EL EXILIO INTERIOR

Joyce y Gallito en La Línea de la Concepción


viernes 21 julio, 2023

Que se recuerde a Joyce y su “Ulises” en la plaza de toros de La Línea no es una  boutade, todo lo contrario. Y que con él esté el nombre de Gallito aún menos.

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El acto.

En 1922 el escritor irlandés James Joyce publicó “Ulises”.

Un siglo y un año después, la que según muchos es “la mejor novela escrita en el siglo XX” y para otros- aunque la citen- un “peñazo” (Virginia Wolff dijo de ella que era una tontería) del que apenas han podido pasar de la página cincuenta, ya tiene un azulejo  en la Plaza de Toros de La Línea de la Concepción, después de un acto celebrado ayer por la mañana, previo a la corrida vespertina y que contó con la presencia y las intervenciones del Alcalde de La Línea, el empresario del coso taurino y el jurista  y gran aficionado sevillano Manolo Grosso en representación de la Tertulia Oselito ( con sede en el Bar Taquilla, frente a La Maestranza)  impulsora de la iniciativa.

Que se recuerde a Joyce y su “Ulises” en la plaza de toros de La Línea no es una  boutade, todo lo contrario. Y que con él esté el nombre de Gallito aún menos.

Resulta que en distintos capítulos de la citada obra aparecen referencias taurinas, como demuestra un detallado estudio publicado hace una década por dos profesores sevillanos, Fco Javier Quintana (licenciado en Geografía e Historia) y Rafael García León (doctor en Literatura inglesa).

Todo parte- explican los autores- de un hecho real: la peripecia taurina de un torero irlandés, John O’Hara ,  la oreja cortada por un torero español de nombre Gómez- sería Gallito-, a lo que se añade una postal taurina comprada por Joyce en París.

En los capítulos finales del “Ulises”, el protagonista, Leopold Bloom, se plantea dejar Dublín y detalla los lugares que le gustaría visitar, como las Cataratas del Niágara, el Mar Muerto, la Bahía de Nápoles…y la Plaza de Toros de la Línea de la Concepción, donde O’Hara había matado un toro. Quintana y García León detallan que O’Hara fue un militar británico destinado en Gibraltar que a finales del siglo XIX abandonó el uniforme y quiso ser torero, para lo que viajó a Sevilla donde pidió a “El Gordito” que le iniciara en el arte del toreo y le buscará oportunidad para practicarlo, llegando a presentarse en  Sevilla un agosto de 1876 y después toreó en distintas plazas andaluzas e incluso  Barcelona y Madrid, donde después de una mala tarde decidió abandonar su aventura taurina.

Resulta curioso -resalta el estudio citado-  que siendo la plaza de la Línea la que O’Hara incluye entre sus deseos viajeros, nunca toreara en ella, pues ésta se inauguró en junio de 1881, cinco años después de su peripecia en los ruedos.

Pero sin duda es el nombre de Gómez  el que lleva a la relación del “Rey de los toreros” con el coso linense.

Escribe Joyce en el último capítulo del libro, en el tantas veces reproducido monólogo de Molly Bloom (esposa de O’Hara) que recuerda su adolescencia gibraltareña y la visión de una corrida de toros en La Línea :“Cuando le dieron la oreja a aquel matador, Gómez”

La investigación de los autores del estudio llega a la conclusión de que las fuentes del propio Joyce sobre el torero Gómez llevan a años inmediatamente anteriores a 1920 y proceden de una tía suya que le comentó la estancia en La Línea de unos amigos suyos que presenciaron un festejo taurino, siendo precisamente entre 1915 y 1920 cuando Gallito toreó cada temporada en su plaza de toros, donde además fue el torero que más trofeos cortó.

El azulejo que  ahora luce en la plaza de toros de La Línea de la Concepción y que ayer  toreros y público de la corrida ya pudieron ver,  recuerda a James Joyce y su “Ulises” y, también, a Gallito.

Y a la vez es memoria que demuestra, por si falta hiciera, la inequívoca y fructífera relación de toros y cultura. Así que les pese a algunos.