A Salvador Sostres, catalán y burgués, le gusta provocar desde sus artículos en prensa, imbuido en su convencimiento de «enfant terrible” de las letras patrias y, desde hace un tiempo, azote del independentismo catalán. Su biografía está- como casi todo ahora- al alcance de quien se interese en conocerla, basta con teclear su nombre en el buscador, y por ello, la paso por alto.
De la última de Sostres, hace unos días en las páginas de ABC, han dado cuenta medios tanto generalistas como taurinos (este mismo portal), con el eco amplificador de las redes sociales y uno mismo ha caído en la tentación. Para darle respuesta.
Sostres, a rebufo de la inminente (re)aparición de José Tomás en Jaén, construye (sic) un relato que parte del supuesto ofrecimiento pre pandémico del torero de Galapagar a Balañá para torear en la Monumental de Barcelona, concretamente en dos días señalados en el calendario festivo de la capital catalana: Sant Jordi y La Mercé. Por cierto, si en torno a esta última, patrona de Barcelona, siempre se organizaron festejos taurinos y fue la de 2011 la del adiós, Sant Jordi, salvo que cayera en domingo y no siempre ni mucho menos, nada tiene de tradición taurina.
Ese ofrecimiento ad hoc de José Tomás rechazado -Sostres díxit- por Balañá, tendría su base en que la prohibición taurina catalana de 2010 fue revocada por el TC en 2016 y, por tanto, la Ley ampara que se puedan programar corridas de toros. Y, siendo así, qué mejor que José Tomás- sigue Sostres- anunciándose en solitario con seis toros.
No es Sostres -ahora- el único que ha criticado la cobardía de Balañá en dar un paso al frente y dar corridas en el histórico -y protegido arquitectónicamente- inmueble de su propiedad en la Gran Vía confluencia con calle de la Marina. Y siendo quien esto firma uno de los más beligerantes en el tema, el oportunismo de Sostres clama al cielo.
Sostres jamás ha apoyado ninguna de las iniciativas que desde la Federación de Entidades Taurinas de Catalunya o las distintas peñas se han realizado para mantener viva la llama taurina en Catalunya ni, por supuesto, ha hecho acto de presencia o se ha referido a las múltiples actividades culturales en torno a la tauromaquia en Barcelona y otras ciudades catalanas.
El ínclito Sostres utiliza -en su acepción de servirse de- a José Tomás para dirimir sus cuitas con los Balañá y la política catalana. Está en su derecho y espacio tiene para ello en las páginas de ABC para hacerlo. Pero el artículo de marras es una antología del insulto personal, la zafiedad y la manipulación, con tufo de vendetta. Y nada aporta, salvo vergüenza ajena, a la causa que -se supone- defiende.
Entono desde ya el mea culpa por darle más cancha a quien –opino- solo merece el olvido, esa cancha que, por ejemplo, le ha brindado un medio digital, «Dolça Catalunya» se llama el engendro, que se ufana en no firmar las informaciones y artículos que publica.
Salvador Sostres –techos, en traducción al catalán- ha tocado ídem, bajando a lo inmundo.