DESDE EL SUR

¿Qué está pasando con Sebastián Castella?


martes 18 abril, 2023

El diestro de Béziers anda buscándose a sí mismo en un inicio de temporada donde todavía no ha conseguido alcanzar el nivel que dio temporadas atrás.

Sebastian Castella
Sebastián Castella. © Plaza 1

Cuando un torero decide poner distancia con aquello que le mantuvo vivo durante tanto tiempo, hay que pararse y analizar el porqué de dicha situación. Sebastián Castella puso distancia con los ruedos tras una tarde en Granada allá por la temporada 2020, sin hacer un gesto de más, sin anunciarlo a bombo y platillo, lo hizo con un comunicado de prensa en sus redes sociales: «Hay otros universos por descubrir. Tantas veces volviese a nacer, tantas que intentaría ser torero«, señaló el francés. 

Se desligó —aparentemente— de la tauromaquia, convirtiéndose en hombre más de a pie, en un joven de su edad que disfrutaba del tiempo con sus amigos y su familia, aprovechando para viajar al otro lado del charco e ir a lugares en los que en una temporada normal no podría visitar. Con la cabeza fuera de los ruedos comenzó una etapa donde la pintura le robaba gran parte de su día a día, esa que le llevó a exponer por todo el mundo.

Pero Sebastián no pudo evadirse completamente de este mundo, poco a poco ese gusanillo volvió a merodear por el estómago del de Beziers, se hacía presente sin a penas buscarlo. Según cuenta el propio torero, “la idea de la vuelta a los ruedos comenzó a fraguarse en Perú”, según contó el propio espada en el periódico Las Provincias. «Otro momento fue viendo por la televisión una corrida de Morante en Santander, en julio, el día siguiente me fui a verle al Puerto. Estaba encendido. La siguiente tarde que tocó mi sentimiento fue en la feria de San Miguel, en Sevilla, y ahí ya fue definitivo, cuando me vi en el tendido me dije, este no es mi sitio, yo no estoy todavía para estar en los tendidos».

Castella seguía puliendo su toreo en el campo, en silencio, en solitario, únicamente para unos cuantos privilegiados que tenían la fortuna de verle. En el mes de mayo fue cuando anunció dicha reaparición. Fue en el Retiro, en Casa de Vacas, lugar donde exponía su obra Monólogo, allí, rodeado de sus capotes y lienzos, anunció su vuelta a los ruedos. La figura más importante de la historia de Francia daba el paso para volver al circuito, lo haría junto a la casa Matilla y no con Simón Casas, un cambio que le abriría un gran ramillete de cosos en España y Francia.

Pero esa vuelta no ha comenzado como él tenía pensada. Tanta inactividad, tanto tiempo sin palpar a los públicos afecta. Se pierde ajuste, se tarda en cogerle el pulso a la embestida del toro. El campo te da rodaje, te macera, pero no es nada comparado a la exigencia de una plaza de toros. Otro factor a tener en cuenta son los toros que le cupieron en suerte, desde su reaparición el francés no ha contado con animales que ayudaran a partir ese techo de cristal tan necesario para sentirse pleno en la plaza.

La tranquilidad que da verlo todo desde un segundo plano es esencial para este tipo de reapariciones. No dejarte llevar por los primeros impulsos; lógicos en ciertos momentos, y valorar todo con cierta distancia. Las piezas encajarán con el tiempo, los toreros no son máquinas, por ello es vital ese animal que le haga reencontrarse consigo mismo. Siete son los festejos que lleva toreado el francés desde el día de su reaparición, y hasta el momento únicamente tiene una faena premiada con el doble trofeo, aquella a un toro del Maestro Rincón en Manizales.

Luego vinieron León y Guadalajara en México, Valencia, Castellón y Brihuega en España, así como Arles en su Francia natal. Seis paseíllos donde no acabó de tener esa conexión tan necesaria con los tendidos. Una única oreja ha paseado en estas tardes donde se sigue palpando que aún le queda tiempo para llegar a su máximo nivel. Bien es cierto que ha trenzado sus últimos dos paseíllos infiltrado tras sufrir sendas fractura en las vértebras D2 Y D3, y un hundimiento en la D5 por un toro de sus apoderados en Castellón.

Un frenazo que no ayuda en nada al crecimiento de una temporada que tiene a la vuelta de la esquina Aguascalientes el 21 de abril, Sevilla el 28 del mismo mes, así como Jerez de la Frontera, Nimes y sus dos paseíllos en la Madrid por San Isidro los días 19 de mayo y 2 de junio. Unos compromisos que medirán el momento de un torero que nunca ha puesto los percances como excusa, pero que debe dar un paso adelante si no quiere que los fantasmas revoloteen por su cabeza cuando la temporada se ponga cuesta arriba.