EL EXILIO INTERIOR

Memoria de una infamia


viernes 28 julio, 2023

Desde entonces ni el dueño de la plaza Monumental de Barcelona (única en disposición de dar toros), Pedro Balañá Forts ni el propio sector taurino han querido y/o sido capaces de dar toros.

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Serafín Marín.

Cada 28 de julio, desde 2010, es memoria de una infamia.

Aquel día infausto el Parlament de Catalunya prohibió por mayoría la prohibición de las corridas de toros (que no de los correbous) en la Comunidad. Una prohibición que ILP con medio millón de firmas mediante e impulsada desde Catalunya por la Federación Entidades Taurinas de Catalunya(FETC) y su presidente Luis María Gibert, quedó revertida según fallo del TC en 2016.

Desde entonces ni el dueño de la plaza Monumental de Barcelona (única en disposición de dar toros), Pedro Balañá Forts ni el propio sector taurino han querido y/o sido capaces de dar toros.

En todo este tiempo, el sector, con la FTL como principal arma jurídica, apenas movió pieza para un hipotético regreso de los festejos taurinos en Olot , de lo que nunca más se supo. De cualquier movimiento que tuviera como objetivo La Monumental nada se sabe, por lo que es fácil deducir que no ha existido.

Tampoco- que sepa o intuya- fuerzas vivas del toreo, desde empresarios a ganaderos pasando por los propios toreros han movido un dedo para, al menos, poner en un brete al dueño del negocio, Balañá o sea.

Pedro Balañá Mombrú, tercer eslabón de la dinastía, sólo compareció en el Parlament en las sesiones previas a la votación de marras para reclamar lo suyo, el dinero, en concepto de lucro cesante. De si tal reclamación ha sido atendida, tampoco hay noticias.

Lo que sí trascendió es la respuesta de Balañá a la pregunta del entonces presidente de la FETC meses después de conocerse el fallo del TC: “de momento, no”.

Siete años más tarde ese “de momento” continúa vigente y nada invita al mínimo optimismo, por lo que la afición catalana vive en una resignación apenas paliada por la actividad de las entidades que aún resisten, que organizan salidas para ver toros; los actos taurino-culturales tanto en ellas como en la Casa de Madrid (lugar de refugio) y la encomiable y voluntarista labor de la Escuela Taurina de Catalunya, que empieza a dar ilusionantes frutos ahora con el matador de toros catalán Enrique Guillén al frente.

Una afición catalana que  estará el próximo 24 de septiembre (festividad, además, de La Mercè, patrona de Barcelona) en Las Ventas para dar su apoyo a Serafín Marín en la Corrida Concurso que se anuncia.

Serafín Marín, torero de Montcada y Reixach, que durante los años previos a la prohibición, fue santo y seña de la reivindicación taurina de su tierra y luego postergado, maltratado e ignorado por los mismos- también desde la política- que lo utilizaron.

Pasan los años, Barcelona sigue sin toros, pero la memoria de la infamia permanece.