JAVIER
FERNÁNDEZ-CABALLERO
Pongámonos
en situación. Arenas de San Juan, Ciudad Real. Localidad de 1069 habitantes
censados que en la última década ha venido celebrando festejos menores en sus
fiestas de San Bernabé. Esta temporada decide organizar una corrida de toros en
la que algo más de un millar de personas van al espectáculo, entre los vecinos
que acuden a la localidad en fiestas y los aficionados de los pueblos
colindantes que se acercan a disfrutar del festejo.
Víctor
Puerto en su vigésimo año de alternativa, Juan Bautista tras cortar un orejón
en San Isidro y pasear cuatro en Nimes y Octavio García «El Payo” tras ver cómo
se suspendía su cita en San Isidro estaban anunciados. Hasta ahí, todo bien.
Hasta que salió el primer toro… un
animal de Guadalest en el que el desmoche hizo saltar las alarmas. Las
imágenes de ese abreplaza junto con el cuarto del festejo hablan por sí solas. Esto no es aceptable. No se puede permitir.
¿Qué si no se hubiese retransmitido por RTVCM nadie estaría hablando de esto?Por supuesto, pero se retransmitió. Y ardieron las redes sociales.
Y lo
peor es que, justo en los mismos instantes en los que toros impresentables
saltaban a este ruedo anunciados como corrida de toros, un novillo de Guadaira
rompía las ilusiones de Rafa Serna en Madrid. Le partía en dos la safena y la
femoral un animal anunciado como novillo, sobrepasando en demasía lo que a unos
kilómetros de la capital estaba anunciado como corrida de toros. El problema es
que nadie tomará responsabilidades de lo que ayer salió por toriles en Arenas
de San Juan. Lo de Madrid es otro cantar…
