Lea Vicens y Guillermo Hermoso de Mendoza, que confirmaba su alternativa, hacían mano a mano el paseíllo este domingo en Madrid tras la baja de Pablo Hermoso de Mendoza en las últimas horas. Se lidiaba un encierro con el hierro de El Capea.
Guillermo Hermoso pincha una buena faena al de la ceremonia
La desgracia de un percance en el campo impidió que Pablo Hermoso apadrinara la confirmación de su hijo Guillermo en Las Ventas, una plaza que no tardó en entender que este nuevo Hermoso de Mendoza ha llegado para hacer más grande el legado familiar. Ya con el toro en la plaza, demostró su poder parando a «Flor» con «Jíbaro», con el que fue cerrando los espacios hasta pararlo en un palmo de terreno para dejar un rejón en todo lo alto. Pero fue sobre «Disparate» con el que mostró su sitio como jinete, estirando los galopes de costado con un toro que siguió con fija nobleza, aunque a veces se quiso colar. Guillermo ajustó las distancias, batió a pitón contrario y clavó con seguridad. Después dejó un arriesgado par de banderillas cortas a dos manos con «Esencial» y el buen tono de la faena se vino abajo con el fallo con los aceros. Aún así, dejo una buena impresión, premiada con palmas.
Léa resuelve con un toro complicado, pero se atasca con el acero
No fue presa fácil el segundo, que salió suelto de los corrales y areeó con agresividad cuando olía la cornada en «Guitarra», con el que Léa Vicens dejó un buen rejón de castigo. Lo importante llegó con la francesa a lomos de «Bético», un caballo de un sitio extraordinario, con el que sacó provecho de esa tendencia a tablas, a las que iba con poder y emotividad, para estirar y templar las carreras de costado, consiguiendo encelar al toro y fijarlo en las cabalgaduras. Además, salvó bien la dificultad que tuvo el toro de meterse en los cuarteos, queriendo cerrar el paso a los caballos, y consiguió salir limpia de las suertes. La pena fue que, tras unas buenas banderillas cortas pisando terrenos de compromiso, el acero definitivo no quiso entrar y tuvo que echar pie a tierra para, como Guillermo en el primero, hacer uso del descabello, esfumándose el premio.
Guillermo se inventa una buena faena sobre «Berlín» y cobra una oreja
Con el orden de lidia alterado durante toda la tarde (Guillermo toreó los impares), tuvo que pechar Hermoso de Mendoza con un tercero reservón, que sólo empujaba con intención cuando sentía que podía hacer presa. Y ahí estuvo el mérito de la faena de Guillermo, que sobre «Berlín» se dejó llegar los pitones muy cerca de la barriga y consiguió, al hilo de las tablas, enganchar dos espectaculares galope de costado, tan ceñidos y emocionantes los dos, uno refrendado con un recorte casi sin espacio hacia los tableros y el otro adornado con estrechas hermosinas que el público valoró con una ovación cerrada. Clavó arriba y al estribo, además, pero fue con «Ilusión» con el que subió su apuesta, pues ahora atacó de frente para batir en el último instante. Emocionante. Volvió a arriesgar al final, con «Esencial», en un excelente par a dos manos de banderillas cortas sin apenas espacio para pasar junto a la barrera. Por eso la oreja, a pesar de un primer pinchazo y de tener que descabellqr después, fue un premio justo a su buena labor.
Léa también cobra una oreja del buen cuarto
Más alegría y poder dejó ver el cuarto, un toro fijo, franco, con son y recorrido que se prestó para que Léa se lucirá a lomos de «Diluvio», con el que enganchó larguísimos y ajustados galopes de costado, cambiando de pista en un palmo de terreno, para luego clavar con acierto. Sin duda, los mejores momentos de la amazona, que después, con «Aladín» y «Jazmín» supo adornar las suertes con la elegancia de su equitacion. Pudo bajar un punto el calor de los tendidos al final, ya con «Espontáneo» en la arena, pero o la oreja cayó como premio cuando ya se llevaban los restos del buen toro de capea al destasadero.
Guillermo apuesta con el quinto y gana una Puerta Grande
No se guardó nada Guillermo para el quinto, que fue rácano en sus embestidas, pero para lo que el navarro tenía preparado una cuadra con la que supo llegar mucho a la cara del toro. Primero encelando bien con «Alquimista», después estirando al máximo cada arrancada con «Índico» y, finalmente, atacando de frente para quebrar las embestidas sobre «Ecuador», siempre poniéndolo todo el jiebete, que arriesgó y se entregó con sinceridad. La espectacularidad de las cortas y el caracoleos, antes del certero rejón de muerte con «Esencial» pusieron en sus manos las dos orejas y de abrieron de par en par la Puerta Grande de Las Ventas.
Léa también se va a hombros de Madrid tras brillar sobre «Bético» y «Diluvio»
Poco interés en los caballos mostró el sexto, al que la francesa fijó bien con «Cleopatra». Pero fue otra vez con «Bético» con el que, siempre toreando a favor del toro, consiguió meter al toro en la faena, provocando las arrancadas en la cercanía, para tirar de ellas con mucho temple al hilo de las tablas y arrancando la ovación del tendido. Y supo mantener el listón alto con «Diluvio», con el que se pasó las embestidas de un pitón a otro con la grupa con mucho dominio. Además, batió a pitón contrario para dejar dos buenos palos arriba, cerrando la mejor faena de su tarde con un rejón efectivo que le puso en sus manos la oreja que también le abrió la puerta grande de Madrid.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de Las Ventas. 22ª de la Feria de San Isidro. Corrida de rejones. Casi lleno.
Toros de El Capea, noble y fijo el primero; embistió con poderosos arreones de salida y luego quiso cerrar el paso a los caballos, aunque tuvo poder y emotividad; reservón, pero con fuerza y emoción el segundo; a media altura embistió el rajado tercero; galopó con son, fijeza y alegría el cuarto; de embestidas medidas, pero que mejoró con la acertada lidia del jinete las del quinto; de menos a más, respondió con nobleza y ritmo el sexto.
Lea Vicens, silencio, oreja y oreja.
Guillermo Hermoso de Mendoza, que confirmaba su alternativa, palmas, oreja y dos orejas.
FOTOGALERÍA: ÁNGEL HUÉSCAR
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