PABLO LÓPEZ RIOBOO/ARIZMENDI (Fotografía)
Regresaba David de Miranda en Huelva y cumplía en Valverde su segundo compromiso de la temporada, con una corrida de Sobral y con Curro Díaz y Manuel Escribano de compañeros. En el arranque del paseíllo estaba cubierto casi en su totalidad el aforo de la plaza onubense.
Hoy es de esos días que hubiera sido mejor no levantarse, o a buen seguro eso pensarán en la familia Sobral. Una familia ganadera de origen portugués pero con raíces sevillanas que vive por y por y sus “cebaditas”. Pues bien, dichos ganaderos volvía a lidiar en España tras la gran corrida del pasado año en Cortegana. Había fe en la corrida pero fueron saliendo uno tras otro y el desanimo se iba apoderando de los allí presentes. La corrida no tuvo mal estilo, pero si una alarmante falta de raza que acabó por desesperar. Como si de un mal sueño se tratase la tarde fue pesando, las caras eran un poema y tan solo Curro Díaz en el primero y Miranda en el sexto pudieron dejar muletazos de calidad.
Tuvo tanta nobleza como sosería el primero de Sobral. Un toro que cumplió en el caballo pero que llegó apagadito a la faena de muleta. Anduvo con el agua por los tobillos un seguro y templado Curro Díaz. Le brindó su faena a sus compañeros de cartel, esa que basó en el pitón derecho, por ahí se desplazó siempre con mejor son y entrega. Pese a no humillar si se dejó en la muleta un animal al que le falto un punto más de entrega. Faena de corte clásico de un Curro Díaz que le regaló al público de Valverde tres derechazos de cartel, así como un torerísimo pase de pecho de pitón a rabo. Tras la estocada y caer sin puntilla el toro se le pidió la oreja, no siendo concedida finalmente por el usía. Saludó una ovación como reconocimiento a su labor.
Tampoco remontó la tarde en el cuarto, un toro de Sobral bajo de raza y muy pegado al piso. Como al resto de sus hermanos se le cuidó tanto en varas como en su lidia, pero tampoco quiso ir hacia adelante. Tuvo nobleza y pese a no humillar tuvo tendencia a tomarla con temple, pero si el motor de la raza está bajo mínimos…apaga y vámonos. Abrevió Curro para no enfadar más a un respetable que tras pasaportar el linarense al toro pitó a éste -el toro- en el arrastre.
No tuvo opciones Manuel Escribano con el mansito que hizo segundo. Un toro de Sobral que salió con pies. Acudió con fijeza al jaco en un tercio de varas en el que llegó a levantar de manos al caballo. Desigual fue el tercio de banderillas con un toro que se lo pensó un mundo a la hora de arrancarse. Nunca tomó vuelo la faena de un Escribano que tuvo delante un toro remiso a embestir, más pendiente de rajarse que de irse tras los vuelos. No se apretó con el un Escribano que no vio opciones ante un animal tan bajo de raza. Tras pinchazo y descabello fue ovacionado. Su brindis a David de Miranda fue otro gesto más de un torero con sensibilidad.
La tarde iba cuesta abajo y sin frenos con la salida del quinto, otro animal que no dio opciones. Un toro de Sobral, justito de fuerzas y de poca raza pitado en el arrastre. Lo más destacado de su actuación fue el segundo par de banderillas y la estocada, ya que tanto con el capote como con la muleta pasó inédito. Tras pasaportar al toro de una buena estocada saludó una ovación.
Muchos aficionados venidos de Trigueros esperaban la actuación de su paisano. Salió en tercer lugar un burraco de Sobral. Un toro que ya cantó desde los lances de capote que no iba a tener la casta suficiente para embestir con casta y bravura. Se le midió en el caballo y en banderillas no puso las cosas fáciles por su rajada condición. El quite capote a la espalda tuvo el sello de la firmeza de plantas y el temple. En las dos primeras tandas apostó David por tratarlo con suavidad y no exigirle por abajo. La tomó con nobleza y ahí Miranda le corrió la mano con gran suavidad, pero cuando la faena parecía tomar vuelo con un derechazo al ralentí el animal se rajó por completo. Porfió el torero de Trigueros pero el toro ya había tirado la toalla. Tras dejar una media algo tendida saludó una ovación. El toro se fue al desolladero tras ser pitado.
Se llevó la pedrea Miranda en el sexto, a la postre el animal que más duró en la muleta y que propició ver los momentos más álgidos de la tarde. Con el capote le imprimió suavidad, no le pegó nada en el caballo, lo que sin duda fue beneficioso para la faena de muleta. Sacó a sus compañeros de cartel para brindarles la faena de un animal que en ese momento daba sensaciones de poder romper en la muleta. Se vio a un Miranda despejado de mente y con las muñecas engrasadas para torear templado a un toro noble y con cierto temple. Por el lado derecho las series fueron más largas, aprovechando las inercias y las querencias del toro, sin embargo por el izquierdo dejó dos naturales a cámara lenta, en los cuales dibujó el toreo. La faena iba camino de premio pero el toro se fue viniendo poco a poco a menos por lo que la faena perdió en intensidad. Tras pasaportar al toro en la puerta de chiqueros y tener que usar el verduguillo escuchó una fuerte ovación.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de Valverde del Camino, Huelva. Corrida de toros. Casi lleno en los tendidos.
Toros de Sobral, correctos de presencia aunque cómodos de cara. De poco juego en líneas generales. Faltos de raza y muy a menos. Destacó el manejable que hizo sexto dentro de una corrida de tono vulgar.
Curro Díaz (Rosa palo y oro): Ovación tras petición y Silencio.
Manuel Escribano (Verde botella y oro): Ovación y Ovación.
David de Miranda (Grana y oro): Ovación y Ovación.