En la temporada taurina, Bilbao es, por el toro, por sus carteles y por su trascendencia, fundamental. ¿Es o era?.
Un interrogante que en las últimas temporadas cada vez se abre más hacia una respuesta en pasado.
Las Corridas Generales, el toro de Bilbao…profesionales y aficionados llegada la segunda mitad de agosto miraban al Botxo. Y la televisión de pago, desde hace tres décadas, las llevaba a quienes no estaban en Vista Alegre (ahora BIVA Bilbao).
En los burladeros del callejón de la plaza, las autoridades locales, tanto autonómicas como municipales lucían palmito y el mismísimo lehendakari acudía a la corrida del día grande de la Aste Nagusia. Quien fue alcalde de Bilbao entre 1999 y 2014, Iñaki Azkuna (PNV), era asiduo e incluso participaba en los (muchos) coloquios taurinos que se organizaban durante la misma. El Hotel Ercilla era el centro neurálgico de la fiesta, en él se alojaban toreros, músicos, gente del cine y el teatro y aficionados de toda le geografía taurina española e internacional. Y la plaza se llenaba.
Pero…”Bilbao, ay como has cambiao”, se canta en la bilbainada.
Si Bilbao ya no es el de antes y aquellas clásicas tascas hoy son bares elegantes (sigue la canción), tampoco lo es en lo taurino. Me temo.
El pasado año se conmemoró el sesenta aniversario de la nueva Vista Alegre, levantada en solo un año sobre el mismo terreno que fueron cenizas tras el incendio de 1961. Pero el pulso taurino de Bilbao apenas se mantiene.
Por eso, la política, que todo lo emponzoña, hace ya tiempo que ha puesto sus ojos sobre la realidad taurina de la ciudad. Son muchos los ejemplos en los últimos años que llevan a la preocupación sobre el futuro taurino de la capital vizcaína, siguiendo una pauta que tiene Barcelona como inicio de todo.
A fecha de hoy todo indica que el nuevo operador OneToro no televisará las Corridas Generales, un apagón informativo cuya repercusión no es solo sobre el hecho concreto sino que pone en entredicho el presente y el inmediato futuro de la tauromaquia. Así, en corto y por derecho.
Tiempo habrá para entrar en consideraciones sobre ello pero hay otros motivos para la inquietud y/o el cabreo.
Uno, que puede parecer anecdótico pero se antoja relevante del clima político y social en Bilbao (pero no solo, claro).
Resulta que, como denuncian diversas entidades taurinas de la ciudad, el Ayuntamiento recién constituido pero que mantiene las mayoría del PNV ha eliminado las Corridas Generales del amplio programa lúdico cultural de la Aste Nagusia, redondeando la alcaldada con la negativa a que la Banda Municipal de Bilbao ponga la banda sonora a los festejo en Vista Alegre.
De las tres capitales de provincia de Euskadi, la Feria de la Blanca de Vitoria, que se inició hace un par de días, desde hace siete años ya no da toros en su coso multiusos ( para todos ellos, menos los taurinos). Donosti ha reducido su Semana Grande – también sin televisión- a tres festejos taurinos y también con el desaire municipal. Y ahora Bilbao…
Ojalá responda el público, ojalá salga “el toro de Bilbao”. ojalá los toreros (pendientes de lo que ocurra con los convalecientes Morante y Roca Rey.
Ojalá los ojaláes.
Porque si Bilbao cae, digo, es un decir…
