Arrancaba a las siete en punto de la tarde la corrida
de toros que Sanlúcaracogía por su Feria de la Manzanilla. En el cartel, Enrique Ponce,
José Antonio «Morante de la Puebla” y Alejandro Talavante ante un encierro
de Santiago Domecq.
Alejandro suma y sigue con una
temporada que lo esta volviendo a confirmar como uno de los toreros a tener muy
en cuanta en el escalafón. Olivenza,
Castellón, Valencia, Madrid… ya lo han visto de lo que es capaz. Ayer fueGranada, hoy Sanlúcar, el extremeño ha alcanzado un estado de madurez que se ve
reflejado en su toreo, hoy alcanzó una nueva conquista, ¿cuál será la
siguiente?
Muy deslucido resultó este primero. Ya desde salida el animal evidenció que
iba a tener poca raza y fuerza. Brindó Ponce a ‘El Mangui’. El valenciano tuvo
tanto al viento como al toro en contra. El de Santiago Domecq se quedada corto y reponía, no tenía nada dentro, vacio de casta y poder.
Tras una estocada fue silenciado.
El primero y el cuarto fueron como la noche y el día. Movilidad, casta y
duración tuvo el burraco cuarto. Ya en el capote se fue codicioso tras los
vuelos del capote del valenciano, derribó al caballo tras una buena pelea y
galopó en banderillas. Toro importante en la muleta, embestía con transmisión y
codicia. Ponce tuvo la inteligencia y la virtud de dejarle siempre la muleta en la cara y
tirar de él, así el animal corregía el salir suelo de las telas. Con la zurda
el toro embestía con la cara a media altura, sin demasiado celo en la muleta.
Volvió Ponce a la derecha, el animal
tenía ese puntito de manso que le hacía querer irse suelto, pero su fondo de
casta y la muleta de Ponce consiguieron sujetarlo.
Cerró con un final de faena muy torero, remates por abajo con mucha torería,
para rematar con sus características «Poncinas». Faena de suma inteligencia, nueva cátedra del torero de Chiva, siempre a
favor del toro y cuidándolo haciéndole que rompiera poco a poco. Iba camino de
un gran triunfo pero se atascó con los aceros. Vuelta el ruedo para Ponce y gran ovación para ‘Diestro’.
Morante no tuvo esta suerte esta tarde en Sanlúcar, su primero bajo de raza y con genio le duró un suspiro, y su segundo,
noble y templado se apagó en la primera serie. Aún así el público pudo saborear
dos buenos recibos de capa del de la Puebla del Río. A su primero lo pulseó
con verónicas de sumo gusto y despaciosidad, mientras que a su segundo le
enjaretó un recibo mas arrebatado, también por verónicas, improvisando una ‘chucuelina’ al vencérsele el toro. En ambos recibos
cerró con una media de personal y torera ejecución.
Sus dos faenas duraron un suspiro, su primero al verse sometido bajó la
persiana y empezó a defenderse, cosa que ya había hecho en el tercio de
banderillas donde puso en mucho apuros a «Lili». Hubo muletazos con
mucho gusto, contados pero muy toreros, siempre a media altura, sin tirones,
todo con garbo. Torerísimo fue el inicio de faena al quinto, ayudados por alto
y una trincherilla que paró los relojes. Con la diestra se durmió toreando Morante, fue una serie, apenas cinco muletazos, pero ninguno se pareció al otro, ¡que torería!. Pasaportó al animal con una gran estocada, siendo
ovacionado fuertemente por el respetable.
La tarde se la llevó el extremeño Alejandro Talavante, también hay que decir
que se llevó el mejor lote, su primero tuvo franqueza y acometividad en las
telas, mientras que el segundo tuvo clase y fijeza.
El levante molestó en distintas fases de la tarde, a Alejandro no le dejó abrirse de capote en su
primero, verónicas a pies juntos y una media de cartel. Quitó por ‘Chicuelinas’, el de Santiago Domecq humillaba y se iba detrás de los vuelos del capote. Inició la faena por
estatuarios en el centro del ruedo, improvisó con un cambio por la espalda y se
rompió al natural. Soltó las muñecas, dejó volar su muleta, naturales de mano
baja, cintura partida, torería a raudales. Con la mano derecha bajó algo la
faena, sobresaliendo una tanda casi en las postrimerías de la misma. El de Santiago Domecq se desplazaba pero sin la entrega con que
lo hacía por el otro pitón. Cerró por ajustadas manoletinas y tras una estocada
cortó las dos orejas. ‘Abocado’ fue despedido con una
gran ovación.
Importante fue la faena de Talavanteal sexto, el mejor toro
de la tarde, un bravo y enclasado animal. Metió la cara con largura y
humillación en el recibo capotero del extremeño. Peleó bravo y fijo en el
caballo, se desplazó en el capote de Trujillo y permitió el lucimiento de los
hombres de plata. Brindó la faena a Fermín Bohórquez. Inicio la misma
por alto, para luego echarse la muleta a la zurda, brotaron naturales suaves y
templados, acarició cada embestida, mucho gusto imprimió el extremeño,. El de Santiago Domecq lo quería todo por abajo, buscando con el
morro las bambas de la muleta, animal con una clase tremenda. No bajó la
intensidad de faena por el pitón derecho, se quería comer la muleta ‘Imaginario’, cuanto más se le sometía mas se entregaba, muy bravo este sexto. Toro muy
noble y con mucha calidad por ambos pitones, que mantuvo sus virtudes durante
toda la lidia. Se inspiró Talavante, brotaron muletazos personales, siempre arrastrando la muleta, todo muy
templado y con un gusto especial. De no haber pinchado al animal antes de la
estocada hubiera cortado el doble trofeo, pero finalmente se quedó en una
oreja. Gran ovación para el toro, un gran ejemplar de Santiago Domecq.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de Sanlúcar de
Barrameda, Cádiz. Feria de la Manzanilla. Corrida de toros,
algo más de tres cuartos de plaza en tarde calurosa y con rachas de viento.
Seis toros de Santiago Domecq, correctamente
presentados y de juego dispar. Tercero, cuarto y sexto fueron ovacionados en el
arrastre.
Primero desrazado, segundo con genio, tercero
enclasado y repetidor, de gran pitón izquierdo, cuarto encastado, quinto
deslucido, de gran clase y calidad el humillador sexto.
Enrique Ponce (Tabaco y oro),
Silencio y vuelta tras petición.
José Antonio «Morante de la Puebla” (Azul Rey y oro), silencio y ovación.
Alejandro Talavante (Gris perla y
plata), dos orejas y oreja.