PABLO LÓPEZ RIOBOO
La última de Colombinas tenía lugar en la
tarde de este domingo, una corrida de rejones con el hierro de Los Espartales
en la que paseaban Andy Cartagena, Diego Ventura y Andrés Romero. En el
toreo como en la vida se vive de sueños e ilusiones. Hoy en Huelva tres
rejoneadores cumplieron el sueño de más de 7000 almas que acudieron al coso de la
Merced para emocionarse y vibrar con una tarde de rejoneo. Ese sueño que hizo
posible que ‘Sueño’ o ‘Nazarí’ emulasen a José Tomas o a Morante toreando al
ralentí, ese sueño que propiciara que Cartagena se sacara de la chistera un
conejo llamado ‘Humano’ para poner patas arriba la Plaza, o ese sueño llamado ‘Guajiro’ que tiene valor y torería para hacer cuatro caballos. Por eso les digo,
tras una tarde para el recuerdo… «Soñar bonito».
Mostró complicaciones ya desde salida el
segundo de la tarde, siempre acortando el viaje y arreando cuando podía hacer
presa. Dos rejones de castigo le puso Ventura a lomos de Bronce para bajarle
los humos al animal. Cuajó una faena de gran importancia a lomos de Nazarí, se
jugó el tipo en banderillas de poder a poder ante un animal encastado que no
puso las cosas fáciles. Toreó a dos pistas con el animal cosido a la grupa,
aguantó coladas y supo sobreponerse a la bronca embestida. Las banderillas
citando de frente tuvieron el sello del valor y la capacidad de un caballo y un
caballero que parecen uno solo. Cerró a lomos de Remate utilizando las cortas.
Tras un rejón arriba y un golpe de descabello paseó una oreja.
Poco enemigo tuvo Ventura en el quinto de la
tarde, un toro al que no le ayudó nada un costalazo previo a la actuación con
las banderillas. Ventura apostó por Sueño, y este respondió dando otra clase
magistral. Se dejó llegar al animal a los pechos, quebró en un palmo de terreno
cambiando el viaje, la plaza se rompió a aplaudir tras la gran exhibición de un
caballo que no tiene techo. El animal muy reservón siempre esperaba para ganar
la acción, lo que hacía prácticamente imposible un ceñimiento total entre toro
y caballo. A lomos de Roneo, un caballo que disfruta de las cercanías, con un
valor enorme, dejó tres banderillas importantes, siempre jugándosela ante un
toro incierto. Cerró a lomos de Remate, tras las cortas y un rejonazo que dejó
al toro sin puntilla le fueron concedidas las dos orejas de forma unánime.
Romero salió con el cuchillo entre los
dientes en el tercero de la tarde, ya se había abierto el contador de las
orejas y el onubense no quería quedarse atrás. Tuvo en suerte un animal escaso
de raza y con poca voluntad de ir tras las cabalgaduras. Le colocó dos rejones
de castigo a lomos de Carbón, para luego cuajar una faena llena de entrega y
buenos pasajes a lomos tanto de Kabul como de Guajiro. Cerró la misma con las
cortas, pero los dos pinchazos y el descabello dejaron su actuación en una
aplaudida vuelta al ruedo.
El sexto de la tarde resultó ser un toro con
movilidad de salida pero que fue parándose a medida que la casta se fue
diluyendo. Toreó con suficiencia de salida a lomos de Perseo, con el que se fue
a portagayola a recibir al cierraplaza, para luego con Guajiro dejar los
mejores pasajes de la faena. Citó siempre de frente, dándole las ventajas al
toro, muy enfibrado el torero onubense. A lomos de Odiel y Chamán terminó de
redondear una faena rematada con un rejón arriba sin soltar, el toro cayó sin
puntilla y le fueron concedidas las dos orejas que le abrían la puerta grande
de forma más que justa.
Tuvo la virtud del galope acompasado el
primero de la tarde, pero mostró ya desde el inicio que su querencia a tablas
iba a marcar la faena. Lo templó de salida Cartagena a lomos de Cuco, para
luego torear con torería a lomos de Sol y Sombra, en un tercio de banderillas
donde cosió al animal a la grupa del equino. El de Los Espartales tenía nobleza
pero había que sujetarlo. Con Cupido puso la transmisión que a esas alturas de
faena le faltaba al toro, en dos banderillas de buena ejecución. Cerró la faena
lomos de Pinta con el toro ya muy parado y en tablas. Tras el rejón de muerte
certero paseó la primera oreja de la tarde.
Le cortó una oreja Cartagena a un noble y
colaborador toro de Los Espartales. Lo templó primero de salida al animal a
lomos de Mediterráneo, para torearlo con mimo en los compases iniciales. Pero a
la faena le faltaba alma, mayor intensidad, la cual iba por lo derroteros de la
monotonía, pero todo cambió cuando sacó a Humano, pasó de la templanza inicial
a la pirotecnia y la vibración -tan típica de su tierra-, las banderillas al
violín pusieron al respetable de su lado, eso unido a las cortas ceñidas y un
rejón certero pusieron en su mano la oreja que le abría la puerta grande.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de La Merced, Huelva. Última
de la Feria de Colombinas. Corrida de rejones. Lleno en los tendidos.
Seis toros de Los
Espartales, correctos de presentación, descastados en líneas generales
Andy Cartagena: Oreja y
oreja.
Ventura: Oreja
y dos orejas
Andrés Romero: Vuelta y
dos orejas.