AL SUR DEL SUR

El duro trance que está pasando El Cid: ¿Qué es lo que está ocurriendo?


domingo 14 mayo, 2023

Desde aquel "Sábado de Pescaíto" han salido carteles de distintas ferias en las que su nombre no aparece por ningún lado.

El Cid
El Cid, en Las Ventas la tarde de su despedida de este ruedo. © Luis Sánchez Olmedo

“El Cid vuelve a los ruedos en 2023 sin escenario fijo de reaparición”. Así anunciábamos el pasado 10 de diciembre la reaparición de uno de los toreros más importantes que ha dado el escalafón en los lustros del siglo XXI. Un torero que, tras tomar la alternativa en la primera plaza del mundo en el año 2000, despegó de forma definitiva tras pasear un rabo de un toro de Victorino Martín en la plaza de toros francesa de Bayona el 1 de septiembre de 2022.

Un espada que tras el anuncio de su vuelta tenía en la cabeza volver de nuevo a un circuito donde había sido pieza básica en los grandes años de su carrera, pero no fue así: Olivenza, Valencia, Castellón y Arlés no contaron con él pese a que algunas plazas le había hecho ver que iban a contar con él. Una puñalada que no fue nada comparada con su ausencia de Madrid, una plaza donde se quedó fuera sobre la bocina por compromisos empresariales.

Manuel únicamente tenía Sevilla, su Sevilla. Y pese a las dudas que podían surgir sobre un torero que ya había escrito las mejores páginas de su carrera, volvió a demostrar que la mano izquierda le sigue volando igual de bien que aquellos años donde cuajaba de cabo a rabo a esos grises de mirada viva y embestida humilladora. Manuel tenía un mensaje que mandar, ese que no habían querido escuchar ciertos empresarios, pero que Sevilla no dejó pasar. Tuvo un lote para hacer el toreo, y lo hizo. Dos faenas presididas por la inteligencia, el temple y el buen gusto. Esta vez la espada falló y únicamente paseó un apéndice del cuarto.

Desde aquel «Sábado de Pescaíto» han salido carteles de distintas ferias en las que su nombre no aparece por ningún lado. Plazas que podrían haber tenido la sensibilidad de darle hueco a un torero que demostró en Sevilla, ante una encastada y exigente corrida de Victorino, que no había venido a pasearse, sino a todo lo contrario. Un torero tenía estipulado hacer una temporada bonita en sitios donde se le diera su hueco, pero que ha visto como ni tan siquiera una actuación de esta importancia en Sevilla le valía para que sonara el teléfono.

En la mente de todos está Pamplona, esa Feria donde Manuel y su equipo confían en poder estar. Ganaderías hay, unas más apetecibles que otras, puestos también, ahora queda ver si ese triunfo cosechado en una plaza de primera vale para ir subiéndose al carro de una temporada que echó a andar sin en esperar a que se pudiera subir al tren. Tiempo hay de premiar su actuación de Sevilla y ver si fue flor de un día o la continuidad de un buen momento, esto es fácil, si está bien se le repite, si no aprovecha las oportunidades a casa.

El Cid y su idilio durante más de 20 años con los grises de ‘Victorino Martín’

El Cid
El Cid junto a Curro Robles y Lipi en La Maestranza. © Sara de la Fuente

El torero de Salteras, tras una etapa interesante como novillero junto al recordado y añorado ‘Gonzalito’, supo sortear los problemas lógicos de la falta de contratos para dar golpes en lugares importantes para meter la cabeza en las principales ferias. Un periodo de maceración donde Madrid y Sevilla fueron claves en esa evolución como torero, allí, en Sevilla, antes de su eclosión, dejó faenas notorias a animales de Gerardo Ortega y El Pilar que le sirvieron para ir ganando poco a poco crédito de cara a esa tarde antes mencionada en Francia.

Poco a poco las temporadas fueron subiendo en número de festejos y en carteles de mayor fuste, convirtiéndose en compañero inseparable de viaje de la divisa de la A coronada, hierro con el que se acarteló en plazas como Madrid, Sevilla, Dax, San Sebastián, Santander, Logroño, Zaragoza… El mal uso de la espada le privó de triunfos notorios en la primera plaza del mundo, esos que se había ganado con su espada y su muleta. En 2005 se anunciaría por primera vez el Domingo de Resurrección, rozando con los dedos el hito de salir tres tardes consecutivas por la Puerta del Príncipe.

A partir de ahí, Manuel se colocó en un lugar privilegiado del escalafón, llegando al punto álgido de su carrera con los seis toros de Victorino Martín en Bilbao, plaza donde saló en hombros tras una tarde histórica. A partir de ahí continuó a un nivel alto durante las campañas venideras, pero poco a poco, pese a obtener triunfos, la regularidad se fue perdiendo hasta caer a un lugar del escalafón donde los carteles de mayor boato quedaban lejos.

En 2019, un año antes de que la pandemia azotara duramente al torero, Manuel se despidió con todos los honores de una profesión a la que le había dedicado toda su vida. 36 festejos torearía en una temporada donde pisó plazas tan importantes y relevantes en su carrera como Catellón, Sevilla, Madrid, Burgos, Santander, Huelva, Málaga, Bilbao, San Sebastián, Valladolid, Logroño o Zaragoza, plazas donde soñaba, y sueña con poder volver en este año de su vuelta. Si duda, la independencia y el no tener una casa grande detrás le ha restado posibilidades para entrar en muchas ferias.