EDITORIAL

Te recuerdo, Amanda


lunes 3 octubre, 2022

Si supieras, Amanda, quién es Víctor Jara, que fue quien escribió la canción que da título al editorial, te morirías de vergüenza al decir que eres de izquierdas

Víctor Jara (1)

«Te recuerdo Amanda / corriendo a la fábrica / donde trabajaba / Manuel…».

En esta redacción somos conscientes de que más de uno y de dos aficionados al toro son gentes de izquierdas. Pero de cuando la izquierda significaba algo más que apropiaciones indebidas de fragmentos ideologizados dependiendo de dónde procediesen y -sobre todo- el sentido que se le quieran dar. Son aficionados al toro los que se jugaban la vida por pensar diferente -curioso que ahora pretendan que pase justo al revés, ¿verdad?-, iban a la trena por expresar una opinión y morían fusilados por las balas del bando contrario a aquel en el que se les hubiese ‘militado’. Lo de elegir era de valientes.

Eso aquí, durante los años más duros de una dictadura que vino a poner fin, con un desmán, a los desmanes cometidos por todos. En otros lugares dieron la vida y cayeron salvajemente mutilados por negarse a renunciar al Derecho de Vivir en Paz. Ese fue el caso de Víctor Jara. El gran Víctor Jara que enamoraba Chile con aquel Te recuerdo, Amanda. El gran Víctor Jara que jamás empuñó un arma ni gritó soflamas en mítines y reuniones clandestinas. El gran Víctor Jara que hizo tanto daño a alguna gente sólo con el melodioso sonido de su voz y el rasgueo de las cuerdas de su guitarra, que cuando lo mataron le cortaron también las manos. Y él nunca jamás quiso otra cosa que el derecho de vivir en paz…

Pero ahora tienes que ver cómo una pseudopolítica de nuevo cuño utiliza los artículos de esta publicación para defender eso que ahora es prioritario para la llamada izquierda: los derechos de los animales… Y te recordamos, Amanda; esta no es la primera vez que intentas manipular la información que publicamos.

La sujeta que responde al nombre de Amanda Romero, que se supone que vive en la misma sociedad en recesión y en dificultades que vivimos todos los demás humanos -los únicos que nos acogemos al pacto social, porque somos los únicos que podemos tener obligaciones, además de derechos- se dedica a instigar la causa animalista y a celebrar en Twitter la que considera escasa concurrencia a la plaza de Las Ventas este pasado domingo. Toda una concejal del Ayuntamiento de la capital de España vanagloriándose de que -siempre según su criterio- le vaya mal a un edificio BIC enclavado en la ciudad que representa y, además, albergador de las ferias más importantes del mundo.

No sabemos cómo casa eso con el juramento, o promesa -o ya no sé que sandez dirían en la toma de posesión-, pero sí sé que esta tipeja con sonrisa de Red Social y poca pinta de tener la más remota idea de quién carajo es Víctor Jara, utiliza el cortoplacismo actual para usar la frase que triunfe el próximo minuto. Y entonces la agarren los que se han comprado el móvil con el bono cultural que debería hacer que se sonrojase un estado donde hay viudas que no llegan ni a eso de pensión mientras el Gobierno compra votos y lobotomiza generaciones con el dinero de todos. Son ellos los que hacen el trabajo sucio, aunque no saben por qué. Sólo por los 400 lereles, supongo. Por eso los lobotomizaron antes.

Pues te recuerdo, Amanda, que te llevas 61.684,15 € brutos del Ayuntamiento de Madrid cada año que pasa con tu trasero siendo Miembro de la Comisión Permanente Ordinaria de Portavoz, Seguridad y Emergencias (Presidenta). De modo que te recuerdo que no te metas en camisas de once varas, mujer, que una cosa es que un medio especializado como CULTORO critique determinados aspectos de la gestión de un recinto y otra muy distinta es que tú vayas sacando pecho porque va menos gente a un espectáculo que el año 2019, pero no te das cuenta de que no hay otro espectáculo en Madrid que meta una semana seguida 12.000 personas en un recinto. Tápate, Amanda, por Dios. Que van a pensar que cobras demasiado…

Y te recuerdo también, Amanda, que ser de izquierdas, o incluso comunista, no es una chapa en el pecho para poder lucir el modelo. No es adocenarse con los colegas de la ‘uni’ y decidir que vais a montar un partido entre caña y caña pagada con la pasta de papá o mamá. Ni siquiera seguir al macho Alfa que el millonario Roures -joder con el comunista- convirtió en El Coletas y luego en vicepresidente del Gobierno de un país donde ya no existe casi nada sagrado. Ser de izquierdas no debería significar acabar con los ricos -la frase es de Olof Palme-, sino acabar con los pobres.

Pero claro, Amanda, ya lo de explicarte también quién fue Olof Palme… se me hace bola