TEMPORADA 2024

Ferrera: la dura situación de un torero de corazón aguerrido y alma de artista


miércoles 13 marzo, 2024

Antonio Ferrera tiene por delante un compromiso de altura el próximo Domingo de Ramos en Madrid con la corrida de Cuadri, una tarde que viene precedida de su gran triunfo en la Monumental de Insurgentes.

Ferrera
Antonio Ferrera, en Las Ventas. © Luis Sánchez Olmedo

Antonio Ferrera es uno de los espadas más experimentados del escalafón, un diestro que el pasado mes de marzo cumplió 27 años de alternativa tras tomarla el 3 de marzo de 1997 en la plaza de toros de Olivenza. El matador de toros nacido en Bunyola (Baleares), todavía no ha pisado territorio español en esta temporada de 2024 tras sumar un total de 27 paseíllos el pasado año en ruedos europeos. De momento, ya toreó en cosos como Jalpa (Zacatecas), Monumental de Manizales (Caldas), Rincón de Romos (Aguascalientes), Autlán de la Grana (Jalisco) y Plaza México (México D.F.), coso donde salió en hombros el pasado domingo tras pasear dos orejas.

Un diestro que se ha refugiado en México, país donde tiene cartel y en el que ha salido en hombros en tres de las cuatro tardes que ha toreado en este comienzo de temporada. Ahora tiene las miras puestas en la cita del próximo Domingo de Ramos en el coso de Las Ventas, plaza donde trenzará un segundo paseíllo en plena Feria de San Isidro. Llama la atención que no tenga ningún contrato firmado a este lado del charco más allá de las corridas de Cuadri y Adolfo Martín en la primera plaza del mundo, volviendo a México para torear el 30 de marzo en Tlaxcala (Tlaxcala) y el 19 de abril en la Monumental de Aguascalientes (Aguascalientes).

Ferrera ha visto cómo aquellos triunfos del año pasado no le han valido para acartelarse en una serie de plazas donde era común verlo en años anteriores: Olivenza, Castellón, Valencia, Arlés o Sevilla no lo han anunciado en sus ferias, al menos en esta parte inicial de la temporada. Otro aspecto que ha llamado poderosamente la atención que no estuviera tampoco en las quinielas previas de cara a la confección de los abonos, algo llamativo viendo sus actuaciones de los últimos años en ciertas plazas.

“Antonio Ferrera, pese al séquito de detractores que lleva detrás, es uno de los toreros por quien actualmente merece la pena pagar una entrada. Es un maestro cuajado, es extravagante y es vanguardista. En otras palabras: tiene personalidad propia delante del toro”, escriba el último día del año Purezatoros en su cuenta de X, antes Twitter, en un breve texto en el que hablaba sobre un torero difícil de analizar por su forma tan personal de ver e interpretar el toreo.

Una publicación que tuvo su rápida contestación por parte de Juan Mora, un diestro que durante su carrera ha dejado faenas imborrables en plazas de todo tipo, el cual siente profunda admiración por un diestro distinto al resto: “A veces pienso que no sé mucho -es tan difícil saber hablar bien de toros- y otras creo que sí tengo cierto derecho para hablar con conocimiento de causa de esta cuestión. Antonio Ferrera es un grandioso torero”.

Un diestro que ha notado el aliento de la afición azteca, esa que se empapa de otro tipo de tauromaquias que quizás no son tan valoradas a este lado del charco. Sobre su triunfo en La México habló en redes sociales Juan Mora, diestro de sobra conocido por todos por su forma de interpretar el toreo, que vivió con pasión, su faena a un toro de Rancho Seco en el embudo de Insurgentes, una obra difícil de analizar por la personalidad de la misma.

Un triunfo que debe valerle para afrontar sus dos tardes de Madrid, y las que vengan, con otra cara, pensando que ese toreo que lleva puliendo en tierras aztecas salga en un coso donde su afición es tan exigente como entregada cuando un torero se pone de verdad. De conseguirlo Madrid se lo reconocerá, más si cabe con un toro como el de Cuadri, aunque el espada nacido en las Baleares ya haya cuajado durante su larga carrera a toros de todo tipo de encastes.

No se trata de volver a convencer a la gente, sino de convencerse a sí mismo, de ser capaz de reencontrarse nuevamente en una plaza donde no habrá un lleno de “no hay localidades” pero sí esa afición que nunca falla a su cita con Las Ventas. Luego vendrá San Isidro y la de Adolfo, pero eso es otro cantar. De momento debe ir paso a paso, escalón a escalón, para volver a encontrar su sitio, ese donde estuvo no hace tanto y en el que todo aficionado desea verlo estar, porque el toreo no está sobrado de diestros con imaginación.