El Ministro de Cultura, Ernest Urtasun, ha presentado hoy la nueva Dirección General de Derechos Culturales y la persona que estará al frente de ella. Se trata de Inés Beirak, diputada autonómica en la Asamblea de Madrid y portavoz de Cultura de Más Madrid.
El nombramiento de Beirak supone una muesca más en la indisimulada deriva contra la tauromaquia instalada, paradójicamente, en el Ministerio que, por Ley, la debe proteger y difundir.
El posicionamiento antitaurino de Beirak se ha manifestado en varias ocasiones, tanto en sus intervenciones como diputada autonómica como en los medios de comunicación. Así, a una pregunta sobre si le gustaban los toros, respondió con un no argumentado así:
“ Yo creo que no todo lo que ha formado parte de la cultura de una sociedad es necesario que siga formando parte de esta. La cultura se va trasformando, los valores de la sociedad van cambiando y yo creo que la tendencia natural es que la fiesta de los toros no vaya formando parte de centralidad cultural. Han sido parte de nuestro legado cultural, y eso dice cosas de nosotros, como lo diría el hecho de que ya no formaran en un futuro parte nuestras prácticas culturales”.
O en una intervención, en 2022, en la Asamblea de Madrid:
“No se trata de si los toros son o no cultura, ni de si son un espectáculo que entraña belleza. La cuestión es que se trata de maltrato animal y la sociedad ya no valida ese tipo de violencia”, después de citar como ejemplos de costumbres superadas por el paso del tiempo “las luchas de gladiadores, las ferias ambulantes donde se exhibían a seres monstruosos y el lanzamiento de cabra desde un campanario”.
Un argumentario (sic) que sin duda comparte el Ministro Urtasun y de ahí el nombramiento.
Dentro de unos días se presentará en el Senado el inicio del procedimiento de la ILP antitaurina que pretende recoger medio millón de firmas que la validen y de ahí a la tramitación en el Congreso de los Diputados, un proceso que se puede dilatar en el tiempo pero que pende sobre el presente y el futuro de la tauromaquia.
El sector taurino, con la FTL al frente, pidió una reunión con el nuevo Ministro a los pocos días de su nombramiento, allá por noviembre, y aún no ha recibido respuesta de quien, eso, sí, dijo que “escucharía a todos”, aunque de momento a hecho oídos sordos.
El panorama es sombrío y apelar a que el PACMA acaba de conseguir su, por otra parte, acostumbrado mal resultado en las recientes elecciones de Galicia para insistir en que apenas tienen apoyo popular no es más que hacerse trampas al solitario. Por dos motivos.
Uno, porque los postulados antitaurinos de PACMA están plenamente asumidos en los programas electorales y actuaciones de fuerzas como Sumar (con Urtasun a la cabeza o la Vicepresidenta Yolanda Díaz) Podemos, Más Madrid, Comunes, BNG, Bildu… y bien visto en sectores socialistas .
El otro motivo tiene que ver con algo tan repetido desde la defensa de lo taurino como es que cualquier actividad cultural, por minoritaria que sea, no debe ser perseguida apelando precisamente a esa real o supuesta minoría.
Así pues a los diversos frentes abiertos habrá que estar también atentos al lo que vaya saliendo desde esa flamante Dirección General de Derechos Culturales cuya titular niega tal derecho a la tauromaquia.
Hay que joderse.