Enrique Ponce solamente tiene una cosa clara: si reaparece, decisión que tomará en los próximos días, no evitará los grandes escenarios. Como siempre ha hecho. Si su alma torera vuelve a torear, tendrá las grandes Ferias como enclave.
Su apoderado, Juan Ruiz Palomares, ya está buscando toros en el campo para quien, durante tres décadas, lo ha sido todo en el toreo. Un figurón querido y respetado por los aficionados, un espada que se ha ganado el reconocimiento a ambos lados del charco: ese es un Enrique Ponce que no debe pedir permiso para ponerse nuevamente el chispeante. Y si lo hace, será donde se baten los grandes toreros.
Valencia, Sevilla, su Bilbao… para un torero que ha seguido estando en contacto con el animal bravo y no ha descuidado su forma física en estos dos años fuera de los ruedos.
Su adiós por sorpresa en 2021, tras echarse a la espalda el petate de la Fiesta en un 2020 donde la caída de festejos fue brutal, fue injusto para quien ha entregado su vida a este rito y ha llenado miles de plazas.