Con la temporada ya finalizada a este lado del charco son muchos los aficionados que andan pendientes de las ferias que se montan en América, seriales donde los toreros nacionales se acartelan con una amalgama de espadas que vienen de realizar una interesante campaña en España y Francia. Pero no todos los matadores de toros nacidos en nuestra tierra tienen la oportunidad de anunciarse en los cosos de mayor boato allende los mares, esos donde poco a poco se va reduciendo los espectáculos taurinos debido al cierre de sus plazas.
Atrás quedan esos años 90 donde muchos diestros solapaban sus temporadas sumando una ingente cantidad de tardes durante el año. Cartagena de Indias, Medellín, Bogotá, Quito, Caracas… son algunos ejemplos de plazas que han cerrado por la intransigencia de una élite política que se dejó arrastrar por esa corriente animalista que tanto daño hace a la fiesta de los toros. Pese al duro momento que se vive en esos países todavía hay cosos que aguantan, plazas que dan sus ferias con una gran respuesta de público, esa donde un número importante de toreros españoles hacen el paseíllo cada año.
Pero no todos los espadas tienen la oportunidad de cruzar el charco y seguir en contacto con el toro; pese a ello hay matadores de toros que no se fustigan y siguen preparándose para volver a subirse al tren cuando este vuelva a parar en su puerta. Uno de esos espadas es Ángel Téllez, diestro que tras una interesante etapa como novillero tomaría la alternativa en la plaza de toros de Guadalajara de manos de Morante de la Puebla y El Juli. 13 corridas de toros sumaría en un 2019 donde conformó su alternativa en Madrid, hizo doblete en la citada plaza de toros de Guadalajara y debutó como matador de toros en cosos como Toledo o Azpeitia.
Como al resto de sus compañeros, la pandemia le dejó a cero en 2020, sumando tres paseíllos en un 2021 donde se anunciaría con toros de Gómez de Morales, Los Maños y Conde de Mayalde. Sería un año después cuando conseguiría descerrajar la puerta grande de la primera plaza del mundo tras pasear una oreja de cada astado que le cupo en suerte. Una tarde que llegó tras cuajar al natural a un superclase de Araúz de Robles, toro con el que daría una vuelta al ruedo tras dejarse el premio con la espada. No falló en su segunda oportunidad abriéndosele importantes puertas durante la temporada.
Pese a no estar anunciado en Pamplona se acarteló en cosos como Valencia, Mont de Marsán, Málaga, Bilbao, Bayona, Albacete, Madrid y Zaragoza. 22 festejos toreados, 24 orejas y un rabo en un 2022 donde también indultaría a un excepcional astado de Toros de El Torero en Alcázar de San Juan. Se mantendría más o menos en ese mismo número de festejos en un 2023 donde no entró finalmente en Sevilla. Valencia, Madrid, Nimes, Azpeitia y Dax fueron alguno de los cosos donde trenzó el paseíllo, plazas donde no se dio ese triunfo que ayudara a mantenerse en las ferias.
La falta de paciencia de los empresarios, una gestión muy mejorable de su carrera y una cierta apatía en su toreo fueron las claves de un año que le hizo mucho daño al espada madrileño. Un golpe que había que asimilar durante el invierno, que no podía dejar que un torero con sus cualidades se perdiera por una temporada donde no habían salido las cosas. Tocaba analizar dicha temporada donde las cosas no habían rodado. En noviembre finalizó su relación de apoderamiento con Simón Casas, quedando a la espera de ese hombre que le ayudara a espantar sus fantasmas y a hacer que este creyera nuevamente en sus posibilidades
Fruto de esa decepcionante campaña fue un 2024 donde volvió a la casilla de salida. Pese al triunfo en Toledo en marzo, esta vez Madrid tampoco fue su tabla de salvación para volver a subirse a uno de los vagones que llevaban a las grandes ferias. Atrás quedó esa época donde a los toreros se les esperaba, esos años donde una vuelta al ruedo en Madrid o Sevilla te valía para sumar una veintena de contratos. Al igual que se les exige una gran capacidad física, también estos deben ser fuertes mentalmente para saber que deben ser yunque, pero también martillo, hasta asentarse definitivamente en las ferias, más si cabe en un momento donde los contratos en las grandes plazas escasean.
Pese a ello Téllez no desfallece y sigue puliendo sus defectos en la soledad del campo, un lugar donde encuentra esa tranquilidad que no tuvo cuando estaba en la cresta de la ola. El momento por el que pasa no es fácil, las oportunidades son pocas, por ello es consciente que no puede dejar escapar aquella que se le presente. Todavía es un torero joven y recuperable, pero también sabe que aparecen nuevos compañeros con la hierba en la boca que dificultan un hueco en las ferias.