Este domingo tenía lugar, en la feria de Colombinas, el cierre del serial con la tradicional corrida de rejones en la que hacían el paseíllo Pablo Hermoso de Mendoza, Andrés Romero y Lea Vicens -la cual a la postre sería la triunfadora del festejo-. Todo ello con un encierro de Los Espartales.
Una ventana al pasado, un soplo de aire fresco que no hace sino volver a retrotraernos a una época en la que el rejoneo era seña de identidad. Unos años en los que dos rejoneadores sevillanos marcaban un sell y un concepto dentro de una plaza de toros. Estamos hablando de los hermanos Peralta. Pues bien, hoy su pupila quiso abrir de par en par esa ventana y sacar a relucir ese concepto de elegancia y torería que tanto le inculcaron sus maestros. Hoy en Huelva vimos esa versión de rejoneo que vive tras la premisa de un concepto singular, ese que hizo grandes a dos hermanos, esos que años después se ven reflejados en el espejo de esta rejoneadora, que hoy volvió a marcar ese camino que no hace sino otorgar al escalafón de ese tan necesitado temple. Francia tiene un diamante en bruto con nombre de mujer, pulido en el Rancho El Rocío por dos maestros que apostaron por ella, pasado el tiempo y tras verse unas condiciones interesante, ese diamante en bruto es una realidad, en su mano tiene consolidar este concepto y llegar la élite del rejoneo.
Su actuación frente al interesante tercero de gran solvencia, un toro con la virtud del galope franco y la nobleza en sus arrancadas. Desde el principio Lea dejó claro que iba a ser una faena de guante de seda, tanto en el recibo en el centro del anillo como en banderillas. Galopó de costado sin forzar la figura, todo pausado y con una gran elegancia. Cautivó a la afición en una faena de buena doma y gran expresión torera. A lomos de Bético y Gacela se metió al Huelva en el bolsillo, para más tarde rematar en las cercanías a lomos de Jazmín y Espontáneo. Tras un rejón algo caído cortó las dos orejas. Dos orejas que se pidieron de forma unánime por el respetable.
Su faena al sexto transcurrió por el camino del temple, la buena monta y una elegancia innata en ella. Ante un toro manejable aunque con cierta mansedumbre, le construyó una faena solida y muy torera. A lomos de Gacela dejó banderillas de buena ejecución, a lomos de Deseado acabó de calentar a La Merced con banderillas de poder a poder, siempre citando de frente y clavando en el estribo. Las cortas y las rosas volvieron a llevar el sello de los Peralta. Una labor rematada de un rejón arriba pero algo traserito. Se le pidieron con fuerza las dos orejas, pero finalmente su balance quedó en un trofeo -el cual se antojó escaso para los aficionados que colmaban en casi dos tercios la plaza-.
Llegaba Romero a la plaza de su tierra tras un comienzo de temporada nada fácil. Enfrente tuvo un astado geniudo y nada fácil, con el cual estuvo enrazado y muy dispuesto. A lomos de Kabul y Guajiro conjugó pasajes vibrantes, en los que apostó de verdad por un animal nada claro. Su tierra estuvo entregada con él, arropándole en todo momento. Acabó su faena con las cortas a lomos de Chamán, un caballo de gran expresión y valentía por el sitio que pisa. Tras medio rejón arriba y un descabello, paseó la oreja del informal y mansurrón toro de Los Espartales.
Volvió a mostrarse dispuesto y decidido Romero ante el sobrero que hizo quinto. Un astado con poca fijeza y que siempre embistió a oleadas. Marcando de salida su mansedumbre y querencia a tablas. Se fue a chiqueros a lomos de Perseo, para más tarde construir casi la totalidad de su faena con Kabúl. Toreo a dos pistas encelando a un animal remiso, banderillas dándole las ventajas al toro, todo lo hizo Romero en favor de un animal de poco juego. Interesante fue su tercio de banderillas, nunca se vino abajo ante un toro que no puso las cosas fáciles. Labor vibrante y sincera. Cerró su actuación a lomos de Hidalgo, Bambú y Chamán. Oreja a la entrega de Romero por una labor sincera que le dio la llave para abrir el cerrojo de la puerta grande.
La clase de Pablo Hermoso de Mendoza está fuera de toda duda. Como figura que es desde hace más de dos lustros consigue tarde a tarde dejar pinceladas de su concepto torero. El primero de la tarde fue un animal mansito pero de noble condición al que el rejoneador navarro le realizó una faena templada y con momentos de sumo gusto. Tuvo la virtud del temple el animal, pero la raza al límite. Ni un tirón, ni un movimiento brusco, todo se lo hizo el navarro con suavidad para no quebrantar a un animal que ya desde salida cantó su mansedumbre. Los mejores momentos se vivieron a lomos de Brindis y Juncá, dos caballos de la nueva hornada que hoy en Huelva demostraron el por qué de la casa que vienen. Tras pasaportar al toro saludó una ovación desde el tercio tras una petición de oreja no atendida por el palco.
Si Lea había marcado un nivel alto en el tercero, Mendoza no quiso irle a la zaga en el cuarto. Un animal complejo y con carácter que acabó apagándose y mostrándose reservón. Labor de figura del rejoneo del jinete navarro. Dos rejones le dejó a lomos de Alquimista para luego templar y encelar al animal a lomos de Disparate. Con Donateli dejó banderillas de poder a poder en una labor completa, otro caballo que ha ganado un poso tremendo pese a su juventud. Cerró con banderillas a dos manos -haciéndolo todo él debido a la reservona embestida del animal-, que levantaron al publico de sus asientos. No perdió en intensidad la faena, dosificó al animal, dándole los tiempos necesarios entre banderilla y banderilla. Faena de cabeza fría, en la que Mendoza volvió a reafirmarse como punta de lanza en el escalafón, manteniendo un duelo por el cetro junto a Diego Ventura. Iba la faena para triunfo, pero el rejón no viajó certero, tuvo que hacer uso del verduguillo, el triunfo se diluyó y todo quedó en una ovación desde el tercio.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de La Merced, Huelva. Cuarta de abono. Corrida de rejones. Dos tercios de entrada.
Seis toros de Los Espartales. Correctos de presentación, mansos y descastados. Destacó el buen tercero, se dejó el manejable sexto
Pablo Hermoso de Mendoza: Ovación y ovación.
Andrés Romero: Oreja y oreja.
Lea Vicens: Dos orejas y oreja.