Joaquín Galdós saldó de manera triunfal su encerrona en solitario con cuatro toros en Sicaya. Un gran espectáculo donde el público llenó la plaza y donde el peruano exhibió la calidad de su tauromaquia. Cortó dos orejas que podían haber sido bastantes más de haber andado acertado con la espada.
Fue eso, el acero, el que lastró numéricamente una tarde de enjundia de Galdós que cuajó a placer a tres de los cuatro toro de Los Azahares que lidió, ya que el último astado fue complicado y difícil en su juego. Tres faenas variadas, cargadas de matices, temple y variedad con capote y muleta.
A todos los toros les aplicó su lidia, destacando en todos sobremanera con el percal, abundando en variedad de quites. Con la muleta hubo faenas intensas y vibrantes como la del primero o el tercero, otras de un toreo más despacioso y a compás como la del segundo y otra como la del tercero en la que Galdós aplicó técnica y pulso. Cuatro faenas distintas en una tarde de dimensión del peruano. La salida a hombros fue clamorosa con una plaza entregada.
Junto a Galdós, estoqueó un ejemplar de San Antonio de Padua, José Mallqui, uno de los novilleros finalistas del certamen de jóvenes valores peruanos, impulsado por el propio Galdos. Cortó una oreja tras una faena de notable disposición.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de Sicaya, Perú. Lleno.
Cuatro toros de Los Azahares de buen juego y un novillo de San Antonio de Padua, noble.
Joaquín Galdós: Oreja, ovación, oreja y ovación.
Y un novillo para José Mallqui, finalista del concurso de novilleros impulsado por Joaquín Galdós: Oreja