Por Javier Espada
Lo de que la realidad supera siempre a la ficción no es un tópico, es una realidad. Los taurinos, acostumbrados ya a las ocurrencias más majaderas que reproducen de memorieta y del tirón las hordas antis de las redes sociales, estamos curados de espanto. El problema llega cuando las majaderías, que suelen tener como pilar de base el desconocimiento absoluto sobre el tema, provienen de los cargos públicos. Ahí es cuando la cosa se pone seria. Porque ya eso nos afecta a todos. Y si atenta contra la libertad que la Constitución del 78 nos brindó a todos los españoles, el tema pasa de castaño a oscuro.
El último gran ataque nos llega de la alcaldesa de una ciudad que tiene una plaza con 133 años de historia taurómaca. Un coso que ha abanderado, junto a Santander, la resistencia de los toros este año en el norte de España. Y que cada temporada es parada obligada de los aficionados del norte, cada vez más obligados a recorrer más y más kilómetros para ejercer su derecho a la libertad de ver los toros, como los españoles viajaban a Francia para ver las películas censuradas en nuestro país en plena dictadura franquista.
«La alcaldesa decidió que la mejor manera de homenajear a Lorca en el aniversario de su asesinato era hacer alarde del totalitarismo»
La alcaldesa eligió la fecha del aniversario del asesinato de Federico para anunciar que no habrá más toros en la ciudad. El argumento esgrimido es para descojonarse de la risa sino fuera un tema serio. Denota una pérdida de la cordura preocupante y alarmante. Y es que por lo visto, el origen de tremenda decisión totalitaria está en los nombres de dos toros estoqueados por Morante el pasado domingo. «Feminista» y «Nigeriano». Claro, eso supone una ofensa de dimensiones mayúsculas para los colectivos vulnerables. Por eso, la alcaldesa de Gijón decidió que la mejor manera de homenajear a Lorca, a los dos banderilleros anarquistas y al maestro de escuela con los que fue asesinado el genio granadino en el aniversario de su muerte, era hacer alarde del totalitarismo… Si el poeta pudiera ver en lo que se ha convertido la España del siglo XXI, seguro que no daba crédito.
El origen de tremendo espectáculo no es sino un desconocimiento total y absoluto de la fiesta taurómaca. Con gusto le explicaría a la señora alcaldesa que los nombres de los toros vienen de sus familias, y que probablemente las reatas de las que proceden «Feminista» y «Nigeriano», de la ganadería de Daniel Ruiz, fueron bautizadas hace unos 40 años. Pero les daría igual. No piensan con la cabeza cuando se trata de nosotros. Somos su objetivo y cualquier excusa les vale. Hasta la más ridícula e irrisoria. El único mérito de una alcaldesa que ha perdido la cordura y el norte es fabricar la excusa más creativa que se había escuchado en años.
«Le guste o no a la alcaldesa la feria de Begoña goza de una salud envidiable. Así lo han demostrado en esta feria los tendidos de una plaza que ha acogido a más de 4.000 personas tres tardes seguidas»
Le guste o no a la regidora, la feria taurina de Begoña goza de una salud envidiable. Así lo han demostrado en esta feria los tendidos de una plaza que han acogido a más de 4.000 personas durante tres tardes seguidas. Lo que ningún otro espectáculo ha conseguido en la ciudad en plena feria de Begoña de 2021 en un recinto cerrado y previo pago. La repercusión en la economía y el impacto en la ciudad de una feria taurina como la que acoge El Bibio son innegables.
Los dos días que asistí a la feria pude ver la manifestación anti, que reconozco que pensaba que podía ser más numerosa. Cuatro antis, contados con los dedos de una mano, con sus cartelitos rebosantes de sangre camuflados entre el numeroso público que esperaban en la cola pacientemente para entrar a la plaza y ocupar su localidad. Ningún insulto, ningún mal gesto. Sólo indiferencia ante los que nos provocan. A estos cuatro provocadores contados debería referirse la alcaldesa cuando decía que había que escuchar a esa gran parte de la ciudad que no quería toros.
«Es el momento de frenar estas derivas majaderas y arrimar el hombro para que Gijón recupere el año que viene la libertad con una nueva Feria de Begoña»
Gijón y su plaza merecen seguir teniendo toros en 2022. Se lo han ganado este año. Ahora nos toca a todos no dejarlos solos. Unámonos de verdad y plantemos cara al totalitarismo que cercena día a día nuestras libertades en una batalla que no podemos perder porque supondría la caída de uno de los grandes bastiones del norte. Hoy es Gijón y mañana será Madrid. Por eso, es el momento de frenar estas derivas majaderas y arrimar todos el hombro para que Gijón recupere el año que viene la libertad con una nueva Feria de Begoña. Nos vemos el próximo año en El Bibio.