JAVIER FERNÁNDEZ-CABALLERO /
FOTOGALERÍA: LUIS SÁNCHEZ OLMEDO
La segunda corrida de rejones del abono isidril tenía lugar
en la tarde de este sábado en la plaza de toros de Las Ventas. En el cartel,
volvía a este ruedo después de una semana Andy Cartagena y tenían su primera
aparición en el abono Diego Ventura y Leonardo Hernández. El rejoneador de La Puebla cortó una oreja a cada uno de sus toros de Los Espartales para salir a hombros de la primera plaza del mundo; Andy Cartagena y Leonardo Hernández fueron ovacionados.
Con Lambrusco recibió Diego Ventura al segundo de la tarde, primero de su lote. De nombre Jardinero, negro el toro de capa, el de más peso de la corrida, con 597 kilos de peso y también con el hierro de Los Espartales. Sin probaturas se fue directamente a lidiar al animal a los mismos medios para, en toda la cara del animal, clavar el rejón de muerte frente a un oponente que llevaba abajo la cara. Máxima elegancia del cigarrero a lomos de este caballo. Nazarí fue el siguiente caballo, con el que Ventura se recorrió cosidito al animal todo el anillo por las tablas. El toro, además, embistió con una gran alegría detrás del jaco, al que le dejó sin parar un impresionante par en los mismos medios dejándole el sombrero en el testuz. Gran expresión la de Nazarí, dando dos vueltas completas al ruedo. Fino fue el siguiente caballo, con el que dejó hasta cuatro piruetas seguidas y dos quiebros que pusieron al público en pie. El siguiente jaco fue Remate, con el que colocó tres banderillas cortas. Cambiando el tercio, con Bombón finiquitó labor, pinchando arriba en el primer encuentro con el de muerte y dejando un buen rejón a la segunda. Oreja.
Marqués de nombre era el quinto, un negro de 553 kilos y herrado en febrero de 2013 que le dio un derrote y lo llegó a alcanzar a Ventura en el inicio de la lidia, concretamente en el anca derecha de su caballo. Sueño fue el siguiente caballo, con el que llevó cosidito al toro a lo largo de las tablas para emocionar al público y cambiar de pista hasta en dos ocasiones por los adentros, clavando al final de la serie en todo lo alto un rejón al quiebro. Enorme el cigarrero. Se dejó llevar en uno de los pares el toro hacia las tablas para, de poder a poder, clavar de nuevo en todo lo alto con suma elegancia y salir de la suerte con la plaza de su mano. Le aguantó las tarascadas al de Los Espartales para clavar hasta tres banderillas cortas en un carrusel que de nuevo llegó a lo más alto de las andanadas. Otro faenón y la plaza en pie. Con un rejón de castigo cayó el primer rejonazo de muerte, cayendo trasero y un punto bajo el segundo intento. Oreja que le abría una nueva Puerta Grande.
Cuco,
el más veterano de la cuadra, fue el encargado de abrir plaza y tarde frente al
primer ejemplar de Los Espartales. Cordobés de nombre, de 566 kilos, negro de
capa era el ejemplar de José Luis Iniesta, al que el caballero alicantino dejó
dos de castigo. Picasso, un caballo apaloosa, fue el segundo caballo que sacó
Cartagena, con el que fue tirando de repertorio y llevando cosido al animal en
una gran preparación de la suerte antes de clavar en lo alto. Con el balanceo
desde lejos intentó fijar la atención del toro para clavar un par defectuoso en
el que el arpón se dobló contra el de castigo. Tampoco se hizo con el respetable en el siguiente par, siguiendo
frío el público. Marró en el primer encuentro con el rejón de muerte,
enterrándolo con efecto a la segunda. Con
Mediterráneo recibió Andy al cuarto, un toro que salía muy suelto. Con Iluso
conjugó la distancia para que el trasteo tuviese emoción frente al de Los
Espartales. Gacela prosiguió la labor, pero en cuanto le daba distancia al
toro, éste se afligía a pesar de su buena condición. El problema llegó cuando
se puso a torear al público con Luminoso en lugar de hacerlo con el toro,
llevándose el populismo del tendido. Mató y fue ovacionado.
Sardinero
se llamaba el tercero de la tarde, un animal que ya desde salida, y desde el
recibimiento por parte de Leonardo con el caballo Estoque, comenzó a barbear
las tablas. En un momento de peligro saltó al callejón y se dio un tremendo
golpe en el que pudo matarse, aunque la rápida actuación del personal de plaza
hizo que el toro saliese pronto de ese lugar y se repusiera para que el
rejoneador extremeño pudiese seguir la lidia. A dos pistas lo llevó tras
cambiar de caballo y reponerse el toro, sacando al precioso Calimocho en siguiente
lugar. Con él, clavó desde la distancia larga y conseguir llamar la atención
del toro una banderilla en todo lo alto. Con Xarope se descaró en banderillas
cortas justo en el momento en el que el toro soltó un derrote. Trasero colocó
el rejón de muerte, siendo ovacionado. Utrero
llevaba por nombre el sexto, un negro bragado meano corrido segundo del lote de
Leonardo Hernández. Con Picasso lo recibió el extremeño. Distraído fue el
animal, que no logró encelarlo Hernández en los primeros compases del trasteo.
A pesar de la voluntad del jinete, fue finalmente silenciado. Toro complicado.
Además, se propinó un corte en la mano, matando de rejonazo muy trasero.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de Las Ventas. Novena de la feria de San Isidro.
Corrida de rejones. Lleno de no hay billetes.
Seis toros de Los
Espartales.
Andy Cartagena, silencio y ovación.
Diego Ventura, oreja y oreja.
Leonardo Hernández, ovación y silencio.