Gonzalo Caballero ha
vuelto a Madrid con las ideas muy claras. A nadie le debe extrañar tal
circunstancia puesto que Caballero sabe lo que quiere. El joven
novillero quiere y pretende ser matador de toros, más aún, ser figura
del toreo. Hoy lo ha vuelto a dejar muy claro a pesar de la inoperante
administración de un presidente que no cualificó la intachable actitud
de Gonzalo, ni respetó la petición mayoritaria del público. Mal vamos
cuando un torero lo da todo y la autoridad lo resta. Eso pasó en el
primero del lote.
vuelto a Madrid con las ideas muy claras. A nadie le debe extrañar tal
circunstancia puesto que Caballero sabe lo que quiere. El joven
novillero quiere y pretende ser matador de toros, más aún, ser figura
del toreo. Hoy lo ha vuelto a dejar muy claro a pesar de la inoperante
administración de un presidente que no cualificó la intachable actitud
de Gonzalo, ni respetó la petición mayoritaria del público. Mal vamos
cuando un torero lo da todo y la autoridad lo resta. Eso pasó en el
primero del lote.
Visto
lo visto, Gonzalo tiró de todo y con todo en el segundo. Hasta tal
punto fue su entrega que dejó pegarse una espeluznante voltereta. A eso
en el toreo se le llama raza y en la calle ‘cojones’. Mucho valor hay
que tener para entrar a matar sin muleta y ofrecer la mayor de las
verdades. La vida misma en busca del sueño del triunfo. Oreja por
dejarse matar. Pues aún así hubo quien le puso pegas y pitó tan sincera
generosidad.
lo visto, Gonzalo tiró de todo y con todo en el segundo. Hasta tal
punto fue su entrega que dejó pegarse una espeluznante voltereta. A eso
en el toreo se le llama raza y en la calle ‘cojones’. Mucho valor hay
que tener para entrar a matar sin muleta y ofrecer la mayor de las
verdades. La vida misma en busca del sueño del triunfo. Oreja por
dejarse matar. Pues aún así hubo quien le puso pegas y pitó tan sincera
generosidad.