ANDREA LÓPEZ / FOTO: MIGUEL MORALES
Arrancó la 27 Feria taurina de La Macarena con una buena entrada, la Virgen Macarena adornando el centro del ruedo con una foto de Iván Fandiño frente a ella, toros de Juan Bernardo Caicedo bien presentados y toreo interesante.
Abrió plaza Sebastián Castella con Navideño, un jabonero precioso que se robó la primera ovación de la tarde. A Navideño, si bien le sobró belleza, le faltó fuerza y complicó las cosas.
Esa falta de fuerza lo hizo defenderse y cuando eso pasa hay que templar y llevarlos a media altura. Castella navegó entre trompicones que deslucían la faena y pases templados a media altura que salieron bien. Estocada caída pero efectiva y en medio de una ovación se fue Navideño de la plaza. Silencio para el torero.
De la segunda faena del francés no voy a expresar ninguna opinión distinta a que la pelea entre toro y torero no puede ser desigual. Castella ante un inválido sobrero (sin nombre ni datos conocidos) de la ganadería La Torre, emocionó al tendido pero no a aquellos que vemos las faenas a través del toro, pues las corridas son de toros, no de toreros y cuando la pelea es desigual, no hay nada que ver.
Sebastián Ritter recibió a Volador con una bonita faena de capa, chicuelinas al paso, un toque con la puya y un quite que deslució la poca fuerza del toro. Este Sebastián, si supo como tratar a un toro con poca fuerza. Temple. Ahí estuvo el secreto que le permitió dibujar una faena con muy buenos momentos, con un toro que pareció más de lo que realmente era y merecedora de esa oreja que paseó orgulloso en su tierra.
El segundo del antioqueño era más complicado y exigente. Lo recibió a portagayola con una larga cambiada y toreó como si tuviera cuarenta corridas encima. No señor, venía de torear dos en España y tres en Colombia. Faena seria. De esas en las que el torero deja claro que quiere ser alguien en esto. Sus paisanos no valoraron su labor como quien escribe. Tal vez no les gustó que se pasara de faena pero por Dios, que exigentes somos con quien más necesita nuestro apoyo.
Muy interesante esta versión de Roca Rey. Se nota su evolución y ya no es solamente un torero que pisa terrenos que creíamos imposibles. Una tanda de naturales lentos y profundos, otra por la derecha alargando la embestida del toro… Es muy joven y su toreo mantiene ese desprecio por el miedo que a muchos les choca porque no logran encajar esas dos facetas pero quién puede negar que el peruano es un oasis en medio de tanto toreo uniforme. Tenía cortadas dos orejas. Falló en su primera entrada a matar y el presidente decidió que no se merecía nada. Fuerte petición pero el señor de arriba, además de no haber visto lo que todos vimos, también decidió no escuchar al público, olvidar que es precisamente el que paga quien concede la primera oreja y castigar a Roca Rey por haberse entregado en Medellín tal como lo hace en cada plaza que pisa. ¡Ganas de volver tendrá el peruano!
Ah, también le quedó debiendo una vuelta al ruedo al Juan Bernardo.
Esperábamos que el desquite llegara con Melocotón pero no fue así. Un jabonero sucio muy bello pero sin fuerza ni transmisión. Lo intentó el torero en las distancias cortas donde pasaba mejor, pero no había nada más que hacer distinto a dejar claro que este Melocotón era completamente insípido.
Se pasó la tarde rápido entre emociones y decepciones. Así son las tardes de toros. En una tarde vives las sensaciones de una vida entera.