TEMPORADA 2023

«Paquecreas»: la bella historia del toro de Victorino con el que Borja Jiménez empezó a tocar la gloria


viernes 3 noviembre, 2023

El toro, con un nombre que es pura metáfora de la dura pero bella historia entre Borja Jiménez y Julián Guerra, se cruzó en la vida del sevillano el pasado 8 de octubre en Madrid ; fue un animal que puede hacer soñar al resto de compañeros de Borja que están ahora en el ostracismo.

Borja Paquecreas
Borja Jiménez a hombros de Las Ventas y, a la izquierda, el toro "Paquecreas". © Plaza 1

Muchas veces las historias de los toreros van ligadas al de toros claves en su carrera: Juan Antonio Ruiz “Espartaco” y “Facultades”, Jesulín de Ubrique y “Ambiciones”, César Rincón y“Bastonito”, Julián López “El Juli” y “Feligrés”, Manuel Escribano y “Datilero” o Borja Jiménez y “Paquecreas”. Una serie de astados que cambiaron la carrera, unos espadas que encontraron en ellos un espejo donde mirarse en momentos claves de su temporada.

El caso del de Espartinas es el último de ellos, un diestro que encontró en el toro de Victorino una oportunidad única para dar el golpe definitivo que rompiera ese techo de cristal que no le dejaba seguir escalando. Un toro que proviene de una de esas reatas escondidas del hierro de la A Coronada, un hierro que este 2023 ha alcanzado un nivel de excelencia notable. Ese que se encontró en Madrid y Borja Jiménez en sazón, un espada que saldría en volandas tras pasear un total de tres orejas en la pasada Feria de Otoño.

Le anduvo con torería hacia atrás Borja Jiménez al segundo, algo que cantó Madrid, al que luego quitó Valadez por chicuelinas. Tras brindar a la Infanta Elena, se rompió a torear de verdad Borja, que primero le pudo a la condición del animal y luego dejó dos series por la derecha de mano baja de cante grande. Y luego al natural llegó el toreo caro de verdad, por donde rompió Madrid, cruzándose al pitón contrario y llegando con mucha fuerza arriba. Al final terminó también por la zurda, antes de dejar una estocada entera de la que cayó. Oreja de ley. El toreo caro de Borja calaba en Madrid y le cortaba una oreja de mucho peso al segundo de Victorino de la tarde, un “Paquecreas” de gran exigencia en alturas y distancias.

Borja Jiménez
Borja Jiménez, en Madrid. © Luis Sánchez Olmedo

Un toro que llevaba escrito el sino de la temporada de un torero que esa tarde empezó a tocar la gloria tras un año donde se fue macerando poco a poco junto a un Julián Guerra que confió plenamente en él desde el primer momento. Un torero que siempre creyó en sus cualidades y en un concepto que este año consiguió llevar a unas cotas que hacen pensar que el mediano de los Jiménez, hay una hermana por detrás, puede y debe ser otro de los diestros que se suban al carro de las ferias y que suponga el relevo de esas figuras que, pese a los años de alternativa, siguen mostrando sus credenciales en las ferias.

«Paquecreas»: la paradoja de un toro que fue ejemplo para todos los chavales que quieren ser toreros. La apuesta de Julián Guerra y el amor al toreo de Borja Jiménez escenificados en una primera obra en medio de una tarde de tres orejas. Ojalá el sistema valore todo en lo que ellos creyeron: esa tarde, que se quedó en tres premios pudiendo haber sido el botín en más, comenzó con «Paquecreas».

Si el sistema esta vez no hiciera justicia con Borja Jiménez y no estuviera en todas las Ferias de 2024, ya nada valdría en el toreo. Porque la tarde de Madrid, junto a la «machada» de Escolar en Pamplona, fueron las de más verdad de la temporada.