SEVILLA

El excelso capote de Ortega se cuela en el emotivo adiós de Pablo Hermoso a La Maestranza


domingo 29 septiembre, 2024

Una decepcionante corrida de la casa Matilla trunca el esperado encuentro entre Ortega y Aguado en una tarde donde el rejoneador navarro paseó oreja en su último paseíllo en el coso hispalense

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Pablo Hermoso. Foto: Porcuna

Pablo Hermoso de Mendoza en su adiós maestrante, Juan Ortega y Pablo Aguado cerraban, este domingo, la Feria de San Miguel, en la que se lidiaban toros de Capea y García Jiménez.

Un templado Hermoso de Mendoza se deja la oreja con el rejón final en el primero

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Foto: Porcuna

A lomos de ‘Nómada’ recibió Pablo Hermoso al primero, un toro de El Capea al que enceló en la cola de su caballo antes de dejar un único rejón de castigo. Bajo y muy en tipo de la casa acometió con celo tras ‘Berlín’, ejemplar con el que torearía a dos pistas y dejaría su particular “hermosina”, suerte que llegó una enormidad a los tendidos. Toro con calidad y galope sostenido, ese que supo aprovechar el rejoneador navarro para clavar banderillas de poder a poder batiendo al pitón contrario antes de recorrerse más de media plaza con el astado cosido a su montura. A lomos de ‘Ilusión’ volvería a templarse con la franca embestida de un toro al que le faltó un punto mayor de transmisión. Todo lo quiso hacer despacio, cerrando su labor con las cortas a lomos de ‘Generoso’ antes de perder la oreja tras pinchar en reiteradas ocasiones y verse obligado al uso del descabello.

Sinfonía de capote de Ortega ante un segundo que duró un suspiro

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Foto: Porcuna

’Terremoto’ llevaba por nombre el segundo de la tarde, primero de lidia a pie. Un astado que salió sueltecito y al que costó fijar en los capotes. Soltó muñecas Ortega en un saludo donde el sevillano se durmió en tres verónicas al ralentí y una media interminable tras la cadera. Esperó Juan que el astado viniera embebido en el capote para tirar de él, toreándolo este con las palmas de las manos y la cintura en un saludo que caló enormemente en los tendidos. Torerísimo fue su galleo por chicuelinas para ponerlo en suerte al jaco. Lances alados enroscándose al astado a la cintura, ese que cerraría con una media de fino trazo. Entraría en escena un Aguado que dibujó chicuelinas de mano baja en un quite rematado con una cadenciosa media con aroma al barrio de San Bernardo. Brindó Ortega a Pablo Hermoso un trasteo que comenzaría junto a los tendidos 3 y 5. Aprovechó la inercia del de García Jiménez en muletazos de gran cadencia. No le apretó el sevillano, jugando este con las alturas y las distancias para acrecentar las ganas de embestir de un animal con nobleza pero la raza medida. Todo lo quiso hacer despacio, sin atosigar a un toro que se sentía más cómodo en la media distancia. Por el lado izquierdo amagó con querer irse a tablas, desluciendo así una serie a menos. Bajó la persiana de mitad de faena hacia adelante, imposibilitando así cualquier tipo de lucimiento. Tras dejar una media estocada en buen sitio saludó desde el tercio.

Silenciado Aguado con el desfondado y remiso tercero

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Foto: Porcuna

No se empleó en demasía el tercero de la tarde en el capote de un Aguado que dejó varias verónicas de buen corte. Torero que volvió a evidenciar su gusto por torear con las palmas de las manos y con el capote algo más recogido. Tras un primer puyazo donde se le midió el castigo, cincelaría Pablo un quite por delantales, con mayor intención que lucimiento, a un ejemplar medido en su fortaleza. Aguado vio rápido que este tercero iba a tener los muletazos contados, de ahí que se pusiera a torear a las primeras de cambio enganchando la embestida en la pañosa y reduciendo la misma en tres muletazos soberbios al ralentí. Pero todo fue un espejismo, bajó el animal la persiana y todo se diluyó. Pese a sacarse al de García Jiménez al tercio este no quiso irse tras los vuelos, agarrándose al piso y embistiendo sin emplearse. Abrevió Aguado antes de enterrar el acero tras tocar hueso.

Pablo Hermoso, una oreja a su último toro en Sevilla

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Pablo Hermoso. Foto: Porcuna

Brindó Pablo Hermoso a su hijo el último animal de su carrera en Sevilla, un toro de nombre ‘Africano’ perteneciente al hierro salmantino de El Capea. Dos rejones de castigo recibió este cuarto, ejemplar al que le faltó ese tranquito de más que tuvo su hermano. A lomos de ‘Alquimista’ fue poco a poco encelando a un toro que tuvo como mayor virtud la prontitud. Con ‘Berlín’ acortaría las distancias colocando banderillas de poder a poder demostrando el momento por el que pasa este contrastado equino. ’Malbec’ sería el encargado de colocar las cortas metiéndose este en los terrenos del animal antes de dejar un par a dos manos con el toro muy aculado en tablas. Tras un pinchazo y un rejón caído pasearía la oreja de su último toro en Sevilla.

Ovacionado Ortega en el último toro de su temporada, el quinto

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Jugó bien los brazos Ortega en el saludo capotero al quinto, un animal que no se atemperó pese a las intenciones de un espada que ya había se había vaciado en el primero de su lote. Con el toro huidizo y marcando su querencia a chiqueros, Juan dejó un quite por delantales a media altura que no acabó de redondear por la sosería y la falta de celo del astado de la casa Matilla. El sevillano buscó cambiarlo de terrenos para el comienzo de un trasteo donde el animal apretó por dentro a derechas. Cogió la zurda para cincelar una tanda de naturales largos y cintura partida. El astado la tomó con ritmo empujando por abajo hasta el final, pero cuando la faena parecía tomar vuelo se paró en seco. A partir de ahí toro y torero parecieron hablar un distinto idioma, se rompió ese hilo conductor que había entre ambos y, salvo en momentos aislados, no dibujó muletazos que llegaran arriba. Tras pasaportar a su último toro de la temporada saludaría otra ovación desde el tercio.

Aguado porfía con el desigual sexto

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Foto: Porcuna

Embistió con todo el sexto de la tarde, un animal al que Aguado no pudo atemperar en su capote. Empujó “de mentira” en el caballo cogiendo a este por los pechos al equino en su primer encuentro con el varilarguero. Se dejaría pegar en el segundo puyazo antes de desistir Aguado a la hora de realizar su quite. Se trajo el espada hispalense al que cerraba plaza a los terrenos del 6, lugar donde dio un paso adelante ante un ejemplar que nunca regaló una embestida. Un ‘Clandestino’ al que había que llevar empapado en la muleta y no dejarle pensar, de lo contrario se quedaba debajo. Toro que pesó una enormidad en las telas por su geniudo carácter. Tragó el sevillano ante un astado nada fácil, un animal cambiante con el que no te podías relajar. Demostró el hispalense que no venía a pasar la tarde, atacando al de la casa Matilla. Dejaría pasajes sueltos de su personal corte dentro de una labor firme y porfiadora. Enterró el acero al primer intento saludando una ovación desde el tercio.

FICHA DEL FESTEJO

Plaza de toros de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla. Última de la Feria de San Miguel. Corrida mixta. Lleno.

Toros de Capea para rejones y Hermanos García Jiménez. Con nobleza y templado galope el manejable pero sosito primero; con nobleza y buen embroque un segundo muy medido en su raza; venido a menos un tercero muy agarrado al piso; con prontitud y galope un cuarto que acabó acusando su justeza de raza; con poco dentro el mansito y desigual quinto; de díscola movilidad un sexto sin entrega.

El rejoneador Pablo Hermoso de Mendoza, palmas y oreja.

Juan Ortega, ovación en ambos.

Pablo Aguado, silencio y ovación.

CUADRILLA: Juan Sierra y Sánchez Araújo saludaron tras parear al tercero.

FOTOGALERÍA: EDUARDO PORCUNA

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