción en la embestida. También a este lo marró con la espada para escuchar silencio tras dos avisos. 
El berrendo quinto, estrecho de sienes y fino de cabos, fue un novillo serio en todo desde que salió. Se arrancó con alegría y poder en el caballo tirando al picador por la cabeza y empujando con poder. Lo mantuvo en la muleta, a la que acudió con todo, pero hubiera necesitado tanto poder en las manos para someterse. Por eso nunca se entregó a Tibo y por eso el galo no se entregó con él. Estaba el novillo entero cuando intentó descabellado con un pinchazo hondo y pasó un ratito el francés, que volvió a entrar, dejó una estocada entera y escuchó silencio tras dos avisos. 
 
El sexto remató un encierro de impecable presencia, pero le faltó ritmo en las verónicas de saludo que propuso Salenc, siempre caminando para atrás y ofreciendo distancia para que tomase celo. Por abajo inició Adrien su labor, en doblo es que castigaron la altivez beligerante del animal, y lo fue sonando a base de colocación y trapo recto. Así embestía el utrero, sabiendo siempre lo que dejaba detrás. Con firmeza el galo, robando naturales y soportando coladas, entrando y saliendo para no dejarlo pensar hasta arrancar las ovaciones por valor y conocimiento. Un feo metía a al tropezarse en el embroque dio paso a una estocada tendida y una serie de fallos con el descabello que dejaron el premio en ovación tras aviso. 

 

FICHA DEL FESTEJO

Plaza de toros de Las Ventas. Novillada con picadores
nocturna. Un cuarto de plaza. 

Seis novillos de Pablo
Mayoral y uno de Mercedes Figueroa, obediente y pronto, largo y de media humillación el interesante primero,  franco y humillado el rítmico segundo, 
de gran calidad y escaso fondo físico el tercero con calidad, mansito y desordenado el manejable cuarto, con poder y raza el exigente quinto,  complicado y renuente el correoso sexto. 

Javier Moreno
‘Lagartijo’, silencio tras aviso y silencio tras dos avisos. 

Tibo García, silencio tras aviso y silencio tras dos avisos. 

Adrien Salenc, ovación y ovación tras aviso.