TEXTO: EMILIO TRIGO / FOTOS: TOROS ROQUETAS
Gran tarde de Miguel Ángel Perera que
invadió las Salinas con toreo de portentosa madurez y capacidad. El
sevillano, Morante de la Puebla,
ante un deslucido lote, dejó perlas con
la muleta y dibujó la verónica en ambos. Por su parte, Alejandro Talavante, toreó sin espada al tercero y mostró su
calidad ante el desclasado sexto. Corrida de García Jiménez muy desigual de hechuras y comportamiento. Los tres
últimos más complicados que los tres primeros.
Posiblemente el sumario mostrado por
Miguel Ángel Perera ante el primero de su lote, entre a formar parte del pódium
de las mejores faenas del año en curso. Perera mostró la gran figura que es y recordó de pasó, que puede volver a coger el
cetro del escalafón por su categórica rotundidad. El segundo de la tarde estaba apretado de morfología, pero sin
embargo, cómodo de cara al que Perera
recibió de forma compuesta con el percal. Otro que se cuidó en varas. Javier Ambel y Guillermo Barbero saludaron tras excelentes pares ante un
toro que tuvo pies y buen galope. Importante tercio. Brindó al público. Miguel Ángel Perera sometió y exigió desde
el primer instante a su oponente con una muleta portentosa. El
extremeño puso en liza todo su potencial taurómaco, ligado, a una titánica
inteligencia para exprimir rotundamente a su extraordinario ejemplar. Perera se hartó de torear a derechas e
izquierdas en una faena larga y siempre a más. Muleteó con exquisito temple, ligazón, dominio total y
quietud vertical como un pilar de mármol. Tremendo Miguel Ángel que alcanzó su cenit en un pasaje a mitad de
labor donde el toro no tenía hueco para
pasar y él estaba enterrado en el albero. Instantes ‘Ojedistas’ que fueron como un homenaje al maestro
sanluqueño. Poder y más poder surgido de un valor galáctico. Perera se la quitó del hocico antes de terminar de
pasar estallando la plaza como una olla a presión. Terminó incluso abusando del
dominio en una de las faenas más macizas
del año. Media en buen sitio y dos
orejas como dos catedrales tras aviso. De estoquear entera era de rabo. El
quinto embistió sin codicia ni celo.
Un toro con la cara a media altura que recortó y dudó lo indecible en la lidia.Algo le vio Miguel Ángel Perera para
brindarlo a la parroquia. Un astado que iba muy brusco a la muleta, bruto
donde los haya, zorrón, con genio aunque obediente al cite y de arrancá pronta.Un toro con muchas teclas que la tomaba mejor por el izquierdo, pero eso sólo
es un decir. Siempre a regañadientes y
siempre con mucha importancia todo lo que le hizo Miguel. Por el derecho,
se revolvía buscando y protestado sacando más complicaciones aún por ese pitón.
Perera mostró artillería pesará en forma de testiculina y se implantó con
tremendo criterio. Faena de mucha
autoridad y clarificada técnica que refrendó de entera algo trasera.
Tres descabellos, aviso y ovación con saludos.
El sevillano Morante de la Pueblarecibió al primero sin probaturas, ni tanteos. Morante le sopló varias «lapas» a la verónica de
singular personalidad. Capote «Gallista” en las muñecas del arte. Regaló cuatro carteles para el recuerdo almeriense.José Antonio cuidó a su noble astado
en el caballo pero ya destapó en la lidia, que su poder estaba muy justito. El abreplaza tras el tanteo inicial comenzó
a protestar con la cara por las nubes y queriendo topar en el trapo rojo. Morante porfió con él y dejó los destellos
de su fina calidad en algunas perlas. Se paró, protestó, y no había más que
hacer, salvo estoquearlo con profesionalidad. Estocada entera desprendida y
alguna leve desaprobación del respetable. Silencio.El cuarto fue un toro bien presentado. El astado más serio de toda
la Feria con un volumen acorde a la plaza. Este, embistió de buena forma en el
capote de Morante. El sevillano rememoró
en esta ocasión a «Belmonte”. Verónicas
con suma calidad que también resonaron D. Rafael Soto Moreno, «Rafael de
Paula». Ahora el recibo fue de seis y ahí queda eso. Le apretaron en
varas respondiendo el toro sin afligirse. José
Antonio comenzó su labor tirando líneas para alargar la embestida del
deslucido hasta ese momento. El cigarrero esta vez tiró de oficio sin dar nunca un paso atrás en una faena porfiona y de mucha técnica. Todo ante un toro con mal
estilo, que soltó la cara y al que aguantó dudas sin estar nunca metido en la
muleta. Mucho mérito y aplomo, además de
valor sin exteriorizarlo, tuvo la faena de Morante que se jugó el tipo
sin que nadie de los presente lo valorarse. Labor muy profesional para sí mismo y sin alcanzar premio su
esfuerzo, salvo la propia valoración interna del de La Puebla. Media, pinchazo y casi entera silenciaron su labor.
Montaíto el tercero que tenía expresión
seria, como su resultó en conjunto su embestida. Acometida con cierta guasita
que había que domeñar a base de imponerse y de no dudar jamás. Alejandro construyó una labor madurapor ambos donde sumó su prestancia. Las
muñecas de Talavante se movieron al compás del temple como sí se tratase de
una bulería del Zambo. El extremo
con mucha disolución, muleteó a su antagonista con facilidad e invención en su
trasteo, haciendo ver que su toro no era tan fácil como parecía. Le tapó muchos defectos al de Matilla en
una labor muy personal. La espada se la jugó al final. Antes lo recibió por faroles verticales y exposición en el quite
con el capote a la espalda por «talavantinas» Silencio tras aviso. Al sexto, lo saludó de forma variada,
acompasada a la verónica y ceñida la chicuelina. Un astado medio en los tercios
de la lidia y sin estar definido antes
del último. Brindó Talavante a Roquetas para comenzar de inmediato de
rodillas una serie ligada. Puso exposición ofreciendo el pecho que es su gran
verdad. Alejandro torea con el corazón y
con la magia que le surge de sus privilegiadas muñecas. Un torero que bien
puede coger todo respeto, el apodo del «Brujo”como el maestro sevillano Manolo Vázquez. Pura
invención y fuligrana en una nueva y presente tauromaquia. Así se lo hizo Talavante al cierraplaza que se fue apagando poco a poco, lo pasajeó por ambos pitones con despaciosidad
y fiel a su concepto. Le instrumentó lambreasos de calidad pero sin poder
conjuntar la faena deseada ante un
astado sin clase. La espada no fue su fuerte. Ovación.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de Roquetas de Mar, Almería. Tercera de feria. Corrida de
toros.
Entrada: «Lleno de no hay billetes”
Toros de Hnos. García Jiménez, muy desigual de hechuras y
comportamiento. Los tres últimos más complicados que los tres primeros.
Morante de la Puebla; Silencio y silencio.
Miguel Ángel Perera; Dos orejas y ovación.
Alejandro Talavante; Silencio tras aviso y
ovación.
Cuadrillas: Saludaron tras excelentes pares al segundo Javier Ambel y Guillermo Barbero.