EDITORIAL

Diego Ventura y Pamplona: año 1 después de Pablo


jueves 13 marzo, 2025

La ausencia definitiva de Pablo Hermoso de Mendoza abre la puerta al hispanoluso para debutar en la Monumental pamplonesa

Pamplona Y Ventura
Diego Ventura puede ser una baza nueva en la Feria de San Fermín © Méndez y L. S. Olmedo

Desde aquel 13 de septiembre de 1998, cuando tomaba la alternativa en Utiel, hasta el 6 de julio de 2025, cuando se celebre en Pamplona la corrida de rejones de sus Sanfermines, habrán pasado casi 27 años. Casi tres décadas sin que uno de los más grandes toreros a caballo de todos los tiempos haya pisado la plaza de Pamplona. Casi 30 años de ausencia que las circunstancias pueden provocar que cese este año del Señor que deja sin Señor a Pamplona.

Es este el primer año sin que la presencia de Pablo Hermoso de Mendoza, maestro de maestros, como subraya su trayectoria, lo inunde todo en la Monumental con su presencia. Será la primera temporada en que su nombre no esté en los carteles; será el año 1 Después de Pablo, hasta ese extremo llega la importancia del navarro en la capital del terruño.

Pero eso también significa que el cartel de rejones, el único de esas características que se organiza en la Feria del Toro, se queda sin su principal baluarte, sin el puntal que ha sido desde hace más de cuatro décadas. Y significa también que sólo hay -hoy por hoy- un torero que pueda ocupar el hueco que deja el maestro en el cartel de su tierra: Diego Ventura. Pero poner al hispanoluso en la Monumental pamplonesa tiene muchas implicaciones, que vienen a cerrar el círculo que abríamos al comenzar este editorial.

Como decíamos, han sido casi 30 años sin pisar esa arena. Triunfando en todas las plazas, creciendo en todas las ferias. Conviertiéndose en un titán por los ruedos del mundo. Y quedándose hoy solo en la cima del toreo a caballo. Con 17 puertas grandes en la capital del toreo; con 10 puertas del príncipe en la cuna del arte; con el cetro del rejoneo de forma indiscutible entre las manos y con 27 años de alternativa para subrayar una madurez que solidifica su trono… pero sin debutar en Pamplona. Y a lo mejor habría que ponerle remedio.

En la Casa de Misericordia está -ahora que ya no está Pablo y no se puede argüir su negativa a torear con Diego- el ponerle solución a una injusticia que no deja de ser múltiple, pero corregible. En su mano está permitir a los aficionados pamploneses, que han disfrutado de Pablo y su grandeza durante décadas, deleitarse ahora con una forma tan distinta como válida de interpretar el arte de Marialva. Está entre las atribuciones de la MECA remediar ese despropósito mayúsculo que pone un punto negro en la historia de la tauromaquia. Figura entre sus responsabilidades, las de la institución en la que gobiernan José María Marco y Eugenio Salinas, contratar para la feria con más salud del mundo al que se ha quedado solo como maestro de maestros en activo en todo el mundo.

Parece obvio para cualquier aficionado a la tauromaquia que será este año, el año 1 después de Pablo, cuando Diego Ventura podrá debutar, por fin, en la plaza de toros de Pamplona, pero no hay ninguna seguridad. La hay de que a Pamplona, por San Fermín, van siempre los que hayan triunfado el año anterior, y por eso se respetarán, como siempre, los puestos de Armendáriz y Guillermo, que además son de la tierra y ganado lo tienen en el ruedo. Pero ese puesto que deja libre el maestro Pablo, que ya no toreará en la feria, abre la puerta a la esperanza para todo buen aficionado al rejoneo.

Y podrá corregirse, de esta forma, un error monumental que debe enterrarse para siempre en el olvido del tiempo.