El actual escalafón vive momentos de cambios, de una paulatina regeneración que debe ser tenida en cuenta por las propias figuras del toreo, los empresarios y el aficionado. Tres patas a las que hay que unir a ese gran público que acude en masa a determinados festejos a lo largo del año. Todos tenemos que ser conscientes que la apuesta por el futuro debe hacerse dándole hueco en carteles de figuras a esa nueva hornada que viene apretando por detrás.
Dentro de esa amalgama de espadas jóvenes hay dos de ellos que tras su irrupción como novilleros dieron el salto al escalafón de matadores de toros, dos espadas que merecen ese hueco para ir poco a poco rodándose y ver si acaban asentándose en ese lugar para el que parecen predestinados. Uno de los problemas que atañen al sector es la reducción de las corridas de toros, algo que hace que las oportunidades para estos toreros sean menores.
En este sentido todos tenemos que ser valientes y apostar por el futuro de una tauromaquia que no se debe quedar anquilosada en el pasado. Nombres como los de Samuel Navalón o Jarocho deben ser tenidos en cuenta en el inicio de la próxima temporada y no olvidarse de ellos como ha pasado con tantos y tantos novilleros punteros que, una vez tomada la alternativa se quedan en el banquillo sin posibilidad alguna de rodarse en su profesión.
El caso de Samuel Navalón
Uno de los novilleros más interesantes del año ha sido el valenciano Samuel Navalón. Tras un grato paso por Madrid, en el que rozó el triunfo grande con la novillada de Fuente Ymbro en la pasada Feria de San Isidro, el novillero de Ayora tomó la alternativa en la Feria de los Llanos de Albacete.
Samuel Navalón se doctoró el 14 de septiembre en un cartel al lado de José María Manzanares y Roca Rey para lidiar toros de Jandilla-Vegahermosa . El novillero natural del municipio valenciano de Ayora tiene, además, un vínculo especial con la ciudad albaceteña, puesto que ha sido miembro de su Escuela taurina en su etapa como novillero sin caballos.
Jarocho
Por su parte, Jarocho fue alternativado en la pasada Feria de San Antolín de Palencia y toreó en Navaluenga, en la provincia de Ávila, su primera corrida en septiembre junto a Cayetano y Ginés Marín. “La verdad que fue una tarde bonita, era mi segunda corrida de toros y la afronté con mucha ilusión. Fue una temporada importante y fue un cartel rematado, con dos figuras que llevo admirando desde pequeño. Me hacía mucha ilusión poder estar junto a ellos”, explicó en palabras a Cultoro tras esa primera tarde.
“Intenté disfrutar de la tarde; poder torear una corrida de toros es un privilegio, y con un cartel bonito mucho más. Iba responsabilizado. Era una tarde importante para mí, en la que tenía que pasar algo. Las sensaciones fueron muy positivas, mi primer toro tuvo mucha transmisión. Sin ser fácil, pude entenderlo bien. Fue una faena muy rotunda”, añade sobre la tarde del domingo.
En su recuerdo quedará para siempre la tarde de la alternativa en Palencia, marcada por la baja de Cayetano unas horas antes del festejo, y en la que Luque fue su padrino: “Después de comer fue cuando me avisaron que el maestro no iba a poder torear. Por una parte me dio pena, pero por otro lado lo vi como una oportunidad más ya que iba a torear otro toro. La verdad que me lo tomé con mucha naturalidad e intenté disfrutar al máximo del día, ya que la alternativa se toma una vez y me sentí un privilegiado por convertirme en matador de toros. Gracias a Dios, la tarde fue muy bien, pude disfrutar toreando y que la gente disfrutara conmigo”, expone el joven.
Luque, en la ceremonia, le dijo que “esta era una profesión muy difícil, pero a la vez la más bonita y que merecía la pena entregar tu vida al toro y entregarte cada día”. Por delante, le quedan meses para seguir profundizando en su concepto y seguir afianzándose como valor joven que puede y debe decir mucho en la Fiesta.