Exigió la corrida de Victoriano a las cuadrillas en Madrid. Sobre todo por su comportamiento en los primeros tercios, tal y como era habitual en el encaste Atanasio. Salida fría, apenas desgaste en el peto, donde se han dejado pegar sin emplearse en su mayoría o han manseado de forma evidente, caso del sexto.
Fue José Palomares en el quinto quien destacó entre los de aúpa, mientras que en banderillas, donde los toros marcaron querencia y apretaron para dentro, la lidia se tornó laboriosa y complicada.
El primero estuvo a punto de atrapar en la tronera de un burladero a Juan José Domínguez cuando trataba de cerrarlo, de tanto como apretó. Además, como llegaron con pies al segundo tercio, la mayoría tendió a cortar o a ponerse por delante de los banderilleros.
Fueron por esta razón muy emotivos los pares de Jorge Fuentes al quinto y del francés Tomás Úbeda al sexto, aunque ninguno de los dos llegó a saludar.
En la brega tan complejas, destacó el capote de Juan José Domínguez.