Resulta paradójico, casi surrealista, que el torero con mayor proyección de la provincia de Jaén no encuentre acomodo en las plazas de su tierra. Es el caso de Adrián de Torres, un espada que ha conseguido ganarse el respeto del aficionado más exigente, el de Las Ventas, mientras su figura sigue siendo ignorada por buena parte de los carteles jiennenses.
El pasado 15 de agosto, el linarense firmó una de esas actuaciones que marcan un punto de inflexión: una oreja de peso en la primera plaza del mundo, conquistando el corazón de Madrid con el sello propio del torero cuajado, puro y en plena madurez artística. Sin embargo, lejos de convertirse en trampolín para relanzar su nombre en la provincia que lo vio nacer, el triunfo ha caído en saco roto. Ni Baeza, ni Andújar, ni Villanueva del Arzobispo, ni Cazorla, ni Úbeda… Y, lo más doloroso: con la duda de su presencia en Linares, la que es su ciudad, su plaza y su feria.
La injusticia es evidente. Mientras otros toreros como Fortes, David de Miranda o Molina encontraron primero el respaldo en su tierra antes de saltar a Madrid o Sevilla, Adrián ha tenido que hacer el camino contrario: abrirse paso en el circuito nacional prácticamente sin torear en su provincia. Un torero hecho a sí mismo, que ha triunfado a cuentagotas allí donde ha tenido oportunidad. Y es que, qué fácil lo ponen los datos: tres orejas en Linares en 2021, dos más en 2023, y otras dos ese mismo año en Villacarrillo. Cada vez que torea, responde. ¿Qué más se le puede exigir?
En un clima de silencio e indiferencia institucional, su exclusión reiterada en ferias de calado solo puede explicarse desde la miopía de quienes gestionan hoy el toreo en la provincia de Jaén. Este año podría estar anunciado en Villacarrillo, una vez más gracias a la decisión de un empresario de fuera como Carmelo García, natural de Sanlúcar de Barrameda, que parece más consciente del valor del jiennense que muchos de sus paisanos. Parece incierto que sea un gaditano quien dicte ley en el asunto y llegue a la provincia de Jaén a poner ese orden que tanto se ha ganado Adrián de Torres y que tanto exige el aficionado jienense.
La posible inclusión de Adrián en los carteles de Linares este 2025 se presenta casi como un acto de justicia histórica. De no suceder, estaríamos ante una de las mayores injusticias taurinas de los últimos años en la provincia. Sería incomprensible que el histórico coso de Santa Margarita y epicentro taurino del sur de España no abriera su puerta grande al torero con más proyección de toda Jaén, cuya presencia debería de estar firmada desde el 16 de agosto de 2024.