Hoy, el toreo se viste de “Resurrección y oro” y, por unas horas, allá penas.
Decir Domingo de Resurrección es decir Sevilla, claro, pero el –ya en desuso- Sábado de Gloria a punto estuvo de alterarlo todo. Morante por los aires- en La Línea-, Morante estrellado sobre el albero, Morante maltrecho, Morante al hospital. La base de los carteles de Sevilla, como ya lo fue de las primeras ferias y lo es de San Isidro y las que vendrán, así hasta más de cien tardes firmadas, en la incertidumbre de una lesión ósea. Al poco llegaron buenas noticias e, infiltración mediante, a las 18.30 horas en todos los relojes, hará el paseíllo- junto a Juan Ortega y Pablo Aguado– en La Maestranza.
Sí, toros en Sevilla, como desde ayer en Arles- La Quinta y Roca Rey en triunfo– y hoy en Madrid ( y otras plazas). Por cierto, en Las Ventas se anuncia Curro Díaz, una ausencia inexplicable en La Maestranza, más aún tras la baja de Emilio de Justo.
En Sevilla, por la mañana y en el Teatro Maestranza, Pregón Taurino de un escritor barcelonés, Félix de Azúa, que debió ser en 2020 y la pandemia lo impidió.
Félix de Azúa, posicionado políticamente en contra del proceso independentista catalán, fue, en septiembre de 2009, uno de los más de trescientos firmantes del “Manifiesto de la Mercè por la libertad” (redactado por el escritor y poeta, Pere Gimferrer, miembro de la RAE y el añorado biólogo Jaume Josa) y en el que catalanas y catalanes de muy distintos ámbitos clamaban por una libertad, la taurina, amenazada en su tierra. En él, se escribía (en catalán): “Barcelona, ciudad libre, casa de hombres y mujeres libres, plaza de la tolerancia, del diálogo, del civismo, espacio donde expresar libremente la diferencia y donde el que respeta es respetado. Así la queremos, viva, latiendo, capital de Catalunya, metrópoli europea, ciudad abierta, ciudad de todos…Consciente sde que la Fiesta de los toros corre peligro si acaba prosperando la iniciativa legislativa popular que quiere imponer la prohibición taurina, queremos hacer un llamamiento a todos los ciudadanos de Catalunya. No sólo a los aficionados , sino a todos, sin excepción. Taurinos, antitaurinos e indiferentes ante la Fiesta de los toros. A todos los catalanes queremos recordar que con la prohibición de la Fiesta de los toros es una parte de libertad lo que se prohíbe, es un trozo de libertad lo que todos perderíamos. Cada vez que la libertad de alguno se ve negada o limitada, la libertad de todos pierde peso, se debilita y empequeñece.”
Dos años después, con la entrada en vigor de la prohibición taurina- luego revocada, pero en ella seguimos- de ese Manifiesto, en Catalunya la libertad perdió peso, se debilitó y empequeñeció. Procés, lo llamaron.
No sé si Felix de Azúa, en su Pregón de hoy, Domingo de Resurrección en Sevilla, hablará de libertad. Pero conviene seguir gritando y escribiendo su nombre. Nos va la vida en ello. Resurrección y libertad ¡qué bien resuenan!